Entrevistas
20/06/2016

Eduardo Valdés

“Hay que impedir que quieran poner a Francisco en 'la grieta'”

“Hay que impedir que quieran poner a Francisco en 'la grieta'” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El diputado del Parlasur y amigo personal del papa, se explayó sobre el rechazo del subsidio oficial a la fundación Scholas Ocurrentes. Celebró el encuentro de la canciller Malcorra con el pontífice y dijo que la situación “se ha empezado a despejar”.

A raíz del rechazo del aporte oficial a la fundación pontificia Scholas Ocurrentes, Eduardo Valdés, ex embajador en el Vaticano y amigo del papa Francisco, explicó el origen del malestar entre el pontífice y el gobierno del presidente Mauricio Macri.

Tras afirmar que el papa quiere estar cerca de la Argentina, el actual diputado del Parlasur pidió que no lo pongan a Francisco en ‘la grieta’ porque “Francisco no es ‘grieta’, es puente”.

-¿Qué lectura hace frente al rechazo del papa al aporte del gobierno a Scholas Ocurrentes?

-Querría ir hacia atrás, porque a mí me gustó mucho que anteayer el papa se haya encontrado con la canciller Susana Malcorra en la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y le haya propuesto conversar en el Vaticano, y luego que haya tenido allí una conversación de cerca de una hora.

A partir de ahí se puede empezar a despejar la situación. Porque uno de los problemas que empezaron la mala relación con el gobierno argentino fue cuando Malcorra, 20 días antes de que Macri viaje al Vaticano para ver al papa, en el mes de febrero, le dijo queremos una relación estrictamente protocolar y profesional entre el jefe del Estado Vaticano y el presidente argentino. Yo creo que eso no le debe haber caído bien a Francisco. El no quiere tener una relación estrictamente protocolar con su país. El tiene pasión por la Argentina. Y bueno, le pidieron una relación protocolar y por eso lo atendió a Macri en el Palacio Apostólico y la entrevista duró 22 minutos. Me parece que de ahí empezó la cosa.

También puede haber influido en el clima de los últimos 15 días otro problema. Gustavo Vera (legislador porteño, titular de la Fundación “La Alameda” y amigo de Francisco), quien estaba en Roma acompañando a los jueces argentinos que tuvieron ese encuentro mundial contra el narcotráfico y las nuevas formas de esclavitud que organizó el papa, me llamó uno de esos días y me dijo que estaban consternados, porque desde el gobierno querían poner una agente de inteligencia en la embajada argentina en Italia. La verdad: no es forma de relacionarse ponerle un espía al papa.

Gustavo me dijo que habló con el embajador argentino en Italia y le planteó que no le parecía bien que vaya un agregado de inteligencia. Pero la cosa siguió avanzando y recién cuando salió en un medio de prensa, el domingo pasado, el gobierno decide bajar al agente de inteligencia. Creo que todas estas cosas han influido para que Francisco rechace ese decreto de Scholas, que vino mal, porque al papa no le gusta mucho eso de que vayan a pedir plata al Estado. Me parece que ahí también hubo una falta de comunicación con los directores de Scholas, José María del Corral y Enrique Palmeiro(presidente y secretario de la fundación), y también el hecho de que apareciera ese número diabólico -16.666.000-, de manera que todo salió mal.

-Pero también hay quienes piensan que el papa puede ver como una contradicción recibir dinero de un gobierno que parece no tener mucha sensibilidad social.

-Bueno, es que después se dan todas estas interpretaciones. Efectivamente, lo que ha dicho el papa es: yo en estas condiciones en las que está la Argentina no estoy de acuerdo en que le den a una fundación 16 millones, prefiero que usen ese dinero para dar de comer y que sea el sector privado el que aporte el dinero para Scholas Ocurrentes. Ahora, para tomar esas decisión -porque eso se podría haber dicho en privado, no en público- quiere decir que ahí había algún enojo, porque si no se resuelve de otra manera.

Por eso yo analizando todos estos condimentos que tuvieron estos últimos 15 días en la relación entre Francisco y Macri, creo que lo que tenemos que evitar es que lo quieran poner a Francisco en “la grieta”. Francisco no es grieta, Francisco es puente, entonces yo aprovecho a todos los medios de comunicación para pedirles que hagamos un lobby positivo, que todos los días inventemos algo para que Francisco venga a la Argentina en el 2017, ya que viene a Brasil, que anexe Argentina.

Esa va a ser la gran alegría para nosotros, me imagino, sueño esas multitudes que van a ir a buscar a Francisco, a saludarlo y entonces que los conceptos de Francisco de “Tierra, Techo, Trabajo” sean carne en toda la población argentina. Yo quiero trabajar acercando a Francisco a la Argentina, no alejándolo.

-Justamente, hablando de la situación social, ¿usted participó del Pacto de San Antonio de Areco que armaron algunos intendentes de la provincia de Buenos Aires?

-El primer pacto que se firmó fue el de san Antonio de Padua, hubo 12 intendentes, por eso se denominó a ese primer grupo de “los 12 apóstoles”. Yo firmé y participé el lunes pasado del de Areco.

-Bueno, porque ahí se habla de lo que dice el papa, “Tierra, Techo y Trabajo” y de la Encíclica Laudato Si’.

-Así es, porque en realidad la Laudato Si’ es un trabajo muy extraordinario del papa respecto de la convivencia en la casa común, que es el planeta. Pero la primera casa común es el municipio y muy inteligentemente algunos intendentes de la provincia de Buenos Aires se han ido nucleando para compartir un plan de gobierno con las pautas que tiene la Laudato Si’.

Se trata de preservar el ambiente, que las construcciones sean hechas con equidad; que los más humildes accedan a la vivienda; que esos compromisos sirvan para que el gobernante tenga bien claro cuáles son los principios en los cuales tiene que hacerlo.

Me gusta que hayan tomado esa decisión de practicar la Laudato Si’ hoy en los municipios, que sean los intendentes argentinos los que se animen a eso.

-Como diputado del Parlasur, ¿cómo está viendo este giro de la política exterior que protagoniza el gobierno de Cambiemos al acercarse a la Alianza del Pacífico?

-Si usted busca por Internet el tópico Hillary Clinton-Alianza del Pacífico, va a ver que a la candidata presidencial demócrata no le interesa la Alianza del Pacífico. Es más, se ha expresado profundamente en contra. ¿Por qué? Porque hoy la negociación internacional es fundamentalmente por puestos de trabajo. Salvo al gobierno argentino, que no le interesan los puestos de trabajo, todo país serio después de la hecatombe que han tenido Estados Unidos en el 2008 y después Europa, lo que han revalorizado son los puestos de trabajo. El mundo está cambiando de paradigma, salvo nuestros gobernantes que se quedaron en los ’90.

Esa Alianza del Pacífico, que busca tratados de libre comercio, se va a encontrar con el problema de que la van a tener que hacer entre ellos. El país grande al que este gobierno se quiere acercar está mirando para otro lado, porque los sindicatos de EEUU no quieren que les quiten puestos de trabajo a ellos.

Algo parecido ocurre  con el demorado acuerdo Mercosur-Unión Europea: el presidente francés François Hollande no lo quiere firmar porque pierde puestos de trabajo. Esta es la verdadera negociación que se está haciendo hoy.

-El gobierno nacional no parece muy inclinado a darle mucho espacio al Parlasur.

-Directamente lo ignora y mucho menos quiere cumplir las leyes que fundaron el Parlasur. Leyes que votó Mauricio Macri cuando era diputado, porque la ley de fundación del Parlasur salió por unanimidad, sin embargo, ahora que es gobernante ni siquiera lo quiere financiar.

-¿Qué han hecho desde el Parlasur en relación a su compañera de bancada Milagro Sala, que está presa desde hace meses?

- Desde ese primer momento nos pareció una barbaridad la detención de Milagro y hemos pedido su urgente libertad. No sólo nosotros, también lo pidió Human Rights Watch, considerando que las condiciones de su detención son ilegítimas, y también Amnesty International. El propio papa Francisco le mandó un rosario, la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú se expresó en el mismo sentido; el premio Nobel argentino Adolfo Pérez Esquivel, también. Y nosotros hemos presentado un proyecto que se tendría que estar tratando este martes en el recinto, pidiendo que el Parlasur se constituya en Jujuy y le tome juramento a Milagro y pida su urgente libertad.

-Un tema que suscita curiosidad, ¿qué es y qué propósito tiene su “Café la Palabra”?

-Es un sitio donde yo me encuentro con amigos. En realidad en el 2001-2002,  cuando era diputado de la ciudad, me involucré mucho con los pobres que en ese momento habían pedido sus trabajos y se hicieron cartoneros, porque hurgaban en los residuos como método de subsistencia.

Llegaron a ser 100 mil, cuando en la ciudad de Buenos Aires hoy hay sólo 5.000. Yo me involucré porque había una ordenanza que prohibía tocar la bolsa de residuos salvo a la empresa de recolección, que casualmente era de la familia Macri y se llamaba Manliba (Mantenga Limpia Buenos Aires).

Nosotros derogamos la ordenanza, trabajamos en organizarlos en cooperativas hasta transformarlos en recolectores de residuos reciclables y a partir de esas cooperativas hicimos plantas de separación de residuos, lo reciclable de lo no reciclable. Ahí yo aprendí mucho a valorar las cosas que la gente tira a la calle y que tienen utilidad. Mi Café “Las Palabras” tiene todas las cosas que los cartoneros me han ido acercando, que les he comprado. Son afiches históricos, recuerdos de otras etapas de Buenos Aires, publicidades viejas. Esto tiene que ver con la historia. Aprendí con ellos al valor que tiene recuperar lo que otros tiran.

29/07/2016

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