El gobernador Omar Gutiérrez viajó a España, la tierra de Repsol, la petrolera de ese país que dejó seca a la cuenca neuquina, para reunirse con tres operadoras de Vaca Muerta, un movimiento hecho en solitario y en medio de una redefinición de la política de hidrocarburos.

No hubo comunicación oficial acerca de este viaje hasta bien entrada la tarde. El gobierno divulgó inicialmente la noticia a través de medios que operan en línea con los intereses de la provincia y de las petroleras. En rigor Gutiérrez aprovecha un viaje a una feria internacional de turismo, que se lleva a cabo en Madrid, para sumar en la agenda las entrevistas que mantendrá a partir de hoy con  representantes de Total, Shell y Equinor, tres operadoras en Vaca Muerta. 

España trae malos recuerdos al desarrollo de la industria petrolera del país por lo que significó el paso de Repsol en la Argentina, pero son buenos para los gobiernos del MPN que tuvieron en la empresa española a una aliada estratégica durante varios años. 

El gobernador se fue de viaje en medio de reclamos planteados por las cámaras que agrupa a las empresas de servicios petroleros que piden un lugar en la mesa de negociación de Vaca Muerta. “Esperamos que nuestras consideraciones sean contempladas de forma urgente en las mesas de diálogo y que nuestras cámaras sean convocadas a los debates correspondientes” sobre la situación en Vaca Muerta, expresa una declaración conjunta de Ceipa (Cámara Empresarial Industrial Petrolera y Afines) y Capespe (Cámara Patagónica de Empresas de Servicios Petroleros). 

De forma separada pero en similar sentido se manifestó Acipan (Asociación de Comercio, la Industria, Producción y Afines de Neuquén), la cual advirtió que “sería lamentable que la falta de diálogo lleve a situaciones no queridas y absolutamente negativas para todos”.

En un extenso pronunciamiento, Ceipa y Capespe aclaran que “celebramos el diálogo constructivo que están llevando adelante gobierno nacional, provincial, sindicatos y operadoras”, pero agregan que “lo que más nos preocupa es que las pymes de la provincia vinculadas al sector hidrocarburífero siguen estando fuera de la mesa de diálogo” y “ninguna” de las noticias sobre las conversaciones en marcha “aborda su problemática”.

Aseguran que las pequeñas y medianas compañías “enfrentan una situación de crisis profunda que, a diferencia de lo sucedido en tiempos pasados, nada tiene que ver con factores internacionales sino exclusivamente con malas decisiones de nivel nacional”. Definen a la situación como “una tormenta perfecta de múltiples factores” cuyas características “queremos hacer oír a las nuevas autoridades nacionales para que sean consideradas en las medidas a tomar”.

“Dificultad financiera”

Más adelante, al explicar la “dificultad financiera”, Ceipa y Capespe afirman que “la cadena de pagos de la industria se encuentra muy ‘estirada’” y por ello los pagos “se están realizando a 60, 90 y hasta 120 días”. Sostienen que “en la industria, algunas empresas, para no incumplir con los plazos de pago ‘patean’ las certificaciones de servicios” y lo hacen “todo a costas de las pymes”.

Además, al referir lo que consideran “una situación por demás injusta”, ambas cámaras dicen que “las grandes empresas por un lado demoran los pagos y en el mismo acto exigen cumplimientos estrictos en los planos fiscal y sindical a sus proveedores. Si hay deudas, además, retienen fondos”. En ese sentido, “se exige a las pymes que tengan todo al día, pero no les cancelan sus pagos regularmente”.

Advierten que  “a esta altura de los acontecimientos, una gran cantidad de pymes se encuentra pagando sueldos y gastos corrientes, con los recursos que fueron solicitados para realizar inversiones de mediano y largo plazo”, mientras que “otras, que han vendido todos sus cheques y hasta cedido sus facturas a cobrar, ya están acudiendo a los descubiertos bancarios teniendo que pagar tasas que a veces son superiores a la propia rentabilidad”.