Columnistas
17/09/2023

De malpensados a desinformados

De malpensados a desinformados | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El mal pensar, ya sea desde la inocencia o del convencimiento de una ideología acrítica suele ser la consecuencia deseada de la propaganda occidental, articulada únicamente para defender los intereses de un sólo país, y suele basarse tanto en la mentira descarada como, en sus versiones más tibias, en la omisión.

Oliverio Jitrik

Un colectivo piensa mal cuando no logra salir del inmovilismo conceptual que supone que en Ucrania el occidente global defiende algo parecido a una democracia, y se cree que este nido de nazis ha sido arbitrariamente atacado por un loco autócrata porque sí. Pensar mal es creer que el occidente global está constituidos por países independientes y soberanos. Hacerlo de peor manera es no darse cuenta que el peligro más grande que ahora enfrenta la humanidad es justo ese hegemon en el que pagan impuestos, representado por toda esa banda del G7, integrado por 6 vasallos y una larga cauda de subsirvientes. Ya directamente no pensar, ya sea por incapacidad o por franca alienación es soslayar que existe un arsenal nuclear esperando a ser usado. Esta población no pensante está plenamente representada en las lesivas carencias de sus gobiernos, que tampoco piensan pero creen lo hacen, sólo por cumplir con los diezmos que el fiel vasallaje a Washington les exige. Van a morir con la suya, con tal de apoyar a un "tronpa"(1)que todavía supone que su designio conformacional es dominar el mundo y sus recursos a piacere. Si empezaran a pensar un poco, tanto poblaciones como gobiernos europeos alejarían el peligro termonuclear de sus góticas cúpulas.

Aún en el propio seno del malpensar occidental, y transgrediendo el "yo no hablo de política" tan atribuido a los deportistas, aparecen leves gestos: en el pasado US Open, Alexander Sacha Zverev, tenista alemán de padres rusos, interrumpió el juego para señalar un coterráneo del público que logró entonar la primera estrofa del "Deutschland über alles", de triste memoria. En consecuencia, el exaltado cantarín fue sacado del estadio. A Sacha sus padres le habrán contado de qué se trataba toda esa historia pues, pese a vivir en Hamburgo son rusos, y deban aguantar las periódicas regurgitaciones de su canciller, la impresentable Baerbock quien, dicho sea de paso, es una intensa promotora de que Ucrania (no, si va a ser Alemania) ataque blancos civiles en Rusia.

En el citado torneo, los más fanáticos del tenis tuvimos que soportar un homenaje a Billie Jean King -conocida por lograr reivindicaciones importantes para las mujeres hace 50 años- conducido por la señora del expresidente premio Nobel (otorgado acaso por atacar a Libia). La cruza de la azucarada corrección política con el atlantismo fiero es lamentable.

Capítulo aparte merecen las declaraciones de otro tótem del progresismo latinoamericano, nuestro querido Pepe Mujica, que se largó a declarar, ahí nomás amigo, en un canal de la DW(2). Dice Pepe: "Sé que la causa de Putin es horrorosa (sic) porque no deja de ser un zarpazo imperial (sic)"... "¿y un loco de estos va a soportar perder una guerra?". Hay que reconocer que compuso un poco con un equilibrante "no tengo duda que hay criminalidad de un lado pero también del otro".

El mal pensar, ya sea desde la inocencia o del convencimiento de una ideología acrítica suele ser la consecuencia deseada de la propaganda occidental, articulada únicamente para defender los intereses de un sólo país, y suele basarse tanto en la mentira descarada como, en sus versiones más tibias, en la omisión. Vale la pena destacar el estilo de El País, que se luce en su editorial del 11/09 en relación al aniversario número 50 del golpe en Chile: "Medio siglo después, regresan las áreas de influencia, pero han cambiados las tornas y Putin es el heredero de Pinochet". Declaración muy arriesgada en tanto España le está comprando gas a Rusia como nunca: una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, diría un filósofo de Buga o el entrañable "Cochiloco" de la película mexicana El Infierno. En cualquier caso, se deben haber mordido la lengua para poner a Pinochet, hombre querido por muchos chilenos y acaso solamente criticado por Vargas Llosa por ser antidemocrático. Pero, colocar en el tintero a este conocido matón con galones de la CIA rinde bien en los bienpensantes e inclusivos foros europeos y en sus vicariatos de clases blancas e ilustradas de nuestra América Latina, muy bien representados por los "izquierdistas" como Boric. Por su lado, los medios latinoamericanos de información independientes sufren la censura impuesta o autoimpuesta. Si bien si alcanzan a comportarse como opositores y denunciantes de las burdas derechas locales, pueden llegar a cometer el error o descuido de exponer versiones de un hecho sin molestarse en verificarlo. Por ejemplo, el diario La Jornada de México publicó en días recientes un titular que rezaba "Llegada de Antony Blinken a Kiev coincide con bombardeo ruso". Si leemos la nota respectiva, se concluye que el titular se basaría exclusivamente en las declaraciones atribuidas, en la misma, a Zelensky: "La artillería de los terroristas rusos mató a 16 personas en la ciudad de Kostantínovka, en la región de Donetsk". Pero si lo dice Volodimir, nos obliga a buscar más información. Efectivamente, nos enteramos que Julian "pelotazo en contra" Röpcke, reportero de Bild, tuvo por feliz ocurrencia declarar que el misil de marras fue lanzado desde el territorio controlado por Ucrania. O sea, por los ucranianos.

A su vez, la sección internacional del diario Página12, lleva mucho tiempo, en su columna "La guerra Rusia-Ucrania minuto a minuto", entrecomillando cualquier declaración que venga del lado ruso, aunque se trate de enunciados completamente verdaderos y comprobables. Por ejemplo, sobre Prigozhin nos ilustraba: "En el último video difundido antes de su muerte decía encontrarse en África, donde quería trabajar por la "grandeza" de Rusia.". ¿No bastaría con preservar las comillas mas externas?

La omisión en occidente se limita a no levantar la perdiz sobre las canalladas o francas estupideces de sus gobiernos(3). Europa (salvo los polacos) mantiene un silencio sepulcral sobre el nazismo explícito del régimen de Zelensky y su huestes, desde el envío al frente de soldados drogados(4)al reclutamiento al frente de hombres mayores de 60 años, de enfermos mentales diagnosticados y en general de todas las subespecies humanas eliminables para estos simpáticos émulos de Himmler. Sus medios tampoco comentan demasiado que, tanto los Estados Unidos como el payaso en camiseta verde olivo, declaran que la lucha será "hasta el último ucraniano", lo que parece confirmarse de manera inevitable.

En realidad, la omisión más grande y útil a occidente está representada por la censura casi absoluta de lo que dice la cúpula del gobierno ruso. No hay respuesta para un francés inquieto que se pregunte "¿qué dirá el tirano Putin de todo esto?". Y, visto desde occidente, tiene sentido censurar. Porque a más de un europeo o europeísta se lo podría sacar de su marasmo. Entre otras cosas, no es fácil procesar lo que ha señalado el presidente Putin en las últimas semanas: la traición que hacen los judíos a su pueblo al complicarse con el lado incorrecto de la historia. Y tampoco se han difundido en esta parte del mundo de las declaraciones del mismo presidente durante su intervención en el Foro Económico Oriental en Vladivostock (salvo honrosas excepciones(5)). Para cerrar, vale la pena dejar algunas:

"En la política exterior, no se puede actuar en contra de los intereses de otros países, como lo hace Occidente. Estados Unidos reprime a aliados y socios, no tiene amigos, sólo sus propios intereses";

"los países occidentales están destruyendo con sus propias manos el sistema de vínculos comerciales y financieros que ellos mismos crearon"; "las pérdidas de Ucrania desde el comienzo de su contraofensiva ascendieron a 71.500 personas y no trajeron resultados tangibles. A veces da la impresión de que éstos no son su gente cuando los lanzan a la batalla de esa manera".

Volviendo al Cochiloco, el que lo entienda, lo entendenderá, el que no, no. Échenle ganitas.

 

(1)

vesre de "patrón".

(2)

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(3)

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(4)

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(5)

eltiempo.com

telam.com.ar

29/07/2016

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