Alba Rueda está impulsando redes transfeministas a nivel global, que al cierre de esta nota la llevaba a Polonia, donde la extrema derecha dejó el poder en diciembre pasado tras ocho años de gobierno de Mateusz Morawiecki, caracterizado por políticas de odio hacia las diversidades.

Para la activista LGBTIQ+ este tipo de articulaciones es algo “que la extrema derecha entiende hace mucho tiempo: la necesidad de crear lazos a nivel global. Cuando Milei viaja no lo hace solo con una agenda presidencial, como cuando fue al encuentro de Vox en España”.

La red, en pleno proceso de gestación y sin una estructura definitiva, tiene a América Latina entre sus prioridades. Rueda ya compartió la experiencia de la comunidad LGTB en nuestro país, que tuvo en la ley de Identidad de Género sancionada en 2012 su mayor logro institucional, en Perú, Uruguay y Paraguay, países donde las diversidades resisten políticas neoconservadoras y buscan avances en materia de derechos.