En el noreste de Río Negro, el titular de la Cámara de Productores de Río Colorado, Víctor Pardo, dijo que “la situación es complicada, una continua inflación de costos y no se asegura al productor primario un precio justo”.  Agregó que “se sigue sin recibir ayuda, o si llega, llega tarde. Salieron créditos pero tarde, porque la temporada de poda ya terminó, y no se sabe si el año que viene se va a poder devolver”.

Respecto de la actividad frutícola en la zona de riego de esa localidad, indicó que “entre pepita y carozo nos hemos dedicado más a fruta de carozo, quizás por cercanía a mercados como Bahía Blanca y Mar del Plata, donde se comercializa mejor esa fruta. En cambio, el Alto Valle es más dependiente de la producción de pepita”, precisó.

El dirigente señaló no obstante que en cuanto a la fruticultura de las dos regiones, “nos unen las mismas variables, enfrentamos los mismos problemas cuando existe retraso cambiario o una continua inflación de costos generadas por los gobiernos, y por eso nos nuclea una misma federación”.

Entre otros problemas de la coyuntura actual, puntualizó que los perjudica el ingreso de fruta de Chile. “Nuestra relación real de intercambio no nos conviene, no porque seamos ineficientes, ya que tranqueras adentro no hay más que se nos pueda pedir, pero hay un aumento de costos que nos deja fuera de combate”, explicó.

Pardo también que “no tenemos un precio de referencia”, algo esencial tanto cuando se estiman costos para empezar un ciclo productivo, como también al momento de comercializar. Criticó en ese sentido que el gobierno provincial insista con el llamado “Libro Blanco” de la fruticultura, que se hizo sin consultar a los productores y fue rechazado por todas las cámaras.

“Si uno recorre las colonias de Río Colorado como el Alto Valle vemos que año a año varios productores dejan de serlo”, aseveró el representante de los fruticultores del noreste rionegrino.

Señaló también que “como en el Alto Valle, aquí también se están vendiendo chacras, que generan mano de obra, para orientarlas a granos o pasturas que, por el contrario, prácticamente no generan” fuentes de trabajo.

Agregó que “por eso nuestro reclamo es social, no es solo de los productores. Se pierden plantas que existen hace 10 o 20 años, un gran capital que llevó tiempo, y en otros países se cuidan a los productores primarios por su impacto en toda una cadena productiva y de comercialización y los puestos de trabajo que se generan”, consignó.

Finalmente, Pardo insistió en que “los gobiernos, provincial y nacional, siguen sin tomar las medidas políticas que se reclaman desde el sector productivo, fundamentalmente de largo plazo”, y puso como ejemplo que “ahora estamos renovando plantas que van a producir dentro de cinco años, ya va a haber otro gobierno, con lo cual se necesita planificar a largo plazo, y no con medidas y una dirigencia cortoplacista”, dijo el presidente de la Cámara de Productores de Río Colorado.