JxC viene prevaleciendo en algunas provincias sobre UxP y dentro de ello Rodríguez Larreta superando a Bullrich. Dado que UxP parece confirmado que Massa superará a Grabois, se vislumbra que el duelo en octubre y por la presidencia de la República estará representado por Larreta vs Massa o viceversa.

¿Qué le conviene más a Massa competir con Larreta o con Bullrich? Creo que le conviene más que sea contra Bullrich, porque esta representa el extremo de una tendencia demasiado puesta a tensión y que no admite matices. Ella misma señala TODO O NADA. Donde NADA quiere decir sin renuncia a las medidas restrictivas a todo lo que tenga una pátina de “popular” o de “derecho adquirido” durante el peronismo. Esto no se puede discutir. Es más, quien lo haga se expone a ser metido en un calabozo, como hoy día ocurre en Jujuy. En paralelo ella alienta a sus adictos a que sus medidas sean defendidas en la calle, con lo que acuerdistas y detractores se enfrentarían virtualmente en el escenario público coqueteando con la violencia de un lado y de otro. Y alcanzará con encender una mecha para que se instale una guerra civil.

Larreta impresiona como más dialoguista, se presume que es una virtud mayormente valorada por el electorado que no quiere convertir un acto eleccionario en un potencial acto bélico. De cualquier manera sus armas no dejan de ser provocadoras porque señala que piensa “barrer” con el kirchnerismo, que sería algo así como su límite de tolerancia para garantizar la paz social, al atacar el aporte del presunto mayor caudal electoral de Massa.

Lo que fueran a hacer a favor de la Nación ambos representantes de JxC no parece ser diferente a lo que contribuyeron a hacer entre los años que les tocó acompañar a Macri en la presidencia de la República.

Alguien ha dicho que si lo que tenemos que hacer, lo hacemos para acertar con el éxito utilizando las mismas armas que desembocaron en un fracaso, lo más probable que el resultado de la reiteración de los mismos medios nos conduzcan a un nuevo fracaso.

Para evitar este fatal desenlace tanto Bullrich como Larreta dicen que las reformas que ellos emprenderán serán más profundas y ejecutadas con mayor velocidad. Pero no niegan que seguirán haciendo lo mismo, con lo que se cerraría un círculo de espanto para el pueblo argentino: tropezar dos veces con la misma piedra.

Por su parte Massa se percibe como un negociador nato y un gestor eficiente. No parece que invoque a la violencia contra el que piensa distinto porque él mismo en su momento pensó distinto que la líder que ahora lo acompaña y obtuvo mediante su constancia basada en cierta lealtad y mayores afinidades políticas, un nuevo acercamiento a quien con aquiescencia a su persona le acercará los votos que se supone la hubiesen seguido a ella en caso de haber podido presentarse como candidata.

Por otra parte, y como lo señala Roberto Navarro en el Destape del 18 de julio, Cristina acepta a Massa antes que como candidato, primero como Jefe de gabinete y luego como superministro de Economía, porque en la gestión le ve cosas semejantes a Néstor. Resulta oportuno releer ese editorial porque aclara ciertas conductas que se revelan como muy conducentes en el momento actual.

La factibilidad del triunfo de UxP, que hasta hace poco parecía ilusorio, pasa por difundir la imagen de Massa que supera en calidad de discurso y en la physique du rola sus dos ocasionales adversarios si de hecho descartamos a Grabois, que cumple una sacrificada labor de retener por izquierda a los sectores populares que podrían migrar del peronismo a Milei o a cualquiera de los candidatos de JxC.

Finalmente le salió bien a UxP toda esta alquimia previa a la elección de sus candidatos porque obtuvo la unidad, evitando una dispersión francamente suicida, porque eligió el candidato que mayores garantías ofrece para evitar barquinazos y propuestas que el contexto hubiera desoído. No quiere decir que la elección está ganada aunque se vea a Massa desplazarse por el escenario con extrema confianza, como quien ya ha vivido estas instancias. Aún hay mucho antiperonismo en la sociedad que es la carta que siempre tienen en las manos los candidatos de la derecha.