Un dirigente sindical y un sacerdote de Viedma rechazaron expresiones del gobernador de Río Negro, quien el miércoles descalificó las protestas contra el proyecto para instalar una central nuclear en la provincia. Según Alberto Weretilneck, los que se oponen “son los mismos de siempre. Jubilados de privilegio que deben cobrar 120.000 pesos de sueldo. La dirigencia de Sitrajur (gremio de judiciales), con Adriana Saber y Pablo Barreno, que tienen un sueldo de 90.000 pesos cada uno”.

En su ofensiva hacia los que rechazan la usina atómica acordada con el gobierno de Mauricio Macri, el mandatario provincial agregó que en la manifestación en contra de la visita de técnicos chinos a la provincia “había jueces jubilados, docentes de la universidad, o sea todos aquellos que de una u otra manera tienen garantizado llegar a fin de mes y que viven del Estado”.

Algunos de los aludidos por la crítica respondieron, entre ellos el secretario general del Sindicato de Trabajadores Judiciales de Río Negro (Sitrajur), Pablo Barreno. El dirigente expresó su “absoluto repudio a las falaces declaraciones vertidas por el gobernador, quien intenta desviar el foco de atención deslegitimando las protestas sobre la instalación de una planta nuclear en nuestra comarca”.

En un comunicado, manifestó también que “no tiene límites el nivel de inconsciencia de este gobierno, el cual no puede controlar la contaminación de nuestro río, como se ve en Allen, y nos quieren vender espejitos de colores con la energía nuclear. Alberto, ese verso no se lo come nadie”, dijo el dirigente llamando a Weretilneck por su nombre de pila.

Barreno aseguró que “como a Mauricio Macri, al gobernador se lo nota muy nervioso y manda a apretar con su fiscal personal, el mismo que persigue a los compañeros de ATE en todo tipo de protesta social y gremial. Solo le faltan los carros hidrantes para terminar de ilustrar la escena”, afirmó.

Dijo luego que “como laburante no tengo nada que ocultar, y con el orgullo de ser un trabajador del Estado con 12 años de antigüedad en la categoría mínima siendo profesional (analista de sistemas), gano $ 26.112,10 pesos, que usted rara vez me paga en tiempo y forma” dijo el representante de los empleados de tribunales, que acompañó copia de su recibo de haberes.

El padre Luis García, quien es uno de los que lidera las asambleas que se desarrollan todas las semanas en la catedral de Viedma, sostuvo que los asambleístas que se oponen a la instalación de la planta nuclear “están tranquilos pero en lucha”.

Sostuvo que “hay preocupación en el gobierno. Seguramente no esperaban esta reacción de la gente. Lo que intentan es quitarle fuerza al reclamo y desviar de alguna manera el eje de la protesta”.

Sobre las afirmaciones de Weretilneck, el sacerdote respondió que “los que participan de las asambleas son jóvenes y niños también, no creo que ellos tengan jubilaciones de privilegio”.

“El número de asambleístas que se reúnen, lo hacen cada vez con mayor regularidad, ellos lo saben, y el gobierno también”, expresó García. “Somos 300 o 400 los que nos juntamos, pero representamos a miles de la ciudad, que quizás por miedo a exponerse no se manifiestan”, añadió.

El “padre Luis”, como suele llamarlo su comunidad, anunció por último que “estamos organizando una gran marcha para el 9 de agosto en Viedma que será la expresión de todo un pueblo diciéndole No a la energía nuclear”.