Neuquén
21/02/2020

"Un desalojo con aparato represivo puede ser una catástrofe”

"Un desalojo con aparato represivo puede ser una catástrofe” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Jorge Cloro o padre “Chicho”, referente de la Pastoral Social, habló de la ocupación de tierras en la meseta. Criticó el aumento de controles en el ingreso a la toma y la ausencia de un contacto directo entre los representantes de los gobiernos provincial y municipal con los ocupantes.

Laura D' Amico

Jorge Cloro, conocido como Padre "Chicho", cuestionó la dilación de los gobiernos provincial y municipal para frenar el crecimiento de las nuevas tomas de tierras en la capital neuquina, y consideró que "lo que pasa es que ellos no se animan y no se van a pelear con los mismos vecinos".

El sacerdote, referente de la Pastoral Social, que participa de la mesa de mediación a pedido del obispo de Neuquén,  dijo a Va Con Firma que "todavía nunca hubo un encuentro entre el gobierno sea municipal o provincial, con la gente de la toma" y remarcó que "de los dos lados no hay confianza".

Denunció que en la mesa de mediación se había acordado que un cordón policial cercara el predio tomado en la Autovía Norte para evitar que se instalasen nuevas familias, pero "la orden se desvirtuó" y la policía impide el ingreso de agua y alimentos y practica una "persecución" sobre las familias instaladas desde un comienzo.

Además, sostuvo que "un desalojo con un aparato represivo puede llegar a ser una catástrofe" y enfatizó que "hay que buscar otros medios". 

-¿Cómo viene trabajando la mesa de mediación que se creó a partir de las últimas tomas?

-Nosotros asistimos a pedido de un grupo, que tiene como delegado a Emanuel López. Cuando fui, la toma ya era grande, de dimensiones que no me imaginé. Recorrimos la toma, el grupo de mediación bajó al territorio y empezó a trabajar tanto con los delegados como con la gente del gobierno. Todavía nunca hubo un encuentro entre el gobierno sea municipal o provincial, con la gente de la toma. Hasta ahora siempre ha sido una mediación a través del ministerio de Justicia, que además está muy bien hecha. Es un trabajo muy lento y con muchos actores porque es una toma de una magnitud muy grande. Por un lado se acordó un relevamiento serio con todas las partes para evaluar quién tiene realmente necesidad y quién no. En base a eso, el gobierno provincial o municipal, de acuerdo a la variedad de problema que tenga esa familia, se tendría que hacer cargo y dar una respuesta. Antes se entregó una lista hecha por la gente de la ocupación de los casos muy vulnerables, que pasaron a la Dirección de Familia para ver cómo se resuelven. Y una tercera instancia sería armar una mesa de trabajo, ya con la gente relevada, para el abordaje personal de cada caso que salió del relevamiento. En ese listado hay gente que no va a estar.

-¿Cómo está la situación en el territorio?

-Hubo un conflicto, y esto puede atrasar la mediación, porque ambas partes acordamos que un cordón policial iba a trabajar en conjunto con los delegados para que no entrara más gente y no se extendiera la toma. El fiscal mandó la orden que no se consolidara, por lo tanto, no tenían que pasar material para construcción. Pero esa orden se desvirtuó y ahora no dejaban pasar alimentos ni agua. Le empezaron a revisar los bolsos a la gente, le sacaron fotos a la gente. No era lo que se había acordado. Eso trae una especie de ruido.

-¿Hay tensión por este tema?

-Hay tensión porque lo que se había hablado en la mesa era como una especie de marco para que no se consolidara la toma. Ahora están revisando a todas las personas, le sacan la moto a la gente, les controlan los vehículos que hay. Y eso lo notan como una persecución que les termina complicando más la vida.

-¿Eso responde a una orden de la fiscalía?

-Supuestamente fue una orden de la fiscalía. Pero no salió de la mesa de mediación.

-¿Por qué no participan de la mesa los gobiernos Ejecutivos?

-No tengo idea. Yo creo que esto fue porque la orden de las denuncias de la fiscalía era el desalojo inmediato y la mayoría había dicho "solamente me pongo a dialogar si desalojan". Esa pérdida de tiempo para mí fue muy importante porque creció de una magnitud que nunca se vio. Se había empezado con 45 personas y ahora tenés como mil. Hay algo que no funcionó en eso. Y mucho menos ahora con esta cantidad de gente. Un desalojo con un aparato represivo puede llegar a ser una catástrofe. Hay que buscar otros medios. 

-¿A qué se debe esa pérdida de tiempo?

-No sé qué pasó porque el pedido del relevamiento fue hecho desde el comienzo por la gente porque la misma gente quiere separar lo que no es real. Lo que pasa es que ellos no se animan y no se van a pelear con los mismos vecinos.

-Se habla de una interna dentro del MPN, pero nadie dice entre qué sectores.

-Puede ser también. Por ejemplo, había un grupo que dicen "estos responden a Sobisch". Y qué se yo. Son todos dichos así. Pero en la realidad concreta tenés a los delegados que representan a grupos de 40 o 50 personas y quieren dialogar. Ese es el modo de organización que tiene ahora. Algo a lo que yo no conseguí la respuesta es por qué se tardó tanto para hacer un relevamiento. Ahora sí se va a tardar mucho porque se necesitan muchos actores. Pero en su momento, que empezó siendo pequeña, no sé por qué se tardó tanto tiempo en definir. Algo que quiero aclarar es que hay que tener cuidado porque los medios hablan cosas sueltas. Yo dije que la iglesia nunca va a legitimar una toma de terrenos porque no entra dentro de la doctrina de la iglesia sacar propiedad privada a la fuerza. Quedó eso como titular y me llama la gente diciendo "¿Padre de qué lado está?", como si los estuviera engañando.

-Supongo que la iglesia reconoce que hay un déficit habitacional enorme que atenta contra el derecho a la vivienda.

-Totalmente. El derecho a la tierra, techo y trabajo es algo que se viene trabajando hace rato en Argentina con la iglesia. La iglesia, sí o sí, siempre va a estar del lado del vulnerable y del pobre. Es el lugar donde tiene que estar la iglesia, no hay discusión. Pero no vamos a hacer cosas ilegales ni a apoyar delitos. Sería contradictorio con la doctrina. 

-¿Van a evitar que haya un desalojo?

-En estos momentos un desalojo va a ser violento por la cantidad de gente y por el modo que vino la policía, que vino con camiones, con seguridad, con todo. Va a ser violento y nadie va a querer paga ese costo político. 

29/07/2016

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