Movimientos sociales realizarán hoy en todo el país una nueva jornada de protesta para pedir a los legisladores nacionales que sancionen de forma urgente una ley de Emergencia Alimentaria que permita atenuar las consecuencias del impacto de la última devaluación en el costo de los alimentos. En la región, organizaciones como El Frente Popular Darío Santillán (FPDS), la Corriente Clasista y Combativa (CCC), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) junto a ceramistas cortarán desde las 9.30 el puente que une las ciudades de Neuquén y Cipolletti.

El referente a nivel nacional de Barrios de Pie, Daniel "Chucky" Menéndez, explicó a que la jornada busca expresar la "preocupación por la situación social". Indicó que "venimos de realizar una marcha multitudinaria la semana pasada con un planteo muy claro que tenía que ver con el impacto que ha tenido la devaluación del 30 %, el traslado a precios y la ausencia de medidas que puedan dar respuesta", y agregó que "creemos que es el momento" de exigirle a "un gobierno que tiene una enorme debilidad, expresada por el fracaso de una política económica y por las consecuencias sociales de ese modelo".

"Creemos que hay que tomar medidas", indicó el referente social. Precisó que "el reclamo es la sanción de una ley de Emergencia Alimentaria que pueda disponer de partidas que hoy existen para otros gastos del Estado, que las puedan direccionar hacia la atención del hambre porque entendemos que es el problema principal que hay en nuestro país y prácticamente el único que puede atender este gobierno". 

Añadió que a las 13.30 realizarán una movilización hacia el Congreso de la Nación donde está previsto que los reciban diputados de las distintas fuerzas políticas y "vamos a procurar que se firme un compromiso para la semana próxima, que haya una sesión especial para declarar la Emergencia Alimentaria en el país".

Acerca de cómo impactó la última devaluación en las familias más humildes, Menéndez sostuvo que "hay un deterioro enorme de la capacidad de compra". Enumeró que "hay hambre, que ya venía instalado en el barrio y que este escenario lo complejiza aún más. Hubo una remarcación casi inmediata en el precio de los alimentos a la que no se le puede hacer frente porque hay una paralización de la economía y de la actividad productiva que hace imposible que hogares que ya estaban debajo de la línea de pobreza y en situación de debilidad puedan hacer frente a este deterioro".

Respecto de las expectativas que genera en los sectores populares un cambio de gobierno en octubre, señaló que "como en el resto de la sociedad, hay un repudio y hay una bronca muy importante en relación con la política económica de este gobierno". Apuntó que "creemos que la situación va a seguir siendo difícil" pero "va a haber condiciones para que se priorice el empleo, se priorice el trabajo, que se recomponga el salario y que haya un proceso de reactivación que de a poco vaya resolviendo la inclusión de  un montón de trabajadores que hoy están por fuera" del sistema.

Consultado acerca de las diferencias de esta crisis con la de 2001, esbozó que "la diferencia principal es que en la actualidad existe una malla de contención social que tiene que ver con los años del kirchnerismo, con la Asignación Universal por Hijo (AUH), con la moratoria jubilatoria. Hoy hay una cobertura de nuevos derechos que posibilitan que los hogares más humildes puedan tener un mínimo de ingreso" que "acolchone un poco la crisis que ya de todos modos es muy significativa."