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Entrevistas
14/08/2016

Ricardo Forster

“Macri no crea ninguna corriente de afecto con la sociedad”

“Macri no crea ninguna corriente de afecto con la sociedad” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El intelectual de Carta Abierta y ex secretario del gobierno de Cristina Kirchner considera que en Argentina gobiernan “los mismos dueños de la riqueza” de hace un siglo. Afirma que “hay algo profundamente malicioso en el macrismo, porque le sonríe a la sociedad mientras le va clavando puñaladas en los derechos”.

Diego Colao

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Ricardo Forster, filósofo y profesor de la Universidad de Buenos Aires habla desde adentro del kirchnerismo. Considera que los funcionarios del gobierno “están de los dos lados del mostrador” y reafirma que si le va mal al gobierno de Mauricio Macri, le va a ir mal “al pequeño núcleo de poder económico que hoy gobierna la Argentina”. Analiza la realidad política del país y afirma que hay una serie “de fuerzas políticas que se definen opositoras” pero que podrían reemplazar el papel que juega el gobierno de Macri a favor “de los poderes reales”.

- ¿Quien gobierna la Argentina?

- Creo que después de prácticamente un siglo gobiernan la Argentina los mismos dueños de la riqueza, esa combinación entre los dueños de la tierra, los grandes bancos, las grandes finanzas internacionales, las grandes corporaciones transnacionales, junto con el núcleo más concentrado del poder mediático. Están de los dos lados del mostrador. Así como la generación del 80 eran los dueños de aquella Argentina, los dueños literales, porque armaban un país, generaban una Nación y al mismo tiempo eran los grandes beneficiarios de la división internacional del trabajo, del lugar que le correspondía a la Argentina como gran exportador de materias primas. Hoy podríamos decir que el presidente, sus ministros, secretarios y directores están o han sido parte de las grandes empresas multinacionales, bancos, finanzas o están ligados directamente con la producción agraria más concentrada y las grandes cerealeras. Y por supuesto, el papel fundamental y decisivo de los grandes medios concentrados de comunicación que son el reaseguro y el blindaje del gobierno de Macri. Estamos ante una restauración neoliberal que implica de nuevo abrir la economía argentina entre comillas al mundo, haciendo añicos la industria nacional.

- Se invierte el paradigma económico...

- Lo que vemos es por un lado un proceso a través del cual, de nuevo la financiarización de la economía es el resorte del capitalismo argentino. Una economía de producción que había sido lo que se intentó reconstruir en los últimos doce años a través de la sustitución de importaciones, es cambiada aceleradamente por una economía especulativa, por tasas de interés altísimas por un nuevo endeudamiento. Otra de las patas del neoliberalismo es endeudar de nuevo a la Argentina. En estos meses se ha dado una combinación perversa: endeudamiento mayúsculo y fuga de capitales. A eso hay que agregarle el blanqueo que en realidad no es para que vengan capitales a la Argentina a invertir en producción, sino simplemente para que aquellos que cometieron actos delictivos, que fugaron capitales, que evadieron impuestos; hoy puedan blanquear su situación. Éste es el panorama y éstos son quienes nos gobiernan en la Argentina.

- Usted había dicho que quería que le vaya mal a Macri, de alguna manera, el informe de la UCA que indica que hay 1.400.000 mil nuevos pobres en Argentina le da la razón.

- Yo me preguntaba qué significaba que le vaya bien al gobierno de Macri. Si significaba la consolidación de un modelo neoliberal en la Argentina que implica generar desocupación, la caída del poder adquisitivo del salario, que avancen las cifras de la pobreza y de la indigencia, que se extranjerice la economía; evidentemente que le vaya bien es una trampa, no es que le va bien al país, a los argentinos, a las grandes mayorías, a la soberanía de nuestro país. Le va bien al pequeño núcleo de poder económico, mediático que hoy gobierna la Argentina. Ése era el sentido de esa frase. Y parece que la realidad superó incluso mis propios pronósticos. Ni hablé del aumento exponencial de las tarifas y el conflicto con la justicia, las cifras de aumentos descomunales que ni la cabeza más enfebrecida hubiera podido plantearle a la sociedad el año pasado en plena campaña electoral, porque aparte de todo son mentirosos. Pero no hay que cometer un error, en realidad el macrismo le decía subliminalmente a la sociedad lo que iba a hacer y a veces se les escapaba, y le decían francamente lo que iban a hacer. Pero cualquiera que se hubiera tomado la molestia de analizar todo el dispositivo que ha puesto en funcionamiento el macrismo en los últimos años desde la ciudad de Buenos Aires, su concepción de país; hubiera podido anticipar que éste iba a ser el modelo. Quizás no con el nivel de virulencia, de improvisación que hace que jueguen a acierto y error.

Si la sociedad reacciona me hago el distraído, “perdón, me equivoqué, retrocedo”. Me parece que hay algo profundamente malicioso en ese sentido en el macrismo, porque le sonríe a la sociedad mientras le va clavando puñaladas en los derechos, en la reconstrucción del aparato productivo, en la reconstrucción del mercado interno, del salario.

A una parte de nuestra sociedad lo que antes le parecía algo natural tenía que ver con una idea de país que ha sido modificada 180 grados por la derecha macrista

- ¿Puede el gobierno sostener este relato de la alegría si la economía no le resuelve los problemas a las grandes mayorías?

- Hay algo también novedoso, Macri no produce ninguna corriente de afecto con la sociedad. Y eso no es menor porque la política no es sólo discurso, programa, conceptualización; sino que también son corrientes de afecto. Empatía y una cantidad de cosas que tienen que ver con la sensibilidad de una persona o de un espacio social. El macrismo es un grupo de gerentes, de ceos, que evidentemente no conocen las realidades profundas del pueblo argentino. Vivieron siempre encapsulados en la realidad de aquellos que no han tenido necesidades en sus vidas, miran el mundo desde los ojos de la pragmática empresarial y de la rentabilidad de los empresarios. Por eso los salarios son un costo más, los derechos sociales son una piedra en el camino, las paritarias son un incordio, proteger el mercado interno es antagónico a sus propios intereses.

Obviamente la idea de que “somos el gobierno de la felicidad” y demás ya no resiste el menor análisis, y va cayendo sistemáticamente la imagen pública del presidente, la expectativa que tenía una parte importante de la sociedad. Cuando hay elecciones presidenciales, hay una parte de la sociedad que tiene expectativas, y aparte hay un bombardeo sistemático por los medios de comunicación para que se lea de una determinada manera la realidad, para que no reflexionen sobre su propia situación, y lo que le está sucediendo a su vida cotidiana y siga mirando la vida a través de lo que le construyen los grandes medios. Éste es un punto fundamental para tomar en cuenta en relación a lo que le está sucediendo a una parte de nuestra sociedad que hoy ve que no le alcanza la plata, que lo que antes le parecía algo natural, que ya era parte de la realidad de todos sus días, no era algo natural; tenía que ver con un proyecto de economía, de sociedad, tenía que ver con una idea de país, que ha sido modificad 180 grados por la derecha macrista.

 La idea “somos el gobierno de la felicidad” ya no resiste el menor análisis

- ¿Por qué el pueblo vota contra políticas que supuestamente no lo benefician? ¿Tan efectivos son los medios?

- Es una combinación. Nunca hay que perder de vista que vivimos en el interior de una sociedad capitalista con todo lo que eso implica de egoísmo, de individualismo, de fractura y fragmentación de los colectivos sociales. Es importante generar crecimiento del consumo y potenciación del mercado interno pero que también el ciudadano consumidor no se vuelve un ciudadano con conciencia de lo común, de lo colectivo, sino que lo va invadiendo una cosa autorreferencial, egoísta, individualista. A eso hay que agregarle el papel cada vez más poderoso de los medios de comunicación que se meten en la cotidianeidad de la gente, la sensibilidad, el sentido común, el lenguaje. En un montón de aspectos clave de la vida de todos los días de sociedades contemporáneas que están absolutamente articuladas desde los espacios comunicacionales, eso tiene su incidencia.

Hay que agregar el cansancio, las dificultades internas del propio proyecto que gobernó la Argentina, el cambio del mapa regional y mundial, la crisis brutal de Brasil que obviamente afecta la economía argentina, la caída de los precios de los commodities. Gente que en realidad no piensa en sus propios intereses sino que mira el mundo a través del discurso y la sensibilidad y los intereses de los poderosos; eso es una combinación muy compleja que no hay que despreciarla, ni minimizarla, porque hace a la trama de una sociedad como la nuestra.

- ¿Cómo ve el rearmado del Frente para la Victoria?

-  Obviamente que una derrota electoral como la que sufrió el FPV, que implicó no simplemente un cambio de gobierno, la alternancia de la vida democrática sino un giro de 180 grados, una inversión generalizada de todo frente al avance brutal de otra concepción de la sociedad, de la economía, de la cultura, de las instituciones, tiene su impacto en una fuerza popular, democrática, tan compleja y amplia como la que gobernó la Argentina en los últimos doce años. La diversidad que incluye a los distintos actores del peronismo, no es lo mismo desde el gobierno,  que permitía alinear a gobernadores o intendentes con conducciones como fueron la de Néstor y la de Cristina Kirchner, que una fuerza que tiene que pasar a la oposición.

Observamos aliados que rápidamente, en un giro que uno podría definir como oportunista, terminan favoreciendo el proyecto del macrismo. Algunos ya se habían ido con el massismo, pero otros están de vuelta planteando una idea de unidad en abstracto, que parece más la construcción de un peronismo que funcione como garante de la gobernabilidad neoliberal. Frente a esto hay señales muy importantes en las calles, en las provincias, movilizaciones, protestas, sectores que deciden agruparse, defender derechos y en las últimas semanas Cristina Kirchner vuelve a ocupar un lugar muy potente en el centro de la escena de la política Argentina.

Se va generando algo que va a resultar cada vez más claro para la sociedad; hay dos proyectos en pugna, uno es gobernar de una manera regresiva, reaccionaria, defendiendo los intereses de pocos y por otro lado un proyecto que tiene que remozarse, recrearse, que gobernó a la argentina durante doce años buscando la inclusión, generando derechos, articulando proyectos educativos culturales que permitían democratizar esas esferas, invirtiendo en ciencia y tecnología, defendiendo a los débiles. Con todas sus dificultades, porque no cabe duda que las hubo y que para cualquier movimiento popular las va a seguir habiendo. Pero me parece que eso va quedando cada vez más claro. Después hay una serie de personajes y de fuerzas políticas que se definen opositoras pero en realidad son un recambio a lo que podría ser a mediano plazo una incapacidad del macrismo para seguir interpelando a la sociedad. Por lo tanto los poderes reales deben imaginar una alternativa política para garantizar estabilidad. Eso es el massismo, el peronismo conservador, etcétera.

Cristina está visualizando el lugar que le toca cumplir como el centro de la oposición en la Argentina

- ¿Cuál tiene que ser el papel de Cristina?

- Es fundamental Cristina. Ha quedado demostrado, a lo largo de sus 8 años de gobierno su capacidad como estadista. Cristina es una persona realmente inteligente y muy consciente de sus responsabilidades históricas, está visualizando el lugar que le toca cumplir hoy como el centro de la oposición en la Argentina. El nombre propio de la oposición está ligado al kirchnerismo y a Cristina, con la necesidad de abrir el juego, de ampliar las alianzas, de generar un frente donde confluyan distintos actores sociales, políticos, y económicos. Allí Cristina tiene un papel sumamente importante como generador de unidad en el propio movimiento de la acción. 

29/07/2016

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