El reportero gráfico alemán Stefan Borghardt, detenido el lunes pasado cuando fotografiaba un basurero petrolero de la empresa Treater Neuquén S.A, en la zona de Vaca Muerta, fue recibido ayer por el fiscal general, José Gerez, quien se comprometió a seguir adelante con la investigación de lo sucedido. Además, le devolvieron al profesional su equipo fotográfico, que había sido sustraídos por la policía al momento de su detención.

En diálogo con , Borghardt confirmó que pudo recuperar las dos cámaras que llevaba encima, así como las lentes, los rollos fotográficos y los demás elementos de trabajo. Destacó que pudo que verificar que las memorias de la cámara digital no habían sido borradas.

El reportero de 28 años indicó además que, en el marco de la investigación que lleva adelante la Fiscalía, el martes que viene participará de una rueda de reconocimiento para determinar quiénes fueron los agentes policiales que estuvieron presentes durante las horas que estuvo detenido en la comisaría 10 de Añelo.

Borghardt, que se encontraba en la zona realizando una investigación sobre el frackingy la explotación de hidrocarburos no convencionales, precisó que posteriormente viajará a Buenos Aires y luego tiene previsto dejar el país.

Remarcóque para él fue “un deber moral” denunciar públicamente lo que le había sucedido, ya que “otros periodistas que son de acá quizá no tienen la posibilidad de hacerlo y sufren las mismas presiones”.

El fiscal Gerez, al finalizar la reunión con el reportero gráfico alemán, dijo en declaraciones periodísticas que “la libertad de prensa es un derecho humano fundamental, y es uno de los pilares sobre los cuales se asienta el Ministerio Público Fiscal de Neuquén”.

Denuncia penal

Este jueves, el fotoperiodista de origen europeo hizo una presentación penal donde denunció que en la comisaría 10 de Añelo sufrió golpes “a patadas” y amenazas.

Por ejemplo, dijo que un policía que le hacía “muchas preguntas” tenía “un destornillador eléctrico en la mano” y le hacía gestos mientras la decía “a vos ya te vamos a sacar la verdad”.

Además, dijo que “había un policía en el pasillo que me dio una patada” miecuandontras lo trasladaban a un calabozo. Peor fue al llegar a ese lugar, porque allí “había entre 5 y 7 policías”, y “al menos tres de ellos me golpearon, me patearon”, mientras “uno desde lejos, con una escoba, me golpeaba y me decía que odiaba a todos los alemanes”.

Luego señaló que “en el camino había otro policía en el pasillo que me dio una patada. Cuando llegamos al calabozo había entre 5 y 7 policías. Al menos tres de ellos me golpearon, me patearon y uno desde lejos, con una escoba, me golpeaba y me decía que odiaba a todos los alemanes”, dijo el joven reportero, quien se expresaba en perfecto español y con tono calmo.

El reportero gráfico dijo incluso en su denuncia ante la Fiscalía que “en algún momento, mientras estaba en el calabozo, les pedí agua pero no me la dieron”, reveló Borghardt.

Los delitos que se investigan son “incumplimiento de los Deberes de Funcionario Público y Abuso de Autoridad”, “encubrimiento” agravado por tratarse de funcionarios públicos, así como “apremios y vejaciones policiales, con privación ilegítima de la libertad ambulatoria, sustracción de bienes y equipamiento de trabajo”, y “secuestro de información de trabajo de altísima importancia”.