Una situación latente desde tiempo atrás en los integrantes de la Policía de Río Negro ha comenzado a tomar estado público. En las filas de la institución hay descontento y el malestar se visibiliza a través de las esposas y parejas de los uniformados. Ayer se manifestaron frente a la jefatura en Viedma ante la falta de respuestas.

Los reclamos iniciados por familiares de personal policial tienen que ver con las condiciones en que cumplen el servicio los efectivos de la provincia. Por un lado se plantea la cuestión salarial pero también otros asuntos referidos a las condiciones laborales y de servicio.

Entre ellos, la falta de recursos para uniformes, licencias por enfermedad, traslados a diferentes lugares de la provincia para desempeñar sus labores, el pago de alquileres y otros elementos como el estado de los móviles policiales.

Luego de no recibir respuestas al petitorio entregado el pasado martes, varias personas se concentraron ayer en frente del edificio la Jefatura.

El gobierno parece no contener la situación, ya que uno de los reclamos más fuertes que se escucharon es que ni el jefe de Policía ni el gobernador reciben a estas mujeres que pidieron entrevistarlos.

“Como principal objetivo queremos que se eliminen la tercia y se adopte el horario de las cuartas”, sostuvo una de las familiares.

“Ayer nos comentaron que el jefe estaba al tanto del petitorio, que lo estaba trabajando y estudiando, y que cuando pudiera nos iba a dar una respuesta”, explicó.

Las mujeres suelen ser la voz de la disconformidad por las condiciones en que trabajan los miembros de la Policía, ante la prohibición que existe para la sindicalización y para los reclamos públicos de los integrantes de la repartición armada.