La Universidad Nacional del Camahua (UNC) se prepara para poner la lupa donde no lo hacen con rigurosidad la industria ni el Estado provincial.  Será “la voz de los que no tienen voz” en un universo complejo donde se mueven miles de millones de dólares en inversiones por año y la prioridad está puesta en el negocio.

La definición del objetivo que tendrá el Observatorio para Vaca Muerta, que está en etapa fundacional en la UNC, corresponde a Enrique Mases subsecretario de Posgrado de la casa de estudios. La idea es explorar y poner en agenda los problemas de salud de los petroleros derivados del riguroso estilo de vida que llevan, las agresiones al medio ambiente  y los conflictos territoriales entre comunidades mapuches, tenedores de tierras y las compañías que operan en la formación geológica. 

La Universidad se propone sumar su experiencia académica con una mirada más global e independiente al ABC del desarrollo de los no convencionales. Armará un ente interdisciplinario que reunirá a investigadores de facultades como Informática, Ingeniería, Ciencias Sociales, Ciencias Médicas y Ciencias del Ambiente, Alimentos. Ellos van a ordenar y sistematizar la información que ya se está produciendo sobre el mayor centro de atracción de la industria del gas y del petróleo del país. 

Lo interesante del proyecto, que según dijo el rector Gustavo Crisafulli "todavía está en una etapa inicial, embrionaria", es que el conocimiento que actualmente se genera va más allá de los aspectos económicos y productivos de la actividad, e incluye otras problemáticas que suelen ser puestas en un plano secundario. 

Algunos de ellos son la calidad de vida de las personas que trabajan en la zona ligada a la industria y los problemas de salud derivados de ese estilo de vida; los conflictos territoriales entre comunidades mapuches o tenedores de tierras y las empresas; o los problemas ambientales que derivan de la actividad.   

La iniciativa cobró impulso luego de la participación de la ex rectora de la UNC, Ana Pechen, en el Coloquio de IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial de Argentina), desarrollado en Neuquén en junio pasado. Allí, Pechen planteó la necesidad de que la academia ingrese en la Mesa de Vaca Muerta para poder hacer aportes a la actividad, como ocurre en otras partes del mundo.

Pechen, que es vicedirectora del Citaac (Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental y Agrobiotecnología del Comahue), el cual depende del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), explicó a que "durante mucho tiempo la Mesa de Vaca Muerta se reunió sin la participación de nadie de la academia". 

Apuntó que tras sucesivos reclamos por parte de autoridades universitarias, después del mencionado Coloquio de IDEA "hubo una apertura a charlar con los empresarios, se invitó al rector a formar parte de la mesa y a partir de ahí empezó a acudir. Pero hasta ese momento hubo muchas reuniones donde la academia en su conjunto no había sido invitada", indicó.

Consultada acerca de cómo toman desde el sector empresario la intervención del ambiente académico en la actividad, la investigadora científica y ex vicegobernadora de Neuquén señaló que "en algunos casos lo ven como algo auspicioso, en otros lo toman con cierto escepticismo y hasta desconfianza". 

Detalló que "en el caso de las multinacionales tienen, en general, su sistema de investigación en el lugar de origen", de modo que prescinden de los estudios que podría generar una institución universitaria, pero aclaró que "acá hay un montón de pymes y empresas de servicios que realmente necesitan el apoyo de la universidad y de alguna manera también lo están demandando". 

Problemas de salud, entre otros

Para el subsecretario de Posgrado de la UNC, Enrique Mases, "es un paso adelante que las empresas quieran que la academia esté". En diálogo con , afirmó que la presencia universitaria en los temas de Vaca Muerta "tiene que ver con tres ejes: la creación de conocimiento, la formación de profesionales y algunos problemas que detectamos y nos preocupan, que tienen que ver con la salud, con el medio ambiente, con las relaciones familiares, el régimen de trabajo y otros problemas derivados de esta relación".

Mases apuntó que entre los problemas de salud que se vienen estudiando en las personas que están insertas en el mercado laboral petrolero se encuentran las enfermedades de transmisión sexual, la aparición de sífilis en mujeres embarazadas, problemas de adicciones, mala nutrición y sobrepeso.

"Pensamos también a la universidad como un espacio neutral donde puedan dirimirse conflictos entre actores diferentes, como pueden ser pueblos originarios, tenedores de tierras y empresarios. En algún punto la idea sería que la universidad se convierta en la voz de los que no tienen voz", explicó el funcionario de la casa de estudios.

Otro aspecto del que se puede encargar la institución de educación superior es de algunas contradicciones que genera este sistema de producción industrial pensado en la exportación. "Hace poco en Vaca Muerta habíamos alcanzado el 10% de la producción de gas en todo el país, y sin embargo Añelo no tiene sistema de red de gas, y tenemos allí el mayor índice de deserción escolar", planteó Mases como un conflicto a solucionar. Añadió que "el aumento de la producción ha llevado también a que llevemos cerca de 6 o 7 operarios fallecidos. Eso también amerita alguna reflexión", destacó.

La cuestión ambiental

"Los temas ambiental, de salud, de desarrollo urbano en el área de Añelo", son algunos de los ejes de trabajo que enumeró el rector Crisafulli, en diálogo con . 

Para Pechen, el tema ambiental "posiblemente sea el más serio, en cuanto a monitoreo de los residuos de hidrocarburos, que es lo que a veces alarma a la gente, y a los productos que se usan en la fractura hidráulica, que si bien en porcentaje son pequeños, desde el punto de vista toxicológico merece un análisis pormenorizado del efecto de las mezclas".

Pechen agregó que "tal vez el problema más serio que tiene la fractura hidráulica no es la fractura en sí mismo sino los residuos, y qué es lo que se hace con los residuos, qué procesos de remediación se están empleando, cuáles son los controles de las emisiones gaseosas”, ejemplificó. Añadió que “lo que se va a demostrar con el Observatorio, es que todavía falta mucho por hacer y que eso requiere de una infraestructura en equipamientos duros que hoy no están instalados en la zona".

Sobre el impacto ambiental que el fracking genera en el ambiente, Mases afirmó que "no hay una posición unívoca en la universidad" sobre este tema. En tanto, a modo de opinión personal, consideró que actualmente "hay una debilidad en los organismos estatales de control. Las empresas siempre maximizan la renta, es su objetivo en un sistema capitalista. Nosotros creemos que las agencias estatales tienen que tener un control estricto con personas idóneas pero libres de cualquier presión", indicó.

Órgano de control

En principio, el Observatorio sobre Vaca Muerta tendrá como función visibilizar, dar a conocer y poner en valor las investigaciones académicas existentes y detectar las que faltan. "Si después eso se transforma en un sistema de control, dependerá de la voluntad de las autoridades por reconocer a organismos independientes como es la universidad y el Conicet como entes de controles", respondió Pechen ante la consulta de este medio acerca de si la Universidad se podría constituir también como un organismo autónomo de control de la actividad.

Por el momento la función del Observatorio va a ser la de dar información, ya que para llevar adelante una tarea de monitoreo o control se requieren de otros recursos con los que la Universidad no cuenta.

La idea es que "las autoridades entiendan la necesidad de que organismos independientes efectúen un control puede ser muy útil. Pero eso requiere de una voluntad política de las autoridades por reconocer a los organismos independientes como generadores de sistemas de control que son garantía para la sociedad y que le permiten alertar sobre riesgos y también sobre beneficios", concluyó la doctora en Ingeniería e investigadora académica.