Entrevistas
20/06/2021

Mario Rovere

“Es necesario fundar un sistema de Salud más justo y más universal”

“Es necesario fundar un sistema de Salud más justo y más universal” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El funcionario del ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires planteó la necesidad de corregir “distorsiones, fragmentaciones y mecanismos de subsidios no transparentados”. Criticó que una “parte del sector privado saca el dinero del sistema de salud para mandarlo al sistema financiero”.

Diego Colao

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Mario Rovere, director de la Escuela de Gobierno del ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires y ex viceministro de Salud de la Nación de Cristina Kirchner sostuvo que es necesaria una reforma del sistema de salud porque tiene “una serie de distorsiones, de fragmentaciones, de mecanismos de subsidios no transparentados” que llevan a una “muy mala utilización de los recursos”.

“Es necesario aprovechar las lecciones de la pandemia para fundar un sistema de salud más justo, más equitativo, más universal que el que tenemos ahora”, indicó Rovere en este diálogo con Va Con Firma.

Y aseguró que ese sistema debe tener “centralidad en el sector público” no “solo por una cuestión política o ideológica, sino además porque el sector público es el único que hace epidemiología, y que tiene la responsabilidad última sobre el 100% de la población”.

El especialista aclaró que la fragmentación del sistema no “requiere nada parecido a una fusión o expropiación”, sino que se necesita “articulación, conexiones, transparencia de subsidios, porque en muchos casos las cuentas le cierran a las obras sociales o a las prepagas a costa de subsidios del Estado que no están explicitados, entre ellos, la atención masiva de pacientes con cobertura por parte del sector público”.

Otro aspecto importante que planteó el funcionario es el de la compra de insumos del sector, porque la mayoría “son importados” y si interviene el Estado como “un comprador grande” puede “discutir precios de una manera muy fuerte”.

En cuanto al papel de las prepagas, Rovere consideró que “los intereses económicos son legítimos” pero aclaró que “la rentabilidad tiene que ser razonable” y que “además tiene que tener un pacto de reinversión en el sector Salud”.

“El problema es que alguna parte del sector privado saca el dinero del sistema de salud para mandarlo al sistema financiero”, completó.

-¿Por qué es necesario discutir el sistema de salud actual?

-Es un momento muy particular, la Argentina hace muchos años que no discute seriamente el sistema de salud y se han ido creando una serie de distorsiones, de fragmentaciones, de mecanismos de subsidios no transparentados que en general nos llevaron al 2019 con un sistema no solamente fragmentado, sino en vías de fragmentación y con muy mala utilización de los recursos. Siendo un sistema que dentro de todo tiene un financiamiento importante que alcanza un poquito menos del 10% del Producto Bruto Interno. Al 2019 creíamos que el sistema tenía que ser modificado, transformado, repensado, pero cuando llega la pandemia empiezan a darse una serie de complementariedades muy llamativas. Cuando hablamos de articular subsectores en Salud, podríamos decir que lo arreglamos con alambre y salimos bastante airosos en el sentido de que, por distintos motivos, en esto de que no nos une el amor sino la necesidad, ha habido complementariedades muy interesantes, ha habido deposición de posiciones extremas; se aprendió un montón de cosas. Pero existe una alta chance de que la gente diga que terminó la pandemia y volvamos a lo anterior. No es que la fragmentación afecta al coronavirus, afecta a todos los problemas de salud. Estamos convencidos de que es necesario aprovechar las lecciones de la pandemia para fundar un sistema de salud más justo, más equitativo, más universal que el que tenemos ahora.

-¿Cómo tendría que darse esa integración del sistema?

-En el mundo hay sistemas de salud muy distintos, cada uno tiene fortalezas y debilidades pero estamos seguros que el modelo argentino tiene que pensarse en la Argentina. Sabemos dónde están las principales situaciones críticas y encontramos, por un lado, que adentro mismo de los subsectores hay mucha fragmentación. Dentro del público, hay muchísimos decisores del público; no está definido adecuadamente lo que algunos llaman la gobernanza del sistema público. El fallo de la Suprema Corte fue muy poco feliz; es increíble que la Corte haya debilitado la capacidad de rectoría del gobierno nacional en medio de una crisis inédita. Pero también pasa al interior de la seguridad social, del sector privado y entre el público y el privado, entre el público y la seguridad social. Todo esto requiere nada parecido a una fusión, expropiación, todos los fantasmas que se agitan, sino que se necesita articulación, conexiones, transparencia de subsidios, porque en muchos casos las cuentas le cierran a las obras sociales o a las prepagas a costa de subsidios del Estado que no están explicitados, entre ellos, la atención masiva de pacientes con cobertura por parte del sector público.

-¿Es necesario implementar mecanismos para transparentar esas situaciones?

-Yo diría encantado que vengan a nuestro comedor pero que no se vayan sin pagar la cuenta. Tengo un dato que está en las estadísticas nacionales de salud, año 2019: el 20% de todas las mujeres que tenían obra social y estaban embarazadas, decidieron tener su parto en el hospital público, a pesar de tener cobertura de la seguridad social o de las prepagas. O sea 1 de cada 5. Imagínese el tamaño del subsidio que el sector público hace en esto y en mil cosas más. Enfermedades crónicas, salud mental, o sea todo lo que la seguridad social no le conviene invertir lo está haciendo el sector público.

-¿El sistema público debería ser el gran ordenador?

-Claro, cuando nosotros hablamos de un sistema integrado, es sistema porque tiene centralidad en el sector público y la centralidad no es solo por una cuestión política o ideológica sino además porque el sector público es el único que hace epidemiología, y que tiene la responsabilidad última sobre el 100% de la población. Entonces el sector privado puede hacer muchas cosas bien pero es muy claro que cuando tenemos una pandemia como ésta, queda desbordado por todos lados. Porque no tiene herramientas para poder monitorear lo que está pasando a nivel poblacional, no puede trabajar a nivel de territorio; la respuesta a la pandemia no puede limitarse a sentarse a esperar que vengan los pacientes.

-¿Qué otros beneficios trae la integración?

-La vicepresidenta lo lanza de esta manera para que el debate llegue a la sociedad y no quede en una mesa de acuerdo entre 5 personas y además para llegar a armar un sistema como estos, debe salir por ley. La sociedad lo que tiene que entender es que el subsector privado, de la seguridad social y las obras sociales, en realidad no está cumpliendo con el sistema de información estadística y epidemiológica, o no lo estaba haciendo. Últimamente se consiguieron logros, que notifiquen las camas disponibles, o un sistema de gestión de camas, por lo menos en la provincia de Buenos Aires funcionó bien. Pero hay una cosa que también hay que entender, acá hay un actor oculto que no entra en el debate generalmente, que es lo que se llama el complejo médico industrial. Quiero decir que la mayor parte de los insumos que usa el sector salud son importados y eso significa que los que tienen y venden esos insumos tiene una tremenda capacidad de ser formadores de precios. Cuando uno es un comprador pequeñito, como pasa cuando uno va a un supermercado, la única chance que tiene es comprar o no comprar. Si uno es un comprador grande como puede ser el Estado, puede discutir precios de una manera muy fuerte como está pasando en este momento con las vacunas. La pandemia la hemos sostenido en pie los tres subsectores por ejemplo gracias a que se trajeron 400 toneladas de insumos sanitarios en aviones de Aerolíneas Argentinas y en barcos que fueron claves, y en Argentina a nadie le faltaron insumos para enfrentar una pandemia.

-¿Que trabas puede haber por los intereses económicos del sector privado?

-Los intereses económicos son legítimos, sabemos que hay empresas que han hecho inversión de capital y que buscan la rentabilidad de esa inversión, el problema es que la rentabilidad tiene que ser razonable, pero además tiene que tener un pacto de reinversión en el sector Salud. Vemos con simpatía si el sector privado crece, se amplía. El problema es que alguna parte del sector privado saca el dinero del sistema de salud para mandarlo al sistema financiero. Ahí está el problema, porque además algunas prepagas están directamente vinculadas con los bancos. Eso si nos preocupa. El doctor Rachid tiene una imagen muy didáctica que dice no importa cuánto circule pero pongan las mangueras hacia dentro.

-¿Cómo ve a las obras sociales en este marco?

-Muy bien, tengo alguna historia personal, conocí otros momentos de intentos de armar un sistema articulado, universal de salud. Claramente hemos aprendido todos, esta es una propuesta que surge del seno de un peronismo unificado y se viene encontrando muchísima escucha, porque tampoco le está yendo bien a las obras sociales, en un sistema que se vuelve tan salvaje, en términos de puja distributiva.

29/07/2016

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