Columnistas
10/03/2024

La reconstrucción argentina

Un futuro difícil de predecir

Un futuro difícil de predecir | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Para el peronismo la disyuntiva es clara: o articula y conduce junto a otras fuerzas políticas afines una respuesta programática a la que impone esta derecha salvaje o pasa a ser un grato recuerdo para algunos y el fin de la pesadilla burguesa para otros.

Enrique Mases *

Introducción

A poco más de tres meses de ponerse en marcha el plan de gobierno de los hermanos Milei y ante los primeros resultados de su ejecución no pocos ciudadanos se preguntan incrédulos como es que los ciudadano/as en ultimo ballotage han votado mayoritariamente a este personaje y a su peculiar programa de gobierno.

Al respecto se han ensayado innumerables respuestas y la siguiente es una más con la que intentamos develar ese interrogante, y que plantea lo siguiente:

En los albores de la restauración democrática, de principios de los ochenta, la palabra democracia definía claramente las relaciones sociales y política de la comunidad argentina. La misma había adquirido tanta centralidad en la vida de los argentinos que el entonces presidente Raúl Alfonsín en un memorable discurso no trepido en afirmar que “con la democracia se come, con la democracia se educa y con la democracia se cura”.

Cuatro décadas después lo que queda claro para grandes porciones de esa sociedad es precisamente lo contrario a la afirmación de Alfonsín. Es decir que, en el derrotero de estos años lo que se hizo evidente es que con la democracia no se cura, no se educa y tampoco se come y lo más grave aún es que muchos perciben que con esta democracia tampoco se vislumbra un futuro de prosperidad.

Por lo tanto, ante el fracaso de quienes encabezaron los últimos gobiernos democráticos y ante el descreimiento y desasosiego de muchos ciudadanos se consolido el discurso de Milei que proponía una nueva solución para la inflación galopante y un futuro de bonanza por venir.

El éxito electoral, significo en la práctica la puesta en marcha de un programa de gobierno que tuvo como principales características la de expresarse por fuera de los controles democráticos y, al mismo tiempo, que no necesito para ser llevado a cabo la instauración de un gobierno de facto como había sido en épocas anteriores.

Sin embargo, a poco de andar el gobierno de los hermanos Milei, yase visualiza en un futuro próximo como cancelado y su programa nonato a partir de las variables económicas y sociales que, lejos de acompañar las teorías económicas esgrimidas en su concepción teórica, se muestran en la realidad absolutamente descontroladas y contradictorias en sus resultados respecto de lo que se pretendía a partir de su implementación.

Como advierten diversos economistas, a partir de un diagnóstico equivocado, las medidas y políticas macro y estructurales desarrolladas por el gobierno no tienen posibilidades de éxito y, de persistir en su aplicación van directamente al fracaso.

“Un modelo que lesiona la generación de riqueza y empeora la distribución no tiene ninguna chance de prosperar”, afirma contundentemente Mariano Kestelboin

Paradójicamente, el presidente Milei en tono dramático ha advertido una y otra vez sobre la posibilidad de una catástrofe si todas sus iniciativas tendientes a desregular la economía y la vida de los argentinos no tienen aval parlamentario, pero como bien señala Pablo Chaullu,en realidad, la catástrofe ya esta entre nosotros y es producto de las medidas que el propio gobierno ha implementado.

El final de esta experiencia es cuestión de tiempo, que difícilmente se pueda datar con precisión. Tampoco es posible predecir el escenario en el que se va a producir. Dicho de otra manera, si el mismo termina en una solución política de recambio institucional o la violencia social y política se apodera de la realidad argentina y el resultado final, por lo tanto, imprevisible.

En definitiva, el experimento de LaLibertad Avanzaesta más temprano que tarde caducado y es necesario buscar nuevas alternativas.

Es decir, que más allá de las formas que adoptará el final, lo cierto es que, a partir de estas consideraciones previas, es un buen ejercicio intentar desentrañar comoserá el nuevo escenario enmarcado en lo que podemos denominar la reconstrucción, Y sobre este particular nos interesa reflexionar y a su vez plantear una serie de interrogantes.

Pensando la reconstrucción

En primer lugar, preguntarnos desde que piso deberá obligatoriamente arrancar la reconstrucción. Desde uno en que las consecuencias de las medidas económicas implementadas produjeron un deterioro en la calidad de vida de los sectores medios y profundiza negativamente de los sectores populares o de otro donde la crisis resultó más profunda y produjo directamente un shock de hambruna al decir de Agustín Silva, que se instaló en algunos bolsones de población de nuestros conciudadanos más sumergidos.

Un segundo interrogante, es saber quien encabezará la reconstrucción y con qué herramientas. ¿Serán los partidos políticos tradicionales con representación parlamentaria?, ¿Serán los representantes de nuevos movimientos políticos sociales? Y, además: ¿Cómo se canalizará esa representatividad en el marco de una nueva revalorización del sistema democrático?

Concordante con esta interpelación la duda es si dicha reconstrucción puede ser llevada a cabo solo por una fuerza política o en cambio resulta imprescindible la concurrencia de otros actores como los trabajadores, el empresariado y las distintas fuerzas sociales e instituciones representativas de nuestra sociedad.

Una tercera pregunta es ¿Qué hará el peronismo ante esta nueva realidad y cual será su incidencia en la representación y eventual conducción de los sectores de la sociedad que se sientan agraviados por las medidas aplicadas por el gobierno de los hermanos Milei?

Finalmente, en términos políticos resta saber ¿Cuál será el rol de la derecha y particularmente del anarco-liberalismo en esta nueva realidad? Dicho de otra manera, ¿el fracaso de esta fuerza política arrastrará a la derecha en su conjunto a un ocaso duradero producto de un repudio político generalizado de nuestra sociedad, o por el contrario sobrevivirá a esta coyuntura adversa?

Naturalmente, por la nueva realidad que nos toca analizar, por lo inédito del proceso hasta aquí desarrollado las respuestas a estos interrogantes en principios son por demás provisorias en algún caso y en otros ni siquiera las tenemos.

Pero si podemos avanzar en la descripción, en este corto tiempo, de algunas iniciativas en términos de resistencia al modelo que nos pueden orientar hacia respuestas más estructuradas.

En primer lugar, debemos señalar que hasta el momento lo que se visualiza es el afloramiento de diversos colectivos que encabezan la confrontación. Pareciera que no es el tiempo de líderes carismáticos o de jefaturas individuales, ni tampoco de conducciones políticas partidarias que a lo sumo acompañan y se integran en la oposición al modelo que intenta instaurar la ultraderecha comandada por los hermanos Milei. Por el contrario, diferentes movimientos, algunos con cierta espontaneidad, con fuerte horizontalidad y escasa organización y otros mucho más estructurados, con larga trayectoria en el tiempo y en el conflicto social son los que se presentan como vanguardia de la confrontación política social.

Las asambleas barriales, los movimientos sociales y los gremios organizados a través de la CGT y las dos CTA son los que aparecen con alguna visibilidad encabezando la protesta callejera e incluso la confrontación de ideas. A estos actores seguramente se le sumaran en los próximos días el mundo universitario público que también sufre con crudeza el ajuste y el movimiento feminista intentando impedir una regresión de derechos amenazados por el discurso violento del gobierno.

Ahora bien, este conglomerado heterogéneo de formas organizativas podrá ser capaz de expresar y conducir una alternativa de poder y articular un modelo económico social que reemplace llegado el momento al actual.

Por el momento no parece que esto pueda suceder. Esta resistencia tiene características más corporativas en tanto hay una defensa clara de los derechos conculcados y una rebelión respecto al intento de disciplinamiento y coacción ejercida por quienes detentan el poder. Pero el discurso esgrimido no se amplía a otros tópicos que tienen que ver con la realidad que le toca vivir a la sociedad en su conjunto, ni tampoco una toma de posición respecto a políticas que superen lo sectorial e incluyan, por ejemplo, el rol de nuestro país en el escenario internacional, o el desarrollo científicas, solo por mencionar algunas cuestiones.

Estas aseveraciones nos remiten a intentar ensayar una respuesta a otros de los interrogantes planteados y es como se podrá llevar adelante esta reconstrucción.

Si acordamos que el escenario que va a dejar este gobierno es de una crisis profunda pero a la vez de tal amplitud que va a afectar al conjunto de la sociedad no solo en términos materiales sino también de disgregación y ruptura del entramado social luego la reconstrucción deberá ser llevada adelante no solo por las fuerzas políticas sino también por un conjunto de actores e instituciones que forman parte de nuestra sociedad como por ejemplo: los trabajadores en relación de dependencia, los autónomos, cuentapropistas, los pequeños y medianos productores rurales, los comerciantes, los titulares de las Pymes incluido cierto empresariado nacional y también las distintas fuerzas sociales, incorporando aquellas instituciones representativas de esa misma sociedad desintegrada.

Respecto al rol del peronismo en esta coyuntura, el mismo puede ser determinante tanto para el futuro del país como para su propia existencia.

El peronismo puede pasar de ser un objeto de estudio de sociólogos, cientistas políticos e historiadores a ser el centro de interés científico de arqueólogos y antropólogos forenses en la medida que no acierte con el papel a jugar en esta crisis desatada por los hermanos Milei y compañía.

Para que ello no ocurra es condición primera implementar un discurso y acciones que vuelvan a interpelar a los desposeídos, a los que más sufren las consecuencias de este modelo e incluso a otros sectores de la sociedad también alcanzados por la famosa motosierra.

Ahora bien, este discurso no puede solo hacer mención o estar dirigido únicamente a organizar y consolidar la resistencia al modelo, sino que fundamentalmente debe contener un programa alternativo que muestre como se reconstruirá la Argentina luego de la hecatombe liberal.

Por lo tanto, para el peronismo la disyuntiva es clara o articula y conduce junto a otras fuerzas políticas afines una respuesta programática a la que impone esta derecha salvaje o pasa a ser un grato recuerdo para algunos y el fin de la pesadilla burguesa para otros.

Finalmente, qué será de la derecha después de la caída de los hermanos Milei es un interrogante difícil de contestar por ahora. Lo que aparece como evidencia es que la derrota de La Libertad Avanza no significa necesariamente el derrumbe de la derecha ya que si bien en un futuro inmediato pueden ser repudiado en las urnas igualmente seguirá manteniendo los resortes del poder económico e incluso subordinar el desarrollo político en función de sus intereses. De la misma manera la derrota del actual gobierno no implica que el núcleo duro que lo apoya hasta el momento se vaya a diluir; al contrario, el mismo puede llegar a permanecer junto a sus lideres sobreviviendo ese escenario adverso.

En este sentido creemos que, solo la fortaleza política del campo nacional y popular expresado en un programa viable que interpele a la mayoría de la ciudadanía podrá ponerle límites a esta derecha y a sus conspicuos representantes impidiendo su futuro regreso.



(*) Catedrático de la UNC, integrante del Gehiso.
29/07/2016

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