La deuda interna del gobierno de Omar Gutiérrez es superior a los 4 mil millones de pesos, según datos al 30 de setiembre del 2019, los últimos oficiales y públicos disponibles en la página del ministerio de Economía e Infraestructura. Los compromisos de pago comprenden tanto a proveedores del Estado, por una cifra de 1.687.028.921 de pesos, a contratistas, por un monto de 204.003.867 de pesos y en concepto de subsidios por 2.336.850.940 pesos. 

Las mencionadas cifras corresponden a la deuda consolidada del tesoro y puede que hayan variado entre octubre y diciembre, pero esa información oficial no está disponible. No integran, además, el stock de deuda pública de la provincia por vencimientos de capital e intereses de títulos y bonos emitidos y créditos tomados, además del pago de comisiones que se llevan los bancos y compromisos con organismos multilaterales de crédito. En este caso, y a la misma fecha de cierre, la deuda total se ubica en 70 mil millones de pesos, pero con un detalle importante: el 87,6% equivale a cancelaciones en dólares.

A principios de mes, el gobernador se refirió a la política de endeudamiento de su gestión y reconoció la existencia de una deuda en dólares total por 1.150 millones. Lo que no dijo es que de esa cifra, unos 180 millones, vencerán este año, según el precio del dólar mayorista promedio que fijó la provincia en el presupuesto del 2020, equivalente a 67,11 pesos. Si el precio del dólar se llegara a modificar a lo largo del año, los 12 mil millones de pesos reservados para el pago de la deuda tomada en moneda extranjera no serían suficientes.

El ministro de Economía, Guillermo Pons, dijo esta semana que Neuquén sufre "estrés financiero", una definición que utilizó para acotar a un tiempo determinado las dificultades financieras que enfrenta la provincia, lo que está por verse teniendo en cuenta el brete en el que se ha metido Neuquén acompañando en los últimos cuatro años las políticas de endeudamiento del macrismo. 

En sus declaraciones, el funcionario de la cartera que maneja los números hizo referencia, sin mayores precisiones, a las deudas del tesoro, entre las que mencionó a las salariales, con proveedores y otras, que serán atendidas, aclaró, con el endeudamiento a corto plazo que recientemente tomó la provincia a través de una primera emisión de Letras, una herramienta de acceso al crédito que forma parte de un programa autorizado por el decreto 85 del año último por hasta un máximo de 6.000 millones de pesos.

Neuquén ya colocó Letras y obtuvo 1.500 millones, pero pagará un costo más elevado por el dinero rápido. Mientras los rendimientos están en caída -los plazos fijos del propio BPN están en el 30% anual-,  la provincia ofreció a los inversionistas la tasa más atractiva de referencia, Badlar, que se utiliza para depósitos superiores al millón de pesos y que se encuentra por encima del 34% anual. A eso le sumó un rendimiento adicional del 6% anual.

En los primeros cuatro años de gestión de Gutiérrez, la provincia aumentó su deuda un 435,7%, al pasar de 13 mil millones de pesos en 2015 a 70.000 mil millones. El aumento porcentual del endeudamiento provincial fue superior al de la inflación acumulada de los cuatro años del macrismo, en un 135%.

Las cosas no están del todo bien al punto tal que el gobierno está en plena revisión de todas sus políticas del gasto. Las recomposiciones salariales de este año no se perfilan hacia aumentos indexados por inflación y está en marcha la discusión de una reforma previsional para reducir el déficit, dos medidas que se concentran en el área del presupuesto que agrupa a la principal boca de salida de los recursos: el pago de haberes. Y si algo faltaba para poner a Neuquén en proyección nacional, no por Vaca Muerta sino por la situación de su economía, fue lo que dijo esta semana en el recinto la senadora Silvia Sapag, del Frente de Todos, cuando declaró que Neuquén “esta fundida” por su deuda que, recordó, ocupa el cuarto lugar entre las más comprometida.