Sorpresa: el MPN se quedó con las manos vacías. Como partido de distrito que es, las elecciones legislativas nunca han sido su fuerte. Pero en esta oportunidad le fue peor. 

Por primera vez desde la vuelta de la democracia, el partido que gobierna la provincia desde hace más de medio siglo se quedará sin representación en la Cámara donde se ‘cocina el estofado’. Tampoco tendrá un diputado más.

Guillermo Pereyra se quedó de a pie, a pesar de su intento de torcer la derrota de las PASO anunciando que su gremio votaría por ese caballo ganador que era la fórmula Fernández-Fernández.

Paralelamente, el MPN marró su primer golpe desde que empezó la seguidilla de elecciones de este año. Ganó nuevamente la provincia, recuperó la capital y Zapala, pero perdió la elección legislativa.

No faltará, en una provincia donde gobierna una fuerza hegemónica, a la que se atribuyen todos los bienes y todos los males, quien afirme que alguien, desde las alturas, mandó a bombear al “Caballo”.

Pero más allá de que Pereyra debe haber pagado el costo de apoyar al peor gobierno que tuvo la Argentina en 36 años de democracia, lo más probable es que la derecha de su partido, acaso desilusionada de Macri pero temerosa de que vuelva el peronismo, haya optado por poner completa la boleta de Juntos por el Cambio.

A pesar de perder por lejos, los 7 puntos que remontó Macri a nivel nacional desde las PASO fueron 10 en Neuquén. Y en la categoría senadores, 9. El Frente de Todos ganó y ganó bien, pero sumó sólo un punto.

También, hay que decirlo, esa gran encuesta que son las primarias hizo que el electorado argentino se comportara en esta primera vuelta casi como si fuera la segunda.

Perdido por perdido, el antiperonismo, que también anida en el MPN, no votó por Macri sino en contra de que ‘vuelvan’.

Héctor Mauriño