Neuquén
11/01/2019

Reacción política por el reportero alemán detenido en Vaca Muerta

Reacción política por el reportero alemán detenido en Vaca Muerta | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
Foto: David Pablo Sánchez

Fuerte repercusión produjo el caso del joven Stefan Borghardt, detenido mientras tomaba fotos en un basurero petrolero de la empresa Treater. Le quitaron sus cámaras y denunció golpes y amenazas en la comisaría de Añelo. El gobierno inició una investigación. Solidaridad de trabajadores de prensa neuquinos.

El gobierno de la provincia debió intervenir públicamente y la Policía neuquina dio una explicación oficial (ver nota aparte), por el caso del reportero gráfico alemán Stefan Borghardt, de 26 años, quien fue detenido cuando tomaba fotografías en un predio que funciona como basurero de petróleo en la zona de Vaca Muerta, donde además le quitaron sus cámaras y equipo de trabajo, y según denunció, en la comisaría 10 de Añelo fue golpeado a patadas y amenazado.

A su vez, el fotoperiodista europeo realizó una presentación judicial por lo ocurrido, obtuvo además el respaldo de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra) y del Sindicato de Prensa de Neuquén (SPN), y colegas neuquinos de su actividad, junto con el propio afectado, realizaron un simbólico “camarazo” frente a la gobernación para repudiar los hechos denunciados (Ver notas aparte).

Este miércoles, con el título “Relato de mi odisea por Vaca Muerta”, Borghardt publicó en su cuenta de Facebook que el pasado lunes 7, alrededor de las 18, se encontraba en el lote 56 de la empresa Treater Neuquén S.A., tomando fotos con sus dos cámaras profesionales y su celular, para una investigación periodística que está realizando acerca del fracking y la explotación de hidrocarburos no convencionales en la mencionada formación geológica neuquina y también en el Alto Valle de Río Negro.

En su relato, indicó que, al verlo, un supervisor de la empresa llamó a la policía, al tiempo que le pedía que borrara las imágenes de su cámara. Añadió que la policía lo llevó esposado al hospital para realizarle una “revisación médica”, donde solo le hicieron sacar la lengua y le volvieron a tomar sus datos, y luego a la comisaría.

Precisó que allí le quitaron sus equipos fotográficos y el celular, con el cual había alcanzado a enviar unas escasas fotos a su novia, a su madre, a una amiga y a Juan Carlos Ponce, de la Asamblea Permanente por el Agua de Allen, ante el temor de que podía perder todo el material.

                                                                                                        Borghardt en la conferencia de prensa. Foto: Laura D´Amico

Un destornillador eléctrico y “patadas”

Ayer, durante una conferencia de prensa en Neuquén capital organizada por Argra y por el gremio de prensa, el fotoperiodista alemán reiteró su relato y amplió la denuncia al precisar que en la comisaría le sacaron las esposas y le pidieron que dejara todas sus pertenencias arriba de la barra para labrar el acta.

“Mientras hacían esto, un policía me hacía muchas preguntas. Fue él el que tenía ese destornillador eléctrico en la mano y me hacía unos gestos mientras me decía ‘a vos ya te vamos a sacar la verdad’, y cosas que me llamaron la atención”, relató el joven a los medios periodísticos.

Agregó que después le pidieron que firmara el acta “y les dije que me quería tomar un tiempo para leer que estuviera todo bien documentado antes de firmar. Pero la policía me apresuró bastante, me dijo que me apurara, que no tenían todo el tiempo del mundo y que firmara ya. Yo les dije que lo iba a leer con calma”.

“Ahí un policía que se presentó como jefe de la Policía me empujó para atrás, y dijo que trajera un testigo para que firme por mí”, prosiguió su relato. “A ese testigo nunca lo alcancé a ver y a mí me agarró la policía, me puso el brazo en la espalda y me llevó a un calabozo”.

Luego señaló que “en el camino había otro policía en el pasillo que me dio una patada. Cuando llegamos al calabozo había entre 5 y 7 policías. Al menos tres de ellos me golpearon, me patearon y uno desde lejos, con una escoba, me golpeaba y me decía que odiaba a todos los alemanes”, dijo el joven reportero, quien se expresaba en perfecto español y con tono calmo.

Puntualizó que “después de ese proceso me llevaron a otro calabozo, ahí me dejaron durante dos horas, y a cada rato venían oficiales a hacerme más preguntas sobre para quién trabajaba, hace cuánto que estaba en Argentina, cómo había sabido de esos basureros”.

Reveló también que “en algún momento, mientras estaba en el calabozo, les pedí agua, pero no me la dieron. Al final, un oficial me hizo la pregunta de cuánto era el valor de las cámaras, lo que me llamó la atención”, señaló.

Lo hicieron firmar tres documentos

Borghardt, que estudia fotoperiodismo y fotografía documental en la ciudad alemana de Hannover y llegó a Argentina en octubre pasado para realizar investigaciones en forma independiente, agregó que a eso de las 22.30 lo llevaron de nuevo al mostrador, donde le devolvieron sus pertenencias “menos los equipos fotográficos”, y lo hicieron firmar tres documentos.

Según dijo, “el primero creo que era una denuncia en contra de mi persona, pero no leí nada porque me había dado cuenta de que no era el ambiente para tomarme el tiempo de leerlo con calma, ya que quería salir del lugar y nada más”.

Agregó que luego firmó “otro documento, que fue como la declaración de cuándo había entrado a la comisaría y cuándo me habían liberado, después de hacer un chequeo de mis antecedentes. El tercer documento fue el acta, que tenía la firma de un testigo que no sé quién fue, y ahí firmé abajo que me habían devuelto todo, aunque no fue el caso”, concluyó el relato del profesional.

Al momento de su detención, Borghardt portaba una cámara analógica Nikon F3 y una cámara digital Fujifilm X-T2. Además, llevaba cuatro lentes, cuatro baterías, cuatro rollos fotográficos, dos memorias, entre otros elementos que componen su equipo de trabajo que aún no pudo recuperar.

Ayer a las 18, se realizó frente a la gobernación de la provincia el “camarazo” organizado por Argra y el Sindicato de Prensa de Neuquén, para exigir al gobierno provincial la “inmediata devolución de las herramientas de trabajo y del material periodística confiscado”. (Ver imágenes aparte)

Redacción: Laura D’Amico

29/07/2016

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