El intendente de Neuquén, Horacio “Pechi” Quiroga, murió ayer a los 65 años a consecuencia de una prolongada enfermedad. El 10 de diciembre próximo iba a terminar su cuarto mandato como titular del municipio capitalino, al cual accedió por primera vez hace 20 años y desde donde se convirtió en una figura central de la política neuquina durante dos décadas.

El lugar del jefe comunal fallecido será ocupado hasta la finalización del mandato por el presidente del Concejo Deliberante, Guillermo Monzani. El gobierno provincial dictó dos días de duelo y el MPN y el Frente de Todos decidieron interrumpir por 48 horas la campaña electoral. El ex intendente es velado desde ayer a las 19 en la sede del Museo Nacional de Bellas Artes.

Desde que se conoció el deceso, a primera hora de ayer, figuras de todo el arco político local, empezando por el gobernador Omar Gutiérrez, y nacional, comenzando por el presidente Mauricio Macri y el candidato del Frente de Todos Alberto Fernández, hicieron conocer su pesar.

“Lamento profundamente el fallecimiento de un hombre que apasionadamente marcó una manera de pensar, soñar y transformar la ciudad”, dijo Gutiérrez.

Faltaron solo dos semanas para que se develara, en la elección del domingo 27 de este mes, si Quiroga accedería o no a la banca como senador nacional para la cual estaba postulado por Juntos por el Cambio (JpC).

Ayer se especulaba con quién lo reemplazaría en la lista de candidatos de Juntos por el Cambio. La mayoría de las opiniones se inclinaban por la figura de Pablo Cervi, quien es el primer candidato suplente de la nómina.

Quiroga gobernó la ciudad durante cuatro mandatos desde 1999 con un solo intermedio, entre el 2007 y el 2011 en que ejerció el fallecido Martín Farizano. Previamente, a fines de los años ‘80 y luego en la segunda mitad de los ‘90, había sido concejal de la ciudad de Neuquén en representación del partido donde militaba en aquellos años, la Unión Cívica Radical (UCR). Fue elegido para ejercer en el Concejo Deliberante desde 1987 a 1991, y nuevamente entre 1995 y 1999. 

En el último de esos años (el ‘99), con su primer triunfo en la elección de intendente, irrumpió en el escenario provincial. Logró nada menos que desalojar del gobierno de la capital, por primera vez mediante los votos, al Movimiento Popular Neuquino (MPN). Siendo dirigente radical se había postulado al máximo cargo municipal en representación de la Alianza, la coalición política que su partido integraba a nivel nacional con Fernando de la Rúa como candidato a presidente.

Su gestión al frente de la intendencia se cumplió en dos etapas de ocho años cada una: primero entre 1999-2007, con una reelección en el medio, y después de un cuatrienio fuera del cargo, retomó la conducción del municipio entre 2011-2019, también con una reelección intermedia. 

Es decir que ganó las elecciones como candidato a intendente todas las veces que se postuló: 1999, 2003, 2011 y 2015. 

Las gestiones de Quiroga al frente de la municipalidad cambiaron radicalmente la ciudad, con obras de infraestructura como asfalto y desagües y construcciones emblemáticas como el Museo Nacional de Bellas Artes y la Terminal de Ómnibus y proyectos transformadores como el Paseo de la Costa.

Buscando ser gobernador

Horacio Quiroga fue candidato a gobernador de Neuquén en 2007, 2015 y 2019. En la primera de esas ocasiones lo hizo aliado con el kircherismo, algo que visto a la distancia parece sorprendente, dado que a partir de 2008 fue un férreo opositor al espacio fundado por Néstor Kirchner y luego liderado por Cristina Fernández de Kirchner.

Ocurría que sobre el final de la presidencia de Néstor, un sector de la Unión Cívica Radical encabezado por el entonces gobernador de Mendoza, Julio Cobos, se sumó a la “Concertación Plural” que postuló a la fórmula integrada por Cristina como candidata presidencial y Cobos como vice. En ese contexto, el dirigente neuquino que acaba de fallecer era parte de lo que se llamó “el radicalismo K”. Tiempos políticamente muy lejanos y contrastantes con los de hoy.

Esa vez, aunque derrotado en sus aspiraciones como mandatario provincial, al iniciarse el gobierno cristinista a fines de 2007 se desempeñó como secretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería. El ministro de Relaciones Exteriores, del cual dependía, era Jorge Taiana. Duró solo unos meses en ese cargo por razones de conmoción política nacional que excedieron a su situación individual: a mediados de 2008, por el conflicto agrario, el sector radical aliado al kirchnerismo rompió esa alianza -aunque Cobos siguió siendo vicepresidente de la Nación- y Quiroga integró el grupo que se pasó a la oposición.

Por eso, en los comicios de renovación legislativa al año siguiente, en 2009, se postuló como diputado nacional y accedió a la banca. La ocupó hasta su regreso a la intendencia, en 2011, donde ya lo hizo como parte del partido provincial que él mismo fundara: Nuevo Compromiso Neuquino (NCN). En el Ejecutivo municipal revalidó su mandato en 2015 y lo ejerció hasta ayer mismo, el día de su muerte.

En ese mismo 2015 pero meses antes, en la elección provincial, tuvo lugar su segunda postulación buscando ser gobernador. Quedó en tercer lugar, después del MPN -ganador- y del Frente para la Victoria -en ese momento todavía gobernante a nivel nacional-. Su más reciente intento para llegar a la gobernación de Neuquén fue en marzo de este 2019, con similar resultado. Posteriormente, a mediados de año, se anunció que sería candidato a senador.

Contra los “populismos”

Desde que Mauricio Macri es presidente de la Nación, su adhesión al oficialismo nacional fue fervorosa tanto en términos estrictamente políticos como por la envergadura discursiva emocional que le otorgó a ese posicionamiento, contracara de su frontal rechazo al kirchnerismo y en general a los “populismos”. 

En 2016, nueve meses después de asumido el gobierno de Cambiemos, hubo un acto en Neuquén por el lanzamiento a nivel provincial de esa coalición. Allí, ante la presencia de algunos referentes nacionales del oficialismo, dijo en un encendido discurso: “Quiero que el presidente Mauricio Macri, además de ser un gran administrador, sea un líder latinoamericano que contribuya a desterrar de este hemisferio sur al populismo”. Era el 9 de septiembre, hace dos años.

Dos meses más tarde, desde San Martín de los Andes se expresaba otra vez con profesión de fe política macrista. Era el 8 de octubre y, aunque faltaba un año para las elecciones legislativas de mitad de mandato en 2017, dijo que era preciso que Cambiemos venciera en esos comicios “para que el presidente Macri salga fortalecido, porque no le van a alcanzar cuatro años para arreglar el desastre que hizo el kirchnerismo en los doce años que gobernó nuestro país”.

“Hay que ganar”, remarcó en esa ocasión, “para que después Mauricio Macri pueda ser ocho años presidente de la República”, porque “su misión es poner fin al gen maldito del populismo que tanto daño ha hecho en nuestra Nación, y eso llevará tiempo”. 

La primera parte de la secuencia electoral por la cual bregaba Quiroga hace dos años se cumplió, ya que Cambiemos ganó, en el promedio nacional, los comicios parlamentarios de 2017. Más aún, fue la única vez que una opción electoral liderada por el ahora fallecido dirigente obtuvo un triunfo provincial: la lista de candidatos por él diseñada, y encabezada como candidato a diputado nacional por David Schlereth, salió primera en el distrito neuquino en esa ocasión. 

La segunda parte del plan político expresado en los comienzos del macrismo, también se develarán dentro de dos semanas -en la elección del 27- pero las chances son escasas. La aplastante derrota en las elecciones PASO (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias) del pasado 11 de agosto, dejaron a Maurico Macri y al conjunto del oficialismo -ahora llamado Juntos por el Cambio- en muy malas condiciones como para aspirar a la victoria.

Aun así, Quiroga mantuvo inalterable su posicionamiento. Y por casualidad, destino, decisión divina o lo que fuere, el referente neuquino del espacio macrista, días antes de morir participó en su propio terruño personal y político -como segunda figura en importancia- de un acto de campaña conjunto con el presidente de la Nación y candidato a la reelección. 

Fue, emblemáticamente, frente a la intendencia, a pocos metros de su despacho personal y del lugar institucional que lo tuvo como protagonista en los últimos 20 años. Allí, cuando le tocó hablar, insistió con el núcleo ideológico de su discurso de los últimos años. Refiriéndose a la inminente contienda electoral en el último domingo de este mes, afirmó que "lo único que sirve para poder ponerle una barrera al populismo es ganar las elecciones", y "el único proyecto que existe es Mauricio Macri presidente".

“Donde la política lo depare”

A Horacio Quiroga la faltaron dos semanas de vida para saber si sería o no senador nacional. En cambio, sí alcanzó a conocer el resultado del comicio municipal donde, por primera vez en dos décadas, su sector fue vencido y el MPN recuperó al gobierno de la ciudad de Neuquén, en la elección del pasado 22 de septiembre.

Esa vez, y aun cuando tenía con él una relación política tensa, formalmente respaldó para la intendencia al candidato que a la sazón sería derrotado, Marcelo Bermúdez, el actual secretario de Coordinación y Gobierno del gabinete comunal, y además integrante de su espacio político desde largo tiempo.

En la noche de ese domingo del mes pasado, cuando se conocieron los resultados y ambos -Bermúdez y Quiroga- comparecieron juntos ante la prensa para reconocer la derrota, al intendente la preguntaron por su futuro político. Y refiriéndose a sí mismo en tercera persona, contestó: “Existe un Quiroga que va a seguir haciendo política donde la política lo depare. No me veo dándole de comer a las palomas todavía”.

Posiblemente se hubiera convertido en senador nacional dentro de muy poco tiempo. El resultado de las primarias auguraba esa posibilidad. La lista de Juntos por el Cambio en Neuquén, con él como primer candidato al Senado, salió segunda (detrás del Frente de Todos y relegando al tercer lugar a la lista del MPN). 

Según la Constitución Nacional, de tres senadores que se eligen por provincia, dos se los adjudica el partido o alianza electoral que gana la elección. El restante, en representación de la minoría, corresponde a la fuerza política que alcanza el segundo lugar. Por eso, si se repetía un resultado similar, Quiroga hubiera sido elegido para integrar el Senado de la Nación en representación de la provincia de Neuquén.

La política y sus contingencias electorales todavía mantenían abierta esa posibilidad pero la vida no le dio tiempo. Murió este sábado, 12 de octubre de 2019.

Restaban solo 15 días hasta esa elección, y además todavía le quedaban dos meses, hasta el 10 de diciembre, como intendente de Neuquén. En el cargo y en la ciudad que lo lanzaron, y lo mantuvieron, como figura central de la política provincial durante dos décadas.