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Entrevistas
19/03/2023

Beatriz Gentile

"Me preocupa la fragmentación política"

"Me preocupa la fragmentación política" | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La rectora de la UNCo dijo que en un escenario donde faltan propuestas de un camino diferente gana la anti política. Sostuvo que la desigualdad y la democratización del Poder Judicial son temas pendientes de la democracia. Reveló que trabaja en un proyecto de universidad para los próximos 50 años.

Laura D' Amico

La rectora de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo), Beatriz Gentile, reflexionó sobre el momento político actual en Argentina y advirtió que "cuando la política empieza a no dar respuesta de futuro es el momento en que se abandona cierto espacio y ese espacio es tomado por los bloques concentrados del ejercicio hegemónico".

En diálogo con Va Con Firma, disparó que "la idea de futuro, cómo construir, cómo narrar ese futuro para la Argentina no está teniendo muchos escritores", al tiempo que consideró que "construir bloques regionales con aquellos que tenemos cosas en común" es la forma de lograr "un multilateralismo que nos permita repartir, aunque sea, más equitativamente los recursos".

Al cumplirse 40 años de democracia ininterrumpida en Argentina, la doctora en Historia puntualizó que la democratización del Poder Judicial y atacar fuertemente la desigualdad económica son "las dos deudas más grandes que tiene la democracia argentina".

En vísperas de un nuevo aniversario del último golpe cívico militar, la rectora destacó que este año la universidad entregará los legajos de los estudiantes detenidos desaparecidos a sus familiares como una forma de "reparación y compensación para las familias" y "para la propia universidad como institución".

Por último, consultada sobre la condena a ex jefes de las fuerzas de seguridad que participaron del operativo represivo donde fue asesinado el docente Carlos Fuentealba, la definió como "un 'Nunca más' en tiempos de democracia y frente a la protesta social".

-Esta semana condenaron a jefes de la policía que participaron del operativo donde fue asesinado Fuentealba. ¿Qué lectura hacés de ese juicio en términos de la connivencia entre el Poder Judicial y el poder político?

-El hecho de que se abriera el juicio a los altos mandos lo inscribo en la línea de lo que es la lucha por la Memoria y la Justicia en Argentina, incluido en esta larga lucha de los organismos de derechos humanos. Es decir, es un acontecimiento que tiene la impronta de ser puesto en el cajón de la impunidad o el olvido y de alguna forma la justicia vuelve a tener que ver con esta lentitud, esta intención de hacer tabula rasadel pasado. Para mí, en ese contexto, el juicio de Fuentealba está dentro de esa línea donde nosotros, Argentina como comunidad política y social, hemos aprendido a no dejar pasar la impunidad. Me parece que tanto Sandra Rodríguez como el sindicato (ATEN), como toda la fuerza de las organizaciones sindicales hicieron de este caso, justamente, un caso testigo para plantear algo que va más allá. Es decir, hay actos de la violencia institucional, actos de quienes toman decisiones que realmente a cuarenta años de democracia una comunidad no puede dejar pasar. Hemos aprendido en estos 40 años de democracia que hay que dejar atrás en Argentina la idea de que hay que matar al contestatario, matar al que piensa distinto, eliminar físicamente al otro por la diversidad o por su diferencia. La condena me parece que es un acto altamente simbólico y es un límite que le está diciendo al Estado "señores, ustedes tienen el monopolio de la violencia, cuidado con esto. Esto no puede volver a pasar". Es también una forma de un "Nunca más" en tiempos de democracia y frente a la protesta social. Me parece que es muy pedagógico y es algo para seguir pensándolo en el tiempo.

-Estamos en vísperas del 24 de Marzo. La fecha, cada año, convoca a una reflexión que se proyecta sobre distintos temas de la actualidad. ¿Qué te despierta este nuevo aniversario?

-Yo voy a tener una mirada local porque nosotros vamos a hacer entrega de los legajos de nuestros detenidos desaparecidos de la universidad a sus familiares. En este caso vuelvo a ver esta forma de empezar a construir presencia en aquellos lugares donde se generó olvido y ausencia. La entrega de los legajos no sólo es una reparación y compensación para las familias porque es la existencia de algo material de sus seres queridos, sino que además para la propia universidad como institución es también, de alguna forma, ponerle rostro, ponerle palabra. Están las firmas de quienes se inscribieron con sus sueños a estudiar en la universidad, esas fotos de tan jóvenes, de once estudiantes que tenemos en nuestra triste nómina y me parece que es una forma de construir una presencia en este mundo de ausencias que significó, no sólo la desaparición forzada en Argentina sino también la segunda desaparición que fueron los años de impunidad. Nosotros como institución educativa, creo que también en la pedagogía de la memoria este año vamos a hacer este paso importante, que es construir estos puentes para llenar estos espacios que a veces nos han quedado, no en blanco, pero sí de alguna manera desdibujados en la historia de la universidad. Este año para mí la mirada está más centrada en la universidad, más allá de que este año la consigna nacional es "Para poner fin a la impunidad de la justicia". Se está trabajando sobre una justicia que no cumple con su deber de imparcialidad.

-Se están cumpliendo también 40 años de democracia ininterrumpida y hay puntos que tensionan a este sistema democrático. Pienso en la falta de independencia de la justicia. ¿Qué perspectiva se abre a futuro?

-Pienso que de alguna forma en Argentina, como sociedad, nosotros fuimos construyendo un propio contenido democrático. Hablar de democracia es hablar de derecho al voto pero también nos queda pendiente la cuestión de la desigualdad económica, nos queda pendiente la construcción de derechos para las diversidades, nos queda pendiente una serie de temas. Yo creo que también en esa democracia que se va llenando de sentido es el momento de plantearnos nuestro vínculo con el Poder Judicial, con esta idea de un poder que es el único que no se ha democratizado. Sí lo han hecho los partidos, lo han hecho los sindicatos, lo han hecho necesariamente las fuerzas de seguridad y creo que el Poder Judicial es uno de los poderes de la república que aún falta democratizar. El desafío que esos 40 años de democracia nos ponen, en un aspecto, tienen que ver con esto. Hay que transitarlo. Todavía estamos frente a un poder cortesano -bueno, se llama Corte- y esto también habla un poco de una perspectiva que está bastante lejos de pensarse en los términos de la representación y participación democrática. Me parece que esto, sumado a que no le estamos encontrando la vuelta a sociedades altamente desiguales y con horizontes de inequidad muy fuertes, son las dos deudas más grandes que tiene la democracia argentina en este momento.

-Seguimos teniendo también formas de dominación a través de la economía, como por ejemplo, por parte del Fondo Monetario Internacional.

-Dentro del mundo global y de lo que ha sido el desarrollo capitalista es bastante difícil poder pensarse hoy en ámbitos de autonomía. Pero hay caminos de construcción de autonomía relativa. Yo creo que el camino regional es uno: la potestad de construir bloques regionales con el resto de los países de América, o de América del sur, como fue el Mercosur o la Unasur. Yo creo que el camino para no fracasar en posicionamientos que nos aíslen va en dirección de construir bloques regionales con aquellos que tenemos cosas en común. Nosotros no tenemos cosas en común con las potencias hegemónicas de Occidente. Sí tenemos cosas en común con nuestros vecinos y vecinas de América latina y me parece que estas estrategias frente a un Fondo Monetario, frente a los que hacen los poderes económicos concentrados son la forma que tenemos de ir a un multilateralismo que nos permita repartir, aunque sea, más equitativamente los recursos. Igualmente creo que estamos en un momento de una fuerte crisis. La crisis financiera de los Estados Unidos no es algo para pasarlo por encima. Están quebrando bancos muy importantes y también bancos europeos. Yo creo que esto también va a afectar y alterar las relaciones en las cuales nuestras economías están insertas.

-También hay una crisis política en Argentina que tiene que ver con la incapacidad de darle continuidad a un proyecto que defienda los intereses de los sectores populares. No sabemos si a fin de año volverá a ganar la derecha en Argentina.

-En eso coincido con lo que dijo la vicepresidenta en su conferencia magistral en la Universidad Nacional de Río Negro. No es que no me preocupe la cuestión económica pero me preocupa un poco más la fragmentación política. Creo que Perú, justamente, es un espejo en el que no me gustaría mirarnos. Creo que cuando la política empieza a no dar respuesta de futuro es el momento en que se abandona cierto espacio y ese espacio es tomado por los bloques concentrados del ejercicio hegemónico; de la política, las clases dirigentes, del capital concentrado. Me parece que la fragmentación política es un problema, lo veo con mucha preocupación y la idea de futuro, cómo construir, cómo narrar ese futuro para la Argentina no está teniendo muchos escritores. En principio pareciera que hay pocas opciones que puedan de alguna forma proponerle a la sociedad un camino distinto y en ese escenario es donde la anti política gana. Hay que seguir construyendo pertenencia al mundo de la política porque me parece que la política fue la gran conquista de la humanidad cuando le quitó el poder absoluto a las monarquías. Habrá que corregirlo, pero sigue siendo el camino en que los sectores más desposeídos tienen para tomar decisiones e la distribución de la riqueza y en la distribución del poder real.

-La UNCo acaba de cumplir 51 años, ¿qué desafíos hay por delante?

-Estamos trabajando en pensar fuertemente cómo repensarnos en la universidad para los próximos 50 años, en donde muchas de estas cuestiones que charlamos la universidad tiene que poder adelantarse a los problemas de la sociedad y dar respuestas. En ese sentido, estamos fuertemente apostando a la Asamblea universitaria que vamos a hacer en marzo del 2024 para, justamente, volver a pensar las directrices y los ejes que estructuran a la Universidad del Comahue con vistas a cómo esta universidad vuelve a ser ese instrumento que fue hace 50 años para potenciar y promover el desarrollo humano, económico, simbólico y material de las comunidades de Río Negro y Neuquén. Este año es un año de laboratorio, decimos nosotros, porque estamos pensando estos proyectos para poder plasmarlos el año que viene y debatirlos en la comunidad universitaria.

29/07/2016

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