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Pablo Gutiérrez Colantuono, profesor en distintas universidades de Latinoamérica, explicó que el libro “El caso Lula”, que se presenta hoy en Neuquén, relata las circunstancias que rodean el polémico procesamiento del ex presidente de Brasil, tanto técnicas jurídicas, como político institucionales.
Sostuvo que el caso de Luiz Inácio Lula Da Silva es un paradigma “de lo que se ha llamado Estado de excepción, es decir una apariencia de legalidad que ‘excepciona’ a la legalidad”. Agregó que “es una colección de lo que no debe ser un proceso judicial”.
La presentación del libro, que contiene un artículo de Gutiérrez Colantuono, se va a realizar hoy a las 10, en el Salón Azul de la Universidad Nacional del Comahue. En la actividad va estar Rafael Valim, uno de los abogados del ex presidente de Brasil Lula Da Silva.
-¿De qué trata el libro “El caso Lula”, que presentan hoy en Neuquén?
-El libro es producto de una coordinación que se ha hecho de profesores en Brasil, lo coordinan los profesores Rafaél Valim, y Cristiano Zanin Martins, ellos son los abogados del ex presidente Lula Da Silva, y participan activamente en todo lo que es la defensa en distintos foros del caso de Lula. Hemos escrito varios en el libro, y hemos tenido la suerte que me inviten a participar como el único extranjero, lo cual para mí ha sido un honor enorme y lo que relata el libro, y vamos a presentar hoy. Son las circunstancias que rodean, tanto técnicas jurídicas, como políticas e institucionales al caso Lula. Ya se hizo la edición en portugués. Y ahora estamos lanzando la versión en español para Iberoamérica.
-¿El artículo suyo que vamos a encontrar en el libro a que aspecto refiere?
-Concretamente referimos a la lucha de los derechos fundamentales como garantía social de todos y no de una persona nada más. Para mostrar la trascendencia que tiene el debido proceso en las democracias, y de cómo se puede manipular determinados sistemas con la finalidad de lograr seleccionar a una persona para que pueda o no ser candidita en una elección determinada.
-Sin importar si eso se ajusta a derecho o no…
-El caso Lula es paradigmático de lo que se ha llamado Estado de excepción, es decir una apariencia de legalidad que ‘excepciona’ a la legalidad, justamente a las reglas del Estado de derecho. Si se analiza todo el expediente, todas las instancias judiciales, absolutamente todo, tenés claramente un caso de excepción al sistema de normas. De hecho se crean normas específicas, los jueces no sentencian en los tiempos que tienen que sentenciar, se rechazan acciones, se rechazan medidas de prueba, también presunciones de inocencia. Es una colección de lo que no debe ser un proceso judicial.
-¿Y cómo es posible que puedan avanzar sin respetar la legislación vigente?
-Lo permite el propio sistema, hoy la disyuntiva en Brasil en éste momento es si Lula va preso o si Lula es el próximo presidente de Brasil. Se ha llegado al extremo de colocar la situación política institucional en Brasil en estas dos puntas, de la misma persona que es un líder no solamente en Brasil sino que es un líder mundial. Cómo se llega a esto, y se llega a través de la utilización de la apariencia del derecho. Y lógicamente hay intereses detrás de esta formulación, de esta apariencia del Derecho y de la apariencia de institucionalidad, con un fin expresamente claro que es eliminar de la contienda electoral al líder de un sector político ideológico, en éste caso concretamente de Brasil.
-¿Se pone en juego la democracia?
-En el fondo de la discusión y el debate, es el sistema democrático ni más ni menos. Y el ejemplo que damos normalmente es lo que sucedió con la ex presidenta Dilma Rousseff, donde a través de una apariencia de una metodología que es un juicio político se destituyó ilegítimamente a una presidenta de la nación sin tener razón alguna para esa destitución. En ese caso concreto se puede observar como una institución es utilizada con otros fines totalmente distintos y no se cumple, si bien en apariencia parece ser una herramienta legal, no lo es sustancialmente. Esto tensa la discusión de determinadas herramientas que tiene el sistema constitucional en nuestras actuales democracias.
-Esto no pasa solo en Brasil…
-Sí, pasa en general en el mundo. Hay distintos países con determinadas realidades políticas e institucionales que están tensión todos estos movimientos que se utilizan muchas veces a un poder determinado, el poder Ejecutivo, el Legislativo, bueno en Brasil se está utilizando fuertemente una operación para seleccionar a quien no quieren que sea candidato y se está haciendo a través de la actuación del poder Judicial.
-¿Son nuevas formas de golpes de Estado?
-Exactamente son los que se ha llamado golpes de Estado suaves, o débiles, modernos, y que el ejemplo claro ha sido la destitución ilegitima de Dilma Rousseff.
-¿Se podría comparar lo de Brasil con lo que sucede en Argentina, donde hay políticos presos, sin sentencia judicial, pero con un discurso mediático fuerte de ataque a la corrupción?
-Hay un movimiento latinoamericano donde se apuesta a poner en escena determinadas luchas que se llevan a cabo por ejemplo contra la corrupción pero que esconden a veces otras finalidades, en esto hay que ser claros, la lucha contra la corrupción en una obligación del Estado, del poder judicial, de los distintos poderes del Estado, y es una obligación nuestra como sociedad, ahora cualquier tipo de investigación tiene que tener por finalidad eso, investigar una causa determinada para ver si está castigada penalmente o no. Aquello que no se puede hacer es pretender dar la pelea o la lucha contra la corrupción por ejemplo por fuera del Estado de derecho, porque eso persigue otros intereses.
-¿Y se puede ser optimista, creer que se puede revertir esta situación?
-Uno naturalmente es optimista, si bien la situación en Brasil es de alta gravedad, basta ir a Brasil y constarlo que es de altísima gravedad, de hecho hay estudios en estos últimos días que el 60 % de la población rechaza el proceso que se le ha seguido a Lula y que conscientemente dice que es un proceso de orden político y un proceso de orden judicial o legal. Con lo cual la reacción social de la población, me parece que es lo que puede llegar a hablar de que esto puede ser revertido, no solo en Brasil, sino en otros lugares de Latinoamérica y en Europa también, pero hay que crear y generar consciencia suficiente, por eso un poco de éste libro en Neuquén, para poner en tema, en discusión y concientizar a la sociedad, a la ciudadanía toda de qué se tratan estos temas. Se debe debatir la corrupción pero la corrupción se debate desde las reglas desde el Estado de derecho, y una regla que es innegociable es el debido proceso.
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