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28/05/2021

"Gutiérrez es un subrogante del poder"

"Gutiérrez es un subrogante del poder" | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La senadora Lucila Crexell, afiliada al MPN que llegó a la banca de la mano del macrismo, dijo que “la Provincia vive al día” y que el partido local “es un juntadero de gente con aspiraciones a ocupar un cargo sin saber muy bien para qué”.

Laura D' Amico

La senadora Lucila Crexell disparó contra el gobernador Omar Gutiérrez al afirmar que "esun subrogante del poder que además se confunde en creer que es el titular de un poder que en realidad es transitorio".

En diálogo con Va Con Firma, descartó que el ex gobernador Jorge Sapag esté detrás de la toma de decisiones en la provincia, al tiempo que consideró que "si (Gutiérrez) hubiese tenido más respaldo atrás capaz que hubiese hecho una mejor gestión".

Sobre la pandemia, dijo no estar de acuerdo con que las decisiones se concentren en la figura del presidente y se refirió al conflicto en la provincia con los trabajadores autoconvocados de Salud. Dijo que "el gobernador nunca da la cara" y calificó de "pésima" a la administración de la provincia porque "no hay políticas de mediano y largo plazo", además de que "vive al día siendo una provincia que podría tener capacidad de ahorro, de inversión, de redistribución".

La senadora, que sigue afiliada al MPN, apuntó también contra el partido provincial al afirmar que "perdió su sentido de partido político" y "se volvió un instrumento de competencia electoral". Sostuvo que "hay prácticas, independientemente del machismo, de violencia política, de descalificación, de quién puede ocupar el lugar, no según las capacidades y cualidades sino porque a mí me convenga o no".

La senadora, que en 2019 asumió su banca por Juntos por el Cambio, dijo que su identidad política está "en un gris", porque pertenece al MPN pero formó parte de la "coalición electoral" de Juntos por el Cambio que la llevó a obtener la banca en 2019, pero ahora pertenece al Interbloque Federal, aunque el lugar con el que mejor se identifica es el de "senadora de la provincia de Neuquén".

-¿Cómo evalúa la gestión de la pandemia de parte del gobierno nacional y por qué se manifestó en contra del "proyecto de ley Emergencia Covid"?

-A lo largo del año no hemos tenido buenos resultados con la gestión de la pandemia. No creo en la delegación de facultades, no creo en las emergencias como se han dictado sucesivamente. No estoy ni a favor de los decretos delegados ni a favor de los decretos de necesidad y urgencia. Tampoco estoy de acuerdo con los mecanismos como están regulados en Argentina porque prácticamente no hay ningún tipo de control por parte del Congreso. Está la Bicameral pero después no se tratan en el recinto. Además, no estoy de acuerdo porque me parece que el equilibrio sobre el que está sostenido un gobierno tiene que ver con el consenso y la pluralidad de voces y de órganos, y me parece que en situaciones de emergencia como la que hubo pudo haber tenido sentido el dictado de un primer DNU frente a lo inesperado, lo incierto y lo desconocido, pero después el Congreso empezó a funcionar con mucha facilidad porque se implementó muy bien el sistema virtual y creo que tiene que haber una participación organizada y ordenada de todas las instancias decisorias. Sobre todo, cuando se tocan temas tan sensibles como la restricción de derechos de la población, que afectan no solo la libertad de circular, sino la libertad de trabajar y afectan los esquemas cotidianos de la gente.

-¿Cómo se tendrían que haber tomado las decisiones relacionadas a la pandemia, si no las concentraba el presidente?

-Creo que debería haber una mesa nacional o una coordinación nacional. Los gobernadores en un primer momento vieron con cierto respaldo poder delegar en el presidente las decisiones. Eso los descomprimió. Pero llega un punto donde los gobernadores se tienen que hacer cargo de las decisiones de sus distritos por la particularidad que tiene cada provincia en nuestro país. Y todas las decisiones que hacen a las competencias del legislativo tendrían que haber sido mantenidas en el legislativo, como los proyectos que tienen que ver con suspensión de actividades o restricción de derechos o incluso políticas de promoción. Eso transparenta el sentido de las decisiones y descomprime de responsabilidad al Ejecutivo.

Otra de las cosas que me tiene muy cansada es la permanente confrontación política. No es momento de reproches, de chicanas. En los momentos de tanta angustia, de tanta necesidad de coordinación hay que frenar un poco la confrontación política. Los lineamientos sí pueden ser coordinados con el presidente y el Congreso y los gobernadores. Cuando delegás en alguien tanto poder después es muy difícil recuperarlo.

-La crítica cabe al presidente pero también a los gobernadores porque esperan que salga un DNU para tomar medidas.

-La pandemia visualizó el gran desbarajuste o descalabro que tienen los estados provinciales y el Estado nacional. Las fallas estructurales en la asignación de los recursos, en la infraestructura, en los servicios públicos en sentido amplio, en salud y educación, en la escala salarial. Fijate la escala salarial en Neuquén. Es increíble pensar que los médicos y todos los recursos humanos del servicio de salud estén tan relegados y postergados, cuando no solamente en épocas de pandemia son los primeros trabajadores esenciales.

-¿Qué le pareció el manejo del conflicto con los autoconvocados de Salud?

-No me pareció que haya estado bien encarado políticamente. Intentaron llevarlos a un desgaste cuando en realidad lo primero que se hace es bajar al diálogo. En ese sentido el gobernador nunca da la cara, siempre manda adláteres a que se desgasten y a que confronten mientras trata de preservarse desde un lugar en que me parece no asume la responsabilidad que le corresponde de liderar una provincia. Sobre todo cuando se despierta un conflicto en un momento en donde está muy sensibilizada la sociedad.

-El gobierno va a tomar deuda para pagar gastos corrientes. ¿Cómo ve la administración de la provincia?

-Pésima. No sé con qué nos vamos a encontrar una vez que termine la administración de Gutiérrez. Nunca lo avalé ni lo voy a avalar ahora. No me parece que sea un buen gobernador de la provincia. Creo que se han perdido grandes oportunidades de pensar una política redistributiva de la renta extraordinaria que genera el petróleo hidrocarburífero. No hay políticas de mediano y largo plazo respecto del uso de los recursos de la provincia y no hay una reinversión y una redistribución de esos recursos. Se esfuman. Es como vivir al día. La provincia vive al día siendo una provincia que podría tener capacidad de ahorro, de inversión, de redistribución. Es absolutamente cortoplacista la política del gobierno.

-¿Qué le pasó el MPN? ¿Perdió el rumbo?

-Creo que perdió su sentido de partido político. Se volvió un instrumento de competencia electoral para ocupar cargos públicos con personas que muchas veces ni siquiera tienen las cualidades, el interés o la vocación de realmente gobernar y de pensar la solución a los problemas que presenta la sociedad cotidianamente. Neuquén es una provincia en crecimiento y no ha tenido una inversión para respaldar el crecimiento poblacional. En el partido no se discuten políticas públicas, no se discuten modelos de gestión, no se discute el valor de los recursos de Neuquén. Es un juntadero de gente con aspiraciones a ocupar un cargo sin saber muy bien para qué.

-¿Hay machismo en el MPN?

-Venimos de una sociedad que ha sido predominantemente machista. Dentro del partido, más allá de que si hay una fuerte estructura conservadora también hay mujeres muy valiosas. Ha sido una mi vieja (Luz Sapag), Ana Pechen, incluso hay figuras jóvenes que empiezan a aparecer con cualidades para poder ocupar espacios. Pero sí creo que hay prácticas, independientemente del machismo, de violencia política, de descalificación, de quien puede ocupar el lugar, no según las capacidades y cualidades sino porque a mí me convenga o no. Y hay una muy fuerte concentración de poder en las cabezas de decisión del partido. Es un esquema reiterado en todas las instancias de poder en Argentina. Me parece que hay autoritarismo más que machismo. Hay un uso desproporcionado del poder que les dan los lugares y además hay una responsabilidad por parte de los obsecuentes que sostienen estas estructuras porque de alguna manera están en una zona de confort.

-¿Cuáles son esas prácticas de violencia política?

-Desde la descalificaciones públicas, las operaciones políticas. ¿Te acordás cuando me sacaron la solicitada? Eso es un acto de violencia política y es peor porque usó recursos no se sabe bien de dónde, para hacer una solicitada que dicen que pagaron los intendentes que en realidad no pagaron. Obligaron a intendentes a firmar esa solicitada. Y eso lo armó Omar Gutiérrez. Eso es un gesto de violencia política porque estaba en desacuerdo con mis posiciones. Tratan de censurarte la libertad de expresar tus desacuerdos. De manera interna al partido, muchas veces te intentan bajar línea.

-¿Sigue perteneciendo al bloque de Juntos por el Cambio?

-(Risas) Yo sigo afiliada al MPN, es mi partido. La verdad es que cuando yo fui por Juntos por el Cambio fue una coalición electoral. No era condición que me afiliara a ninguno de los partidos y cuando se presentó alguna situación que me dijeron 'te tenés que afiliar', yo dije que no era el acuerdo que yo había coordinado con quienes impulsaron mi candidatura a través de Juntos por el Cambio, que no fue en Neuquén sino en el armado nacional. Después de la judicialización de la banca quedé medio descolocada de un esquema donde realmente ver una judicialización en contra mía de una alianza en la que yo supuestamente estaba para construir... Así que quedé medio como en un gris y si bien tengo mucho diálogo con muchos referentes de JxC, sobre todo con algunos referentes del Pro a nivel nacional, tengo mucho diálogo con Rodríguez Larreta, con Humberto Schiavoni, que era el presidente del Pro, estoy en el Interbloque Federal, que es una especie de intermedio. En realidad yo me siento senadora de la provincia del Neuquén. Ese es el mejor lugar para mí. No tiene que ver con un partido, con una alianza o una coalición. Tiene que ver con la identidad mía con Neuquén y yo actúo en consecuencia de lo que creo mejor para mi provincia. No me interesa pertenecer a un bloque o a un partido político en el Senado. Me interesa gestionar.

-¿Por qué sigue afiliada al MPN con todas las críticas que le hace?

-Porque el partido es una cosa y la gente que está eventualmente en los lugares de poder es otra. El partido tiene que ver con un ideario, con una matriz, con principios, con una doctrina, también con un fuerte vínculo emocional y familiar, con una identidad que no tiene que ver con Omar Gutiérrez, que eventualmente está hoy de presidente del partido y que para mí es un subrogante, ni siquiera detenta el poder. Es un subrogante del poder que además se confunde en creer que es el titular de un poder que en realidad es transitorio. Creo que el MPN es mucho más que eso y no pierdo la esperanza de que sea un partido que vuelva a replantear, repensar y discutir su rumbo, su contenido, su dirigencia. No creo que sea el partido el culpable. Es la gestión de determinados dirigentes que pasan por el partido.

-¿Gutiérrez es subrogante del poder porque está Jorge Sapag detrás de la conducción del gobierno?

-No quisiera ponerlo a Jorge atrás de todo esto porque no quiero seguir insistiendo con esa idea. Lo digo en un sentido simbólico que es más amplio. De alguna manera todos somos subrogantes del poder. El tema es cuando vos te crees que ese poder es tuyo.

-Está el fantasma de que Gutiérrez es el gobernador pero en realidad decide otro.

-Creo que si hubiese tenido más respaldo atrás capaz que hubiese hecho una mejor gestión.

29/07/2016

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