Columnistas
24/09/2023

Ordenamiento territorial olvidado

Por qué se lo ignora e invisibiliza

Por qué se lo ignora e invisibiliza | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La vigencia del tema queda subrayada por las razones ocultas con que alguna mano negra de nuestra historia lo ha ignorado y naturalizado premeditadamente.

Luis Grisolía

Siempre viene bien insistir en la importancia de recuperar la temática perdida del ordenamiento territorial y reinstalarla para la discusión en nuestras mesas cotidianas locales.

Sobre todo porque estoy convencido que:

 

  • Marca profundamente nuestras actuales existencias comunitarias

 

  • Compromete seriamente el futuro geoeconómico regional.

 

  • Estamos a tiempo de intervenir para corregir errores y evitar consecuencias más graves.

 

La vigencia de este asunto (que muchos miran como un mensaje extraterrestre) queda subrayada por las razones ocultas con que alguna mano negra de nuestra historia lo ha invisibilizado, ignorado y naturalizado premeditadamente.

Por algo nos han metido a presión algunos paradigmas absurdos como que los habitantes de los grandes conglomerados urbanos tienen el rango de “ciudadanos” y el resto son “extraños territoriales”.

¿Por qué se llaman así los “partidos” de la provincia de Buenos Aires?… ¿no será porque es natural “partir” las poblaciones para gobernarlas mejor?

¿Quien diseñó los departamentos de Chubut y Neuquén, dibujando sobre nuestros mapas provinciales líneas sin ningún significado institucional ni territorial? ¿No será que de esta manera se debilita y manipula la gestión municipal integrada por microrregiones?

¿Por qué en Neuquén no hablamos de esa ciudad partida al medio, con dos intendentes y dos concejos deliberantes que es la comarca Plaza Huincul-Cutral Co?

¿Cómo se entiende la extraña configuración urbana del Añelo petrolero, con 2.500 habitantes de sábado a domingo y 30.000 de lunes a viernes?

¿Nadie se da cuenta de la muerte progresiva de nuestro equipamiento agrícola, con las chacras fagocitadas por los yacimientos de fracking y la usura inmobiliaria?.

Tampoco decimos nada sobre el ejido fragmentado en dos mitades de la municipalidad de Centenario… ni sobre la desaparición de las palabras “planeamiento regional” en las estructuras gubernamentales de la provincia de Neuquén.

Son demasiados interrogantes sin respuesta que nos están señalando equivocaciones y errores (a veces impensados a veces premeditados) que deberíamos tratar en una mesa de análisis cuanto antes mejor.

Para empezar a resolver estos criterios, frecuentemente intento motivar el interés colectivo tomando como referencia los efectos de dos importantes sucesos territoriales continentales, opuestos y muy significativos:

 

  • Las reformas urbana y agraria de la Cuba revolucionaria durante los años 60.

 

  • El violento éxodo rural y exagerada concentración urbana en El Salvador de fines de los 80.

 

Después de medio siglo, ambos ejemplos latinoamericanos hablan por sí mismos y resultan claramente ilustrativas sus consecuencias.

Por un lado a inicios de la revolución cubana, se expropiaron las inmensas e improductivas tierras de los ricachones (que habían huido a Miami) para redistribuirlas equitativamente entre los verdaderos productores rurales, que lógicamente habían estado amontonados en la capital habanera trabajando de cualquier cosa. Se agrandó socioeconómicamente el país, con una equilibrada y equitativa ocupación poblacional en áreas productivas y se frenó La Habana terciaria, mientras los frustrados oligarcas especuladores siguen esperando su retorno en la gusanera americana.

Por el otro lado veinte años más tarde, en la pequeñísima república de El Salvador, (1.500 km2más chica que nuestra provincia de Tucumán) finalizó una guerra interna de liberación con un empate de ambos bandos. El armisticio lo monitorearon los marines de Estados Unidos quienes unos meses antes habían bombardeado todo el interior del país, destruyendo escuelas, equipamientos, infraestructuras y las economías rurales impulsando un doloroso éxodo campo-ciudad. Los campesinos salvadoreños abandonaron aterrorizados sus áreas rurales para hacinarse en la capital San Salvador, tratando de salvarse de la hecatombe, generando un país asimétricamente poblado totalmente fragmentado y sometido.

Asistimos a grandes movimientos territoriales de población con objetivos muy diferentes, pero siempre sobrevolados por la sombra del imperialismo: En Cuba cobijando los oligarcas en fuga, en el Salvador operando con sus marines y las iglesias evangélicas.

Esa misma lógica política aplicada al ordenamiento territorial de todo el planeta es la que hoy nos problematiza, fragmenta y somete.

Antes de ayer Biden incorporó al consejo de seguridad de la ONU a tres de los cinco integrantes de los BRICS. Ayer en el norte de África, se utilizaba una catástrofe natural para intervenir en Libia y hoy en medio oriente, Arabia Saudita se acerca a normalizar sus relaciones con Israel gracias a la mediación de Estados Unidos.

Se impone un máximo de dedicación y estudio porque corren tiempos de reordenamiento geopolítico y en ese contexto resultan indispensables nuestras miradas agudas de mediano y largo plazo.

29/07/2016

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