Parece que La Libertad Avanza, sobre todo su líder, Javier Milei, no es tan “fácilmente infiltrable” como presumía Mauricio Macri. Los nombramientos en los cargos clave del futuro gabinete conocidos en los últimos días, tanto como los de las autoridades de Diputados y Senadores conocidos ayer, dan cuenta de que la pulseada por los cargos entre el ex presidente y el electo se viene resolviendo a favor del segundo.

La Libertad Avanza “es una agrupación no madura, sin volumen, sin equipo, fácilmente infiltrable, que no puede garantizar ningún cambio”,había dicho Macri en el acto de cierre de Patricia Bullrich, la fallida candidata de Juntos por el Cambio. Y la verdad es que independientemente de la sintonía político-ideológica entre Milei y Macri en la selección de las personas, e inclusive a pesar de la cercanía personal de este último con algunas de ellas, como Luis “Toto” Caputo o la propia Bullrich, Milei es el que viene eligiendo.

Lo mismo podría decirse de YPF, en lugar de entregársela a Macri para que este pusiera a su ejecutivo de negocios Javier Iguacel, Milei eligió saldar la deuda por la financiación de su campaña con Paolo Rocca. Que, dadas las circunstancias privatizadoras, eso sea mejor o peor, quién lo sabe.

Respecto de las autoridades de las Cámaras, es cierto que la advertencia de Cristina Kirchner en el sentido de que en la línea sucesoria hay que apoyar a un hombre o mujer del partido gobernante puede haber ayudado a que Milei tomara la decisión, pero en todo caso la posibilidad de que el Pro le reste apoyo legislativo tampoco bastó para que el presidente electo cediera ante la presión de Macri para imponer a Cristian Ritondo en la presidencia de Diputados.

No es menos cierto que lo de Ritondo no era potable para los radicales y algunos Pro, que preferirían una oposición civilizada a un oficialismo subordinado; y que acaso de esta forma el bloque de Juntos por el Cambio no se termine de fracturar por ahora. O, inclusive, que todo dé más o menos igual, porque el hombre de la motosierra piensa tensar al máximo la Constitución y las leyes gobernando por decreto de necesidad y urgencia. Pero lo cierto es que para tratarse de un novato, Milei ha demostrado cierto celo y cierta astucia para resistir el asedio cuando se trata de pujar por su propio poder.

Habrá que ver con el transcurso del tiempo si a Milei eso le sirve o francamente se equivocó; o inclusive si se tiene que arrepentir, después de todo si lo ocurrido hasta acá no esconde un acuerdo maquiavélico para garantizar mejor gobernabilidad a los negocios de ambos, Milei se puede haber comprado un problemita. Macri es un hombre rencoroso y con cierto talento para el mal, sobre todo cuando le empiojan algún negocio (que lo diga Riquelme).

Pero por lo pronto el líder de la ultraderecha que viene a concretar, más rápido y más a fondo, el proyecto a favor de los poderosos y en contra de los humildes que Macri no pudo lograr, va saliendo con la suya.

Falta saber si, al menos, el último tramo de la bravuconada macrista -“no puede garantizar ningún cambio”-, se verifica.