Al filo de reiniciarse el ciclo escolar en Neuquén, que empezará desde mañana (lunes 22/07) con dos días de huelga por parte de ATEN en rechazo a la llamada “ley de presentismo” sancionada semanas atrás la Legislatura, la ministra de Educación de la provincia, Soledad Martínez, dijo que “el ausentismo docente es un indicador que preocupa”.

Explicó que esa situación “afecta la continuidad pedagógica, la regularidad y la asistencia de los alumnos, que son el corazón del sistema educativo”. Pero aclaró que la ley “no es de presentismo sino que es un fondo estímulo” para “aquellos docentes que por un periodo de tiempo no excedan una cantidad de inasistencias determinada”, aunque aseguró entender “las tensiones” generadas por esa norma.

Acerca de las restricciones impuestas a las provincias por el gobierno nacional de Javier Milei, que incluyen no enviar partidas del Fondo de Incentivo Docente (Fonid), la ministra aseguró que existe “un compromiso” del gobernador Rolando Figueroa para “fortalecer la educación pública con más inversión y recursos”, incluyendo “un acuerdo de recomposición salarial que es inédito en el país”.

Entrevistada por , también destacó “la política de racionalización del funcionamiento del Estado” encarada por el mandatario provincial, a través por ejemplo de la “reducción exponencial de la cantidad de cargos políticos, el ordenamiento de los alquileres de vehículos” para actividades oficiales, y “el pago de telefonía celular o de conectividad indiscriminada de los funcionarios”.

Martínez, quien preside el Frente Grande de Neuquén, le restó importancia a la renuncia a esa fuerza de uno de sus fundadores, Raúl Podestá, aunque remarcó el “respeto por su trayectoria”. Destacó la pertenencia del partido “al campo nacional y popular”, dijo que apoyan la precandidatura a presidente de Axel Kicillof y defendió la simultánea integración dentro del Frente Neuquinizate.

-¿Con qué estructura de ministerio de Educación se encontró cuando asumió en diciembre de 2023?

-El ministerio de Educación es siempre muy complejo, el dispositivo del Estado más extendido en el territorio. Hay 800 y pico de escuelas funcionando en 700 edificios. Hay lugares en los que el único dispositivo del Estado es Educación, con toda la complejidad que ello tiene. Y el sistema educativo no estaba ni está ajeno a una realidad que atraviesa la provincia. Tiene enormes asimetrías que profundiza esas condiciones de concentración de recursos y de inversión en los lugares más densamente poblados, en detrimento del desarrollo de otros lugares. Y eso hace que haya escuelas que están muy bien y otras que estén muy mal; escuelas en las que tengamos todos los cargos cubiertos y otras en las que no, y que esperan hace mucho tiempo esa cobertura; escuelas a las que es muy difícil acceder. No difiere demasiado de la realidad de otros servicios sociales que el Estado presta. Como caracterización, es una evidencia más de cómo el Estado se fue retirando de lo que debe ser su función de planificar el crecimiento y el desarrollo, en este caso de la provincia de Neuquén, y de cómo ir pensando dispositivos que apoyen esa definición.

-¿Cómo está el ministerio en cuanto a recursos?

-Es una estructura como en construcción, de acuerdo con las particularidades y a las perspectivas que cada gestión le da. Porque el gobierno de la educación en la provincia es del Consejo Provincial de Educación (CPE), que tiene su propia estructura, que sí ha ido creciendo en su dimensión, y que fue complejizando los circuitos y la dinámica interna que no siempre significó una respuesta más eficiente, rápida y mejor. Y desde ese lugar claramente hay que mejorar el funcionamiento del Consejo. El Ministerio tiene, en la gestión de Rolando Figueroa, un papel preponderante en cuanto mantenimiento e infraestructura pero también en la coordinación de una de las principales políticas de la provincia que es el plan de becas Redistribuir Oportunidades, que tiene a todo el equipo técnico del dispositivo administrativo, de apoyo y seguimiento de las becas del Ministerio. Y también la decisión del gobernador, que es que la autoridad política de Educación le devuelva al Estado el lugar que nosotros creemos que debe tener en la política educativa.

-¿Cómo se gestiona un ministerio como el de Educación cuando hay un gobierno nacional que claramente se ha retirado de lo público, que no envía, por ejemplo, el dinero del Fondo de Incentivo Docente?

-El sistema educativo nacional es un sistema Federal, es decir no hay directivas nacionales que sean obligatorias en la provincia. Esas políticas federales se enmarcan en el Consejo Federal que funciona con intermitencias y que para algunas cosas tiene una dinámica un poco más aceitada, pero que todo lo que tiene que ver con cuestiones más políticas que el gobierno quiere imprimir al Consejo Federal, se encuentra por ahí con algunas discusiones que se plantean desde las carteras de Educación de las jurisdicciones (se refiere a las 23 provincias más la ciudad autónoma de Buenos Aires) que no se han podido zanjar en el ámbito del Consejo. Y eso implica que nosotros en la provincia tenemos libertad para actuar, porque estamos bajo la mirada política del gobernador de Neuquén que asumió un compromiso durante la campaña política y que ratificó en la gestión, que es fortalecer la educación pública con más inversión, más recursos, con un acuerdo de recomposición salarial que es inédito en el país al establecer un mecanismo anualizado de actualización por IPC (Índice de Precios al Consumidor) trimestral, con un aumento permanente en las partidas de comedores para refrigerio y de gastos generales; una compra millonaria de equipamiento para las aulas, de bancos, sillas, pizarrones, que estamos distribuyendo. Es decir con la decisión de jerarquizar la educación, con lo que nosotros no sentimos que la provincia tenga condicionamientos políticos nacionales; de hecho no la tiene y, por el contrario, la decisión del gobernador es en orden a fortalecer el sistema educativo y el sistema de apoyo, como transporte o becas.

-¿Tiene espalda el gobierno provincial para seguir manteniendo todos estos sistemas?

-Sí, claro, y el gobernador lo tiene decidido. Y esto no es espontáneo, sino producto de otras decisiones. Toda la política de racionalización de funcionamiento del Estado, con la que se redujeron de manera exponencial la cantidad de cargos políticos ajenos al sistema de la administración pública, el ordenamiento de los alquileres indiscriminados de vehículos, o el pago de telefonía celular o de conectividad indiscriminada de los funcionarios. Eso ha generado que la provincia pueda reinvertir el recurso que se gastaba en sostener esa estructura de funcionamiento de un Estado enorme, deficiente y caro, en reorientarlo a otros gastos, por caso el equipamiento en medicamentos básicos para los hospitales, o como para atender estos gastos que hasta el 10 de diciembre atendía la Nación.

-Vuelvo a la primera pregunta. Por ejemplo, Desarrollo Social es un ministerio que, se ha confirmado, tenía un dispendio de recursos de manera injustificada. ¿También lo hubo en Educación?

-No hemos detectado situaciones de ese tipo, como las de Desarrollo Social. Sí hemos detectado contrataciones que hemos evaluado como no necesarias, como por ejemplo la empresa de auditoría de certificados médicos, que le dimos de baja y la sustituimos por un dispositivo mucho más barato que nos sale un tercio, lo cual no solo nos permitió recuperar el control de esa auditoría sino también poder hacer una evaluación seria de los certificados médicos, con la suerte de poder detectar situaciones como las que hemos puesto en consideración de la fiscalía y que es materia de investigación. Hemos procurado revisar los mecanismos de contrataciones que se están haciendo ahora de otra manera y nos permiten optimizar recursos como reasignar partidas a otras áreas igualmente importantes, como las de refrigerio y comedor.

-Desde este lunes (por mañana) habrá paro por 48 horas de los docentes contra la ley de presentismo. ¿Cómo está la relación suya con el gremio ATEN?

-Primero, la ley no es de presentismo, es un fondo estímulo. Entiendo las tensiones que genera cualquier herramienta o dispositivo que se proponga incidir en este tipo de indicadores, porque el ausentismo docente es un indicador que preocupa, porque afecta al funcionamiento del sistema, porque afecta la continuidad pedagógica, la regularidad, la asistencia de los alumnos que son la razón de ser del sistema Educativo. Entonces, entiendo las tensiones políticas alrededor de esta herramienta. Pero la realidad es que no se trata de un presentismo, sino de un plus que va a bonificar a aquellos docentes que por un período de tiempo no excedan una cantidad de inasistencias determinadas. Luego, el docente que no lo quiere cobrar, porque dice que es injusto o que es un mecanismo extorsivo, no tiene que preocuparse y debe seguir con su dinámica habitual y no lo percibirá. No hay afectación de derechos, no hay modificación de las condiciones acordadas en la última acta de recomposición salarial, no hay afectación de derechos estatutarios en orden a las licencias garantizadas para cualquier docente, cualquiera sea su condición de revista. Esta es una aclaración necesaria. Luego, tengo una relación más allá de este contexto, formal con el sindicato. No tengo vínculo personal con ningún dirigente ni anterior ni posterior a haber asumido mis funciones (como ministra). Cuando hemos tenido que sentarnos a dialogar nos hemos sentado y ahora el sindicato ha tomado un camino frente a una decisión que, en primer lugar, no ha sido una decisión del Ejecutivo, pero que luego de ver cómo se dio en el ámbito de la Legislatura y los altísimos niveles de apoyo que tiene, el Ejecutivo decidió tomar y sumarlo como herramienta a este dispositivo de medidas que estamos adoptando, que nos van a permitir mejorar el número del ausentismo en el sistema educativo.

-En el ámbito político-partidario, ¿hubo un quiebre en el Frente Grande de Neuquén luego de que Raúl Podestá renunciara a su afiliación cuestionando fuertemente el apoyo del gobernador Rolando Figueroa al Pacto de Mayo convocado por Javier Milei?

-La verdad es que no ha habido ningún quiebre porque Podestá es un afiliado que hace tiempo no tenía funciones en la conducción del partido ni tampoco participaba activamente de la vida institucional del partido. Es un afilado que decidió desafiliarse, que es una dinámica que pasa en muchos partidos. Ocurre que lo hizo público y eso generó que tenga trascendencia, pero eso no ha significado un quiebre en el partido ni mucho menos. No comparto en absoluto la posición de Raúl, lo respeto por su recorrido y trayectoria, pero hace una lectura equivocada sobre la realidad de la provincia y del gobierno de Figueroa, y obviamente no comparto lo que dice. Para la vida institucional del Frente Grande, mucho más allá de su rol de fundador, como hubo otros muchos dirigentes que también se desafiliaron antes, inclusive por decisiones que tomamos con el propio Podestá. Se desafilió un compañero del partido y significa eso, un afiliado menos.

-¿El Frente Grande sigue teniendo pertenencia en Unión por la Patria?

-Lo que creo es que ese espacio que tenía una referencia en esas identidades, hoy en la provincia no existe. De ese espacio se han apropiado dirigentes del PJ que son, en parte, los que explican por qué solo ellos son parte de lo que es un sello llamado Unión por la Patria. Nosotros, como Frente Grande, sí no sentimos parte de un movimiento nacional, de un partido que se identifica con las reivindicaciones del campo nacional y popular. La última reunión de la Mesa Nacional del Frente Grande arrojó, entre sus definiciones, acompañar la precandidatura a presidente de Axel Kicillof y nosotros somos parte de esa mesa con representación institucional desde hace muchos años. Seguimos acompañando las mismas banderas de un proyecto nacional que por cierto también está rediscutiendo su horizonte, sus referencias y conducciones, y en esa crisis de conducción está también el amplio espacio del campo nacional y popular en la provincia, más allá de que algunos se apropian de lo que significa la referencia, a través de la identidad del nombre.

-¿No hay una colisión de intereses en apoyar al proyecto político de Rolando Figueroa y al mismo tiempo el que encarna Axel Kicillof?

-De ninguna manera. De hecho no la hubo nunca en el ámbito de las últimas elecciones nacionales. Nosotros acompañamos la candidatura de Sergio Massa a presidente, militamos su candidatura, fiscalizamos sus elecciones, y ya éramos parte del frente Neuquinizate y tuvimos absoluta libertad para hacerlo.