El Castro Rendón, el hospital de alta complejidad más importante de la región, creó el último mes la "Unidad Covid", adaptando su infraestructura y el trabajo del personal para atender posibles casos de coronavirus, sin descuidar la atención de otros diagnósticos que requieren alta complejidad. 

"Somos el hospital de máxima complejidad en la región y tenemos que atender a dos cuestiones centrales: una que tiene que ver con el Covid y otra con la alta complejidad. Ambas cosas tienen que subsistir", dijo a el director de la institución, Adrián Lamel.

Si bien hasta ahora no se han registrado casos positivos de Covid-19 en esa institución (sólo casos sospechosos que fueron descartados), el hospital, que integra la red de salud pública de la provincia de Neuquén, creó la "Unidad Covid", equipada con 37 camas en la terapia intensiva, que pronto se convertirán en 39.

"En el quinto piso, donde normalmente funciona la terapia intensiva y terapia intermedia de adultos, y cardiología, se creó la Unidad Covid. En este momento son 37 camas, que vamos a agregarle dos más y van a terminar siendo 39, solamente para cuidados progresivos de Covid, para gente que puede o no necesitar respirador", afirmó el director del hospital.

Añadió que "en ese lugar ya tenemos 25 respiradores y estamos esperando que nos lleguen otros para completar". Además "sigue funcionando la terapia intensiva con 11 respiradores más, en la planta baja, y eventualmente ahora en ese lugar ingresan, por ejemplo, los politraumatismos graves o cirugías complicadas que hay que hacer", indicó.

"Se fueron acondicionando distintos circuitos para poder convivir con esta pandemia", agregó el director del hospital. Por ejemplo, en uno de los ascensores se puso una luz ultravioleta, que funciona como bactericida y germicida, y queda prendida en el momento en que el ascensor está vacío para garantizar su desinfección.   

En cuanto al equipo médico que se desempeña en esa unidad, no tiene contacto con pacientes ni personal médico de otros pisos. Además, participan permanentemente de capacitaciones y simulacros para abordar diferentes situaciones.

"Todo esto está acompañado de capacitación permanente a los trabajadores, desde cómo hacer el ingreso de un caso sospechoso hasta las cuestiones de limpieza e incluso hasta el momento de tener que retirar cadáveres", apuntó Lamel.

Si por alguna razón el personal con que cuenta el hospital resultara insuficiente, se acudiría a profesionales del sector privado. Así fue acordado con el sector, al momento de diseñar el funcionamiento de la "Unidad Covid", en un sistema de tres fases.

La primera fase contempla la asistencia de la Unidad con personal de la salud propia del hospital. Si llegaran a aumentar los pacientes que necesitan respirador y hubiera bajas en el equipo del hospital, se pasa a la fase dos, donde ingresarían terapistas y enfermeros del Cemic. En una tercera fase, se podrían convocar también a 12 anestesistas de la Asociación de Anestesia de Neuquén.

En tanto, para atender los pacientes que van con otras patologías se han modificado varios aspectos del funcionamiento de la institución. Entre esas adaptaciones, se destacan la instalación de un tráiler frente a la guardia, que funciona como lugar de espera en el horario de mayor concurrencia (de 8 a 21). También siguen funcionando las dos salas de espera, diferenciadas para pacientes con problemas respiratorios y no respiratorios. 

Además, el hall central ahora es el lugar donde se hace el "triage". Consiste en una clasificación de los pacientes que llegan según el tipo de afección y la gravedad del caso. Si tienen afecciones respiratorias son derivados a la guardia y si tienen otro tipo de consulta se los deriva directamente al sector al que tienen que concurrir. El objetivo es que permanezcan en el hospital el menor tiempo posible.

Resguardo de los profesionales de la salud

En Argentina, el índice de trabajadores de la salud que contrajeron coronavirus en el marco de su trabajo es alto. Sobre este tema, Lamel sostuvo que "hay un piso y una curva de aprendizaje inicial que pasó en todos los lugares cuando apareció el virus, donde uno se va dando cuenta y va tomando conciencia, en base a lo que va pasando, de las medidas de protección".

Agregó que "otra cosa que creo que está jugando es el pluriempleo de los enfermeros, de los médicos, que genera que haya simulacros y medidas en un determinado lugar que no son las mismas en otro lugar. Y por ejemplo hay geriátricos, donde trabajan médicos y enfermeros, donde no se han tomado estas medidas de protección, Me parece que ahí hay una situación para tener en cuenta".

Para resguardar al personal, en el Castro Rendón se tomaron algunas medidas concretas, que fueron normalizadas por los comités de Infectología y de Epidemiología, y del servicio de Seguridad e Higiene.

Según indicó Lamel, "hay gente que está monitoreando a los trabajadores de salud y hay un circuito con salud ocupacional, recursos humanos, psicólogos y epidemiólogos en el que van chequeando a los trabajadores de salud que están con algún síntoma compatible con Covid, y se los orienta para ver qué es lo que hay que hacer y para hacer el seguimiento desde su casa".

Con respecto a los Elementos de Protección Personal (EPP) sostuvo que "nosotros hoy tenemos insumos por lo menos para una cuestión inicial", pero aclaró que "como no sabemos cuánto dura la pandemia hemos pedido más de lo que tenemos", afirmó.

La escasez de insumos es un problema a nivel mundial ante la pandemia. "No es fácil conseguir algunas cosas hoy porque hoy no están en el mercado, como los termómetros digitales, por ejemplo, que nos estarían llegando en 10 días pero los estamos buscando desde hace un mes".

Agregó que los insumos con los que cuentan (máscaras faciales, barbijos N95, camisolines, guantes, filtros), alcanzan para 3 o 4 meses, pero "queremos tener por lo menos durante varios meses, eventualmente hasta fin de año, todas las medidas de protección, pensando en si tuviéramos que estar trabajando a full".