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Entrevistas
03/11/2024

César Gass

“Una coalición anti Milei se puede hacer, pero depende con qué peronismo”

“Una coalición anti Milei se puede hacer, pero depende con qué peronismo” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El diputado radical hizo una radiografía de la crisis de su partido. Dijo que el gobierno nacional es “autocrático”, con postulados que no tienen que ver con la democracia. Sostuvo que la administración de Figueroa “no terminó de arrancar”.

Marcelo Castro

“Hoy quedan miles de radicales pero no hay radicalismo”, dijo el diputado provincial de JxC Neuquén-UCR, César Gass, al pasar revista a la fragmentación de su partido producto de la alianza con Mauricio Macri primero y el apoyo de algunos de sus miembros al gobierno de Javier Milei después.

El legislador afirmó que actualmente “hay un gobierno autocrático, con postulados que nada tienen que ver con la esencia misma de la Democracia”.

No descartó la posibilidad de que integrar un frente democrático que pueda poner límites al gobierno actual, pero advirtió que no lo haría con cualquier sector del peronismo.

Sostuvo que el gobierno de Rolando Figueroa “tiene postulados buenos, pero no terminó de arrancar”.

-A partir de la coalición de gobierno con Mauricio Macri se produjo una fragmentación en la UCR que se profundizó con el de Javier Milei. ¿Qué debate se está dando actualmente en el centenario partido?

-Primero, cuando se hace el acuerdo con el Pro en Gualeguaychú yo era Convencional. El presidente del partido era Ernesto Sanz y los convenció que había un problema grande con el kirchnerismo en el gobierno por lo que teníamos que darle una alternativa y solos no íbamos a poder y esta era una posibilidad. Lo que no sabíamos, era que 24 horas después de aprobar en la Convención Radical el acuerdo con el Pro, (Mauricio) Macri iba salir a decir que era un acuerdo electoral y no de gobierno. Es decir que Sanz no había tomado ninguna previsión ni había otro acuerdo más que ir a ser socios minoritarios, en desventaja, sin ningún tipo de red. Por lo tanto no fue un buen acuerdo porque después se empezó a desdibujar completamente el radicalismo. Más adelante, esto se fue profundizando con políticas de Macri que no eran coincidentes con lo que pensábamos. Esto siguió así. Una parte del partido apoyó básicamente a (Horacio Rodríguez)Larreta y (Gerardo) Morales en la fórmula contra Patricia Bullrich y (Luis) Petri. Queda como corolario que hoy quedan miles de radicales pero no hay radicalismo.

-Es decir que a la UCR le hicieron mal las dos coaliciones de gobierno: con Macri y con Milei?

-Con Milei no estuvimos en la coalición de gobierno. Hay un sector del radicalismo que apoya en cuestiones que nada tienen que ver con el radicalismo. Hay aspectos que pueden ser de conciencia cuando uno es diputado, pero hay cuestiones que hacen a la esencia misma de los principios del partido: los jubilados y la universidad, que no se pueden desatender e implica que el partido tiene que determinar, con disciplina partidaria, cómo tienen que votar los diputados y lo senadores. Esto no está ocurriendo en una situación muy anómala: llegó Milei e hizo una implosión en todos los partidos políticos, diciendo que todo lo que venga de la política está denostada y genera lo que estamos viendo hoy en los partidos.

-¿Cree que debería haber una autocrítica de las autoridades de la UCR por el camino recorrido a nivel nacional y en su caso una depuración?

-Veo todo esto con un gran desencanto porque es una crisis muy pronunciada, de la que para salir se sale con algún liderazgo que hoy no lo hay. Ni en el radicalismo ni en la oposición. Es un país que no ha encontrado un equilibrio, que va de un extremo a otro. Un país que si tenemos que hacer un análisis de lo que implica el gobierno de Milei, tenemos que decir que hay un descontento generalizado por la situación de crisis económica, pero miran para atrás por el espejo retrovisor y dicen ¿qué tenemos atrás, qué estamos mirando?, y eso es lo que sostiene a Milei.

-¿Cómo ve el gobierno de Milei a un año? ¿Qué aspectos de su plan de gobierno destaca?

-Filosóficamente no acuerdo con nada del gobierno de Milei. Una persona que, cuando hoy (30 de octubre) se cumplen 41 años de la recuperación de la democracia, volvió a denostar a Alfonsín y al radicalismo. Es un ámbito en el que no me siento cerca, más bien lejos. No aceptaría cuestionamientos a un partido que tiene más de 130 años, señero en las grandes reformas del país. Estamos contemplando que lo que se mira es la macroeconomía, sin sensibilidad por la desesperanza de la gente que no llega a satisfacer las necesidades básicas. Todo esto nos crea una situación de penuria, desgaste, incertidumbre en cómo termina. Y esto termina si aparece algún liderazgo fuerte dentro del radicalismo o de la oposición. No lo veo hoy porque estamos absolutamente fragmentados, la sociedad está fragmentada. Y esa fragmentación se cuela en los partidos políticos o en las organizaciones religiosas. No vemos al otro compatriota como alguien con el que tenemos que tener empatía, sino que lo visualizamos como alguien con quien tenemos que tener una fractura.

-El peronismo, que también tiene un fuerte debate interno en medio de una crisis, ha dicho que para remontar lo que está ocurriendo en el país hay que hacer una amplia convocatoria a todos los sectores que no estén de acuerdo con el gobierno de Milei. ¿El radicalismo podría sumarse a una coalición con el peronismo?

-Depende con qué peronismo.

-Horacio Quiroga integró lo que se dio en llamar espacio de radicales “K”.

-Y yo no estuve de acuerdo. Porque hay que ver sobre qué bases. Está bien tener una mirada hacia el futuro, tener esperanza. Pero es un volver a empezar permanente. Si en su momento hubo oportunidades, se estuvo en el gobierno y no se convocó y se desoyó a la oposición, no sé cuáles son los aspectos fundamentales de aquellos que no quisieron hacer alianzas o mejor dicho no quiso ni siquiera aceptar cuestiones sustanciales que podía proponer la oposición. Pero no descarto absolutamente nada. Creo que en algún momento debemos dejar de mirar por el espejo retrovisor y ver cómo salimos de esto, conjugando una gran alianza en base a cuatro, cinco o seis puntos de coincidencias básicos que sean políticas de Estado.

-Eso lo propuso Ricardo Alfonsín hace algún tiempo atrás.

-Ricardo es un amigo, pero cruzó el charco cuando la pelea la tenía que dar adentro. Un grupo de radicales adscribió a (Rolando) Figueroa, yo soy de los que se quedaron. No me fui ni por izquierda ni por derecha y seguí con los principios del radicalismo. ¿Qué significa irse y pertenecer a otra línea política o a un gobierno que te puede dar uno o dos carguitos pero sin protagonismo político?

-Qué opinión le merecieron los vetos del gobierno a las leyes jubilatorias y a la de financiamiento universitario, y el voto del neuquino Pablo Cervi?

-Siempre me refiero con absoluto respeto a todos, pero yo marché en contra de los vetos. Es la posición histórica del radicalismo. No es que no haya que aggiornarse y verificar nuevas modalidades en función de que el mundo ha cambiado, pero hay cosas que son básicas: la defensa de un presupuesto es básico. Si después se quiere ver cómo se corrige alguna anomalía, es otro paso. Acá de lo que se trató es del presupuesto universitario. Respecto de los jubilados, no llegan al día 10. Esas cosas son básicas, para mí.

-¿Entonces podría llegarse a un acuerdo político con algún sector que piense de esa manera?

-Hay muchos sectores que piensan de esa manera, pero piensan de otra manera en otros aspectos. Hay intenciones de ver cómo damos una alternativa a un gobierno que es absolutamente autocrático, que sus postulados no tienen nada que ver con la esencia misma de la democracia, aunque usó la democracia para llegar al poder. Creo que esto no sé si se va a poder corregir. Será el voto de la ciudadanía el que defina si quiere seguir en este esquema o se quiere ir.

-Rodrigo de Loredo, uno de los máximos referentes de la UCR se pronunció a favor de la privatización de Aerolíneas Argentinas. ¿Está de acuerdo?

-Para nada. No creo que las privatizaciones solucionen algo. En la época de (Carlos) Menem –por eso pregunto de qué peronismo me hablas- se privatizó Aerolíneas y fue un desastre en manos de los grupos españoles. Lo mismo con YPF que después de estatizó. Privatizamos-estatizamos; privatizamos-estatizamos. ¿Alguien cree que se puede salir adelante así, si no tenemos una educación que dé contenidos y otorgue una base fundamental a los estudiantes? La educación y la ciencia es la que pueden hacer crecer un país. Tenemos todos los recursos naturales del mundo y somos un país pobre. Hay países centrales, democráticos, que no tienen recursos y son países ricos. El conocimiento y el recurso humano son mucho más que el recurso natural.

-¿Se puede tener Vaca Muerta y ser una provincia pobre?

-Hoy se está viendo gente que antes no la veías en la calle. La situación de extrema pobreza se está viendo. Es una cuestión muy seria la que estamos atravesando, porque tiene contenidos económicos tremendos de crisis y contornos políticos de crisis y filosóficamente mirando con contenidos que nada tienen que ver con el manejo democrático, hablando a nivel nacional. Pero en Neuquén, el gobierno podría hacer un poco más y defender las acciones como las que venimos pidiendo que es no dejar que se nos lleven las hidroeléctricas.

-¿Qué balance hace del año de gobierno de Rolando Figueroa?, el que para algunos dirigentes, como Darío Martínez,es un “MPN mejorado”.

-Yo creo que es el MPN porque están todos juntos. Omar Gutiérrez fue gobernador y es director en YPF, que no me parece mal, porque la esencia de comunidad es el MPN. No veo la diferencia, puede haber algunos cambios. Hay algunas áreas que han mejorado evidentemente y otras que no, con un gobierno que todavía no terminó de arrancar. Que tiene postulados buenos, pero no terminó de arrancar.

-En definitiva no difiere del MPN.

-Es el MPN. Porque ha tenido una división, pero los mismos que la han hecho hoy están juntos. El intendente de Neuquén está permanentemente con el gobernador, aunque fueron electoralmente en fórmulas distintas. No veo el cambio político. La raíz es del MPN, mejorado. Tiene un ministro de Salud que anda muy bien rumbeado; el de Economía no es un mal ministro. Veo cuestiones de infraestructura que no están marchando al ritmo que debieran.

-Tiene usted encuentros o debates con otros dirigentes del radicalismo de Neuquén, por caso Rodolfo Quesada, que participó de la marcha contra el veto al financiamiento universitario?

-Yo estuve en esa marcha. Creo que tenemos que ver cómo estamos los radicales. Qué estamos dispuestos a aceptar y no, a perdonar y a no perdonar.

-Ese debate se debe dar entre la vieja guardia y los nuevos militantes?

-Es un debate no de la vieja guardia ni de la nueva, porque se debe incluir a todos. Primero debe estar la dirigencia para ver cómo se organiza esto. Ahora, eso del trasvasamiento generacional no existe. Porque veo gente grande con grandes ideas y gente joven con potencial pero que está en una depreciación de la política. Porque lo que estamos viendo es que el voto a Milei fue un voto joven. Juan Manuel Casella, gran dirigente radical de Avellaneda, me decía “hay que poner todos jóvenes, soy hincha de Independiente. Pusimos a los pibes y nos fuimos a la B. Entonces, ni todos pibes ni todos grandes. Debe ser en función del pensamiento, no de la edad. Como dice el Martín Fierro: No es para mal de ningunos sino para bien de todos. Lo que propongo es ver cómo salimos de esta situación dificilísima, porque ya no alcanza con ver cuál es el mejor camino, sino (que hay que) ir a luchar contra el desencanto de la gente.

29/07/2016

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