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El embajador Federico Villegas Beltrán, que asumirá desde el 1 de enero en la Presidencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, resaltó que Argentina "cosechó lo que sembró" desde el ´83 a la fecha en la "construcción de su identidad democrática", y que fue valorada en la comunidad internacional por "no mirar hacia el costado" frente a las violaciones de derechos humanos en todo el mundo.
En una entrevista con Télam, el diplomático adelantó cuáles serán los objetivos su gestión, entre los que citó "evitar la politización" en los debates para lograr "un mejor desarrollo de la humanidad en los distintos países" teniendo en cuenta la "perspectiva histórica de los derechos humanos", a fin de resguardar "tanto a los Estados como a las personas" que los constituyen.
-¿Qué representa el hecho de que Argentina presida el Consejo, por primera vez en la historia, y como se logró este apoyo por aclamación de todos los países miembros?
- Para mí es muy importante la actitud equitativa, constructiva pero firme al mismo tiempo que ha tenido la Argentina en este año y medio en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, sin mirar para el costado, en lo que ha sido el análisis de las violaciones a los derechos humanos. Y lo hizo siempre, basándose en las informaciones que fueron surgiendo dentro del mismo Consejo.
Hemos sido firmes, no negacionistas, no estigmatizantes, con una conducta que tendió a promover el diálogo.
Así, de manera constructiva hemos desarrollado un perfil de país firme en la defensa de los Derechos Humanos, y a la vez progresista.
Eso permitió el apoyo de toda la región, y del mundo.
Yo siempre digo, como me enseñó mi abuelo, que uno cosecha lo que siembra, y es lo que sucedió con Argentina el lunes 6 de diciembre pasado, en Ginebra, cuando todos los Estados miembros del Consejo acompañaron la postulación de nuestro país.
Eso fue, el resultado de lo que Argentina sembró desde la recuperación de la democracia en el ´83, y de la incorporación de los derechos humanos como parte de esta identificación democrática.
Además se sumaron las acciones de este último año y medio a nivel internacional, donde el país tuvo una actitud que combinó firmeza en abordar la grave situación de los derechos humanos que tuvieron algunos países, con un espíritu dialoguista. Esto permitió impactar positivamente, y a la vez, hacerlo, generando inclusión.
Si bien a nivel interno es difícil evitar la politización, a nivel internacional es muy interesante, y constituye un orgullo, ver que fuera, Argentina es vista, apreciada y valorada como ese faro en el desarrollo de los derechos humanos, tanto por la forma en la que aborda su pasado, como en la agenda que tiene hacia el futuro.
-En ese futuro, ¿Cuáles son los principales desafíos de su gestión?
-El próximo año el Consejo deberá analizar las graves situaciones de derechos humanos en varios países, conducir el examen periódico universal de derechos humanos, y continuar adoptando decisiones para avanzar en los temas pendientes de la agenda universal de protección de derechos humanos, incluyendo el apoyo al trabajo que realizan relatores y expertos independientes de diversas temáticas.
-¿Cómo se llevarán a cabo estos objetivos?
-Ante todo queremos que la Presidencia de Argentina sea exitosa y para eso el primer objetivo es, como dije antes, evitar la politización.
Tanto a nivel nacional como internacional existen tendencias basadas en utilizar a los derechos humanos como variable de ajuste de tensiones de espacios de poder.
Esto sucedió siempre, sobre todo en la guerra fría. Hoy el mundo también tiene tensiones, por eso, evitar esa politización es primordial en el Consejo.
Todos tenemos que trabajar para que la humanidad vaya progresando, no retrocediendo, y para eso es necesario dirigir los debates hacia el diálogo, con entendimiento de nuestras diferencias.
Otro de los objetivos es ver la perspectiva histórica en materia de Derechos humanos.
Durante 300 años los Estados tenían un derecho donde no se ponía el eje en resguardar esos derechos humanos de la gente. Se ocupaban de lo que sucedía en cuanto naciones pero no de si la gente que vivía en ellos era torturada, esclavizada, discriminada.
A partir del holocausto, y de 1948, la humanidad dijo ´Nunca más´, esas personas tienen derechos, y todos tenemos que, colectivamente, protegerlos.
Allí empieza el derecho internacional en materia de Derechos Humanos, el que, en términos relativos, tiene solo 76 años.
Entonces, si antes estuvimos 300 años sin que importara lo que le sucediera a la gente, y hoy solo hace 75 que nos está importando, tenemos mucho trabajo por delante.
Esa perspectiva histórica tiene que estar en los nuevos debates así como la ampliación de temas.
-¿Y cuáles serán esos temas?
- Entre ellos están las cuestiones relativas al respeto a la identidad de género, el rol de las empresas y su impacto en materia de derechos humanos, y lo relativo al cambio climático, por citar algunos.
Recordemos que el Consejo es la usina jurídica mundial en materia de derechos humanos, eso significa que ahí se adoptan y se desarrollan los nuevos estándares de protección de esos derechos.
Por ejemplo, el 24 de enero próximo tendremos el primer ejercicio de examen periódico universal del año donde vamos a analizar la situación de ocho países en materia de derechos humanos.
Y lo haremos como dije antes, priorizando el diálogo y los debates que permitan evolucionar a cada una de las naciones, resguardando los derechos de sus ciudadanos.
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