Referentes de distintas zonales de la Confederación Mapuche de Neuquén afirman que el aislamiento social preventivo y obligatorio "cambió la vida" de las comunidades. En algunas, la mayor preocupación es el abastecimiento de leña ante la inminente llegada del frío o la caída del turismo. Para otros, la imposibilidad de vender lana y animales en el contexto de la parálisis económica. En la zonal Lafkenche, en los lagos del sur, afirman que el hantavirus "quedó opacado" por el coronavirus: "Nosotros venimos usando barbijo y guante desde diciembre", aseguran.

El referente de la comunidad Pehuenche, que abarca 9 comunidades de la zona de Aluminé, Daniel Salazar, dijo a que el aislamiento "nos cambió la vida". Señaló que hicieron una reunión interna en las comunidades Rucha Choroy y Iengeihual y "la primera medida que tomamos fue suspender todas las actividades religiosas, reuniones de diferente índole, cerrar el acceso a los turistas y resguardar el personal de salud. Que vayan rotando, que estén cerca de la gente pero que no estén todos".

Explicó que pudieron montar la campaña de vacunación antigripal yendo casa por casa y que con la ayuda de los facilitadores interculturales sociales, y del ministerio de Desarrollo Social de la provincia, muchos pudieron acceder al beneficio de los 10 mil pesos que da la Anses.

En tanto, Salazar indicó que "lo que nos preocupa ahora es la venta de lana, que está trabada por esta pandemia". Dijo que entre todas las comunidades de la zona de Aluminé hay 112 productores inscriptos en el programa provincial Prolana y "tenemos 45 mil kilos de lana para entregar".

"Le estamos pidiendo al ministro de Producción (Facundo López Raggi) que nos ayude a buscar la forma", afirmó, y agregó que también le están solicitando ayuda para vender los animales que van a descarte en un sistema de "venta solidaria". "Esto se hace todos los años y ahora por la pandemia está bastante parado", indicó.

Lucas Quintupuray es referente de la zonal Lafkenche, que abarca a las comunidades Quintupuray, Paichil Antriao y Quintriqueo. En diálogo con , dijo que "venimos castigados por un montón de cuestiones: primero por la caída de la piedra (que se desbarrancó y durante un mes bloqueó la ruta de ingreso a Villa La Angostura), después con la floración de la caña Colihue, y después de la ratada vino esto", indicó, para agregar que "estamos complicados en todo sentido".

"Nosotros venimos con barbijo, lavandina y lentes de protección desde diciembre porque la rata que más anda es la que trae el hantavirus, que queda opacado por el coronavirus. Pero nosotros lo padecimos", afirmó.

Agregó que "la temporada de verano, que es donde nosotros trabajamos fuerte por el turismo, la laburamos menos de un 50 por ciento de lo que estamos acostumbrados y eso llevó a un montón de cuestiones económicas que todavía nos afectan".

Fidel Kolipan, referente de la Zonal Huiliches, dijo a que ante el caso confirmado en San Martín de los Andes, "estamos preocupados, observando con mucha tristeza lo que le está pasando a la humanidad en el mundo".

Agregó que más allá de la pandemia "lo que se viene es el tema del desarrollo, la cotidianidad de la gente se empieza a adulterar y se empiezan a visualizar algunos problemas, como el tema de la calefacción para la gente mayor".

También consideró que "los problemas que se avizoran tienen que ver con la sustentabilidad de la gente". Detalló que "se han paralizado las actividades turísticas, los pequeños emprendimientos. Con dos o tres meses de temporada, la gente la remaba hasta mitad de año y eso se ha visto perjudicado. Y para que vuelva a venir el turismo va a pasar un tiempo muy importante".

La falta de leña ante la llegada del frio

En Argentina, el pico de casos de coronavirus se va desplazando en el calendario y cada vez se aproxima más a la llegada del invierno. El frío trae aparejada la necesidad de abastecer de leña a las comunidades mapuche que tienen en ese insumo su único medio para calefaccionarse.

Respecto del abastecimiento de leña, Quintupuray dijo que "la comunidad Paicil Antriao es la más afectada porque está en un territorio bastante disminuido por la ciudad y hay mucha demanda de leña".

Señaló que cuentan con el "Plan calor" que da la provincia pero "siempre hace falta en porque es una comunidad grande, que tiene muchas familias humildes", y sostuvo que con el aislamiento "los peñi no pueden salir a buscar leña por sus propios medios porque pueden llegar a meterlos presos porque violan la cuarentena".

Apuntó que en la comunidad Quintupuray "hay muchos adultos mayores que necesitan la ayuda de los jóvenes. Ese trabajo que estamos acostumbrados a hacer todos los años, se nos está complicando porque muchos de esos jóvenes, que viven en Villa La Angostura, no pueden venir justamente por la cuarentena".

Dijo que están gestionando permisos para que los jóvenes puedan cruzar hacia la comunidad y les permitan trabajar, siguiendo el protocolo y las medidas de seguridad necesarias para evitar el contagio.

Salazar destacó que en la zona de Aluminé el operativo leña comenzó hace un mes y lo están llevando adelante "bastante bien". Indicó que actualmente están avanzados en un 70 por ciento con el operativo de leña nativo, mientras que con el operativo de piño de Corfone, que da la provincia, comenzaron la semana pasada. "Estamos llegando a los hogares con la leña", afirmó.

Señaló que "sí nos costó trabajo por la cuarentena articular con Gendarmería, con Parques, con la corporación Pulmarí y con los municipios para ser flexibles en algunas cosas", porque "siempre trabajamos en el marco de los decretos que han salido, pero sin perder el objetivo de que la gente pueda tener su leña".

Desde la zona sur, Kolipan explicó que "por la cuarentena la gente se quedó. No se ha podido hacer el operativo de leña para la gente mayor, que son los que no tienen posibilidad de ir a juntar o de comprarla, y sobre todo los medios de transporte para poder acarrear la leña, que ahora están bastante caros".

Apuntó que esta es una demanda que presentaron al comité de emergencia para que pueda buscar una solución "cuanto antes, porque el tiempo que queda es muy poco porque ya empezaron las heladas y al caer lluvia los caminos internos, que son de tierra, se descomponen y después ya no se puede entrar hasta el año que viene".