Entrevistas
05/04/2021

Claudio Lozano

“Hay que volver a discutir un ingreso básico universal”

“Hay que volver a discutir un ingreso básico universal” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El economista y director del Banco Nación aseguró que los números de pobreza se dan porque el impacto "de la recuperación económica sobre la población es prácticamente nulo”. Destacó que la “inflación se ha transformado en una suerte de cepo casi infranqueable para avanzar en una redistribución más justa del ingreso”.

Diego Colao

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Claudio Lozano, economista y director del Banco Nación, aseguró la “situación social dramática donde no solo hay aumento de la pobreza sino que el aumento de la indigencia es superior al aumento de la pobreza” se da porque “a pesar de que hay cierta recuperación de la actividad, el impacto sobre la sociedad, el bienestar de la población, sobre el empleo y los ingresos es un impacto prácticamente nulo”.

“La razón tiene que ver con la orientación que tiene la recuperación de la actividad económica, donde el mercado interno está postergado y centralmente, a la clave por la cual esto ocurre, que es la evolución de los precios”, expresó el ex diputado nacional a Va Con Firma.

Y agregó que “la aceleración de precios vivida durante el último trimestre del 2020 explica mucho este aumento de la pobreza y es lo que define que la recuperación está siendo absorbida por el aumento de los márgenes empresarios de los formadores de precios antes que impactar adecuadamente sobre los niveles de vida de la población”.

Sobre la inflación, Lozano aseguró que “se ha transformado en una suerte de cepo casi infranqueable para avanzar en una redistribución más justa del ingreso que permita por vía de la mejora de los salarios, de las jubilaciones y del poder adquisitivo de la población en situación de informalidad y desempleo mejorar los niveles de demanda en el mercado interno”.

El economista criticó la eliminación del Ingreso Familiar de Emergencia y la reducción de “la política social” porque se realizó “sobre la hipótesis de que la recuperación de la actividad económica iba a tener impactos muy positivos en el empleo y en la situación de ingresos”, pero advirtió que “eso no está ocurriendo y por lo tanto hay que volver a discutir algo que en su momento se evaluó que es el tema de un ingreso básico universal sobre todo para la población en situación de informalidad y desempleo”.

“El presupuesto estaba gobernado por dos hipótesis, una que la pandemia iba a estar controlada en el 2021 y el segundo que la actividad económica iba a tener un efecto positivo sobre el empleo y los ingresos, y de manera tal que no iban a ser necesarios los refuerzos en materia de política social”, definió el referente de Unidad Popular, quien remarcó que “las dos cosas no se están cumpliendo” y planteó que “la clave es control estricto sobre el sistema de precios y recuperación del poder adquisitivo de salarios, jubilaciones y avanzar en un ingreso de carácter universal sobre la población informal y desocupada”.

-¿A qué se deben los números de pobreza e indigencia que se publicaron esta semana?

-La razón se explica por el hecho de que por más que a partir de mayo comenzó a darse un proceso de la recuperación de la actividad económica, a medida que se iban aflojando las restricciones de la cuarentena estricta que puso en marcha el gobierno y que se manifestó con fuerza en el segundo trimestre del 2020; pese a que se fueron aflojando restricciones y la actividad económica comenzó a recuperarse, esa recuperación está dominada y orientada básicamente por la primacía del sector exportador y aquellas actividades que están ligadas a él y se sigue postergando la recuperación del mercado interno que involucra a la mayor parte de las actividades económicas de la Argentina. Y de este modo lo que se está observando es que a pesar de que hay cierta recuperación de la actividad, el impacto sobre la sociedad, el bienestar de la población, sobre el empleo y los ingresos es un impacto prácticamente nulo. De hecho en los datos del Indec marcan 42% de pobreza como promedio en el semestre pero ese promedio se desdobla entre lo que es el valor de la pobreza en el tercer trimestre y el valor en el cuarto, y el valor en el cuarto da 45,3% de la población en situación de pobreza. La misma situación que teníamos en el momento del pico del segundo trimestre del 2020 donde la pobreza estuvo en 47% pero que casualmente en aquel momento teníamos la economía prácticamente paralizada por la situación de la cuarentena, ahora tenemos un nivel de actividad económica que ha retornado a los niveles previos a la pandemia, anteriores a la cuarentena, pero mantenemos el nivel de pobreza de aquel momento. La razón tiene que ver con la orientación que tiene la recuperación de la actividad económica, donde el mercado interno está postergado y centralmente, a la clave por la cual esto ocurre, que es la evolución de los precios. La aceleración de precios vivida durante el último trimestre del 2020 explica mucho este aumento de la pobreza y es lo que define que la recuperación está siendo absorbida por el aumento de los márgenes empresarios de los formadores de precios antes que impactar adecuadamente sobre los niveles de vida de la población.

-¿El gobierno tiene que actuar de manera más enérgica en el control del aumento del precio de los alimentos?

-Si sin duda, creo que lo que se ha puesto en marcha en los últimos días que son las mesas sectoriales, que entiendo deberían ser por cadena de producción y deberían incorporar a todos los actores de manera tal de incorporar nuevos productores en cada mercado, de evaluar la necesidad de nuevos canales de distribución, de trabajar sobre la estructura de costos de cada canal de producción y de poder enhebrar acuerdos entre los pequeños y medianos productores, los trabajadores y el Estado para evitar el abuso de posición dominante que en cada cadena tienen los formadores de precios. Eso es un camino que hay que fortalecer con rapidez porque claramente la inflación se ha transformado en una suerte de cepo casi infranqueable para avanzar en una redistribución más justa del ingreso que permita por vía de la mejora de los salarios, de las jubilaciones y del poder adquisitivo de la población en situación de informalidad y desempleo mejorar los niveles de demanda en el mercado interno. Esto no está ocurriendo y es importante porque si hay algún supuesto que gobernó las decisiones que el gobierno tomó para el 2021, por ejemplo en el terreno presupuestario donde se eliminó el Ingreso Familiar de Emergencia, se recortaron programas alimentarios, se redujo en general la política social del gobierno que había estado fuertemente reforzada durante el 2020, se la redujo sobre la hipótesis de que la recuperación de la actividad económica iba a tener impactos muy positivos en el empleo y en la situación de ingresos de manera tal de que ese refuerzo no fuese necesario. Eso no está ocurriendo y por lo tanto hay que volver a discutir algo que en su momento se evaluó que es el tema de un ingreso básico universal sobre todo para la población en situación de informalidad y desempleo; esto vuelve a ser una cuestión imprescindible para recomponer los ingresos de esa población, al tiempo que el control de los precios tiene que permitir que los salarios y las jubilaciones se recuperen. Llevamos ya 3 años de deterioro permanente de salarios jubilaciones y del poder adquisitivo en general del conjunto de la sociedad argentina. Eso es el tema central que está alertando los datos del Indec.

-¿Que muestran esos datos?

-Los datos hablan de una situación social dramática donde no solo hay aumento de la pobreza sino que el aumento de la indigencia es superior al aumento de la pobreza, con lo cual hay una intensificación del tipo de pobreza que tenemos, hay un empobrecimiento de los pobres, valga la redundancia, e incluso una mayor distancia entre lo que es el ingreso promedio de aquellos que están en situación de pobreza, respecto al nivel de ingresos que necesitarían para salir de esa condición. Es decir, se aumentó la brecha entre el ingreso promedio que tienen y lo que necesitarían para poder salir. Se observa también en los datos disponibles que cada vez es mayor la cantidad de trabajadores incluso formales en blanco que forman parte del universo de pobreza en la Argentina. Son datos demasiado complejos que hablan de una situación social realmente preocupante y que merecen atención y rectificación de algunas definiciones de política que se tomaron y que claramente deben ser revisadas, entre ellas, la eliminación del IFE.

-En una situación de segunda ola de pandemia, ¿Cree que hay cosas del Presupuesto que se van a tener que modificar y que otras decisiones se deberían cambiar además del IFE?

-El presupuesto estaba gobernado por dos hipótesis, una que la pandemia iba a estar controlada en el 2021 y el segundo que la actividad económica iba a tener un efecto positivo sobre el empleo y los ingresos, y de manera tal que no iban a ser necesarios los refuerzos en materia de política social. Me parece que las dos cosas no se están cumpliendo y por lo tanto es absolutamente imprescindible rectificar las definiciones en esta materia y básicamente Argentina lo que tiene es que mover la orientación de la recuperación de la actividad a la recuperación del mercado interno y esto exige más ingresos en el bolsillo de la población y una decisión muy fuerte en materia de control de precios, sobre todo sobre los alimentos y los principales insumos de la economía argentina, entre ellos la cuestión energética que ocupa un papel fundamental. La clave es control estricto sobre el sistema de precios y recuperación del poder adquisitivo de salarios, jubilaciones y avanzar en un ingreso de carácter universal sobre la población informal y desocupada; son claves fundamentales para modificar la orientación que hasta el momento viene teniendo la recuperación de la actividad y que básicamente aparece concentrada en el complejo agroindustrial, en los sectores exportadores, un poco en el sector automotriz, pero el impacto que esto tiene sobre el resto es reducido.

-¿Las negociaciones con el FMI y la cuestión del déficit fiscal es una de las trabas para avanzar en este tipo de políticas?

-Si, por supuesto. De hecho el presupuesto que se planteó fue el presupuesto para discutir con el fondo. Por eso, por ejemplo, uno de los graves errores que tiene es que busca avanzar en un criterio que busca avanzar en la recuperación de las cuentas públicas sobre la base del ajuste del gasto, y el ajuste del gasto se hace particularmente sobre la política social, cuando en la práctica en un contexto de capacidad ociosa como tiene hoy la economía argentina y con un adecuado contralor sobre el sistema de precios, lo lógico es que el gasto no se reduzca, se mantenga o se incremente para que sea de alguna manera el generador de ingresos y demanda. Acá hay un problema concreto de demanda en el mercado interno que la Argentina tiene que resolver y el actor principal para resolver esto es el Estado. Y haciendo esto luego la recuperación de la actividad económica vuelve en términos de mayor recaudación y consecuentemente ayuda a recuperar el equilibrio de las cuentas públicas, lo cual tiene que ser acompañado de una estrategia seria de reforma impositiva de carácter progresivo. Acá hemos tenido solamente la discusión del impuesto a las grandes fortunas, que todavía está con dificultades para cobrarse, y la lógica es que las cuentas públicas se equilibren con mayor recaudación por mayor actividad económica, mayor recaudación sobre los sectores de mayor capacidad económica y un gasto que claramente ayude a recomponer la demanda. El esquema planteado en el Presupuesto con el objetivo de discutir con el fondo, es un esquema más conservador que confió excesivamente en que la actividad económica per se iba a resolver el problema. Está claro, tanto con los datos laborales de hace dos semanas como con los datos de pobreza, que esto no ocurre, del mismo modo que cuando uno mira el empleo, el empleo formal ni se movió con la recuperación de la actividad económica y seguimos 324 mil puestos de trabajo por debajo del año pasado, del año 2019. Del mismo modo que pasó esto y del mismo modo que la recuperación del empleo se da por vía del aumento del autoempleo, es decir, cada vez es mayor el nivel de informalidad, tenemos 530 mil personas en situación de autoempleo por encima de lo que teníamos antes de la pandemia. Es decir que en lugar de reducirse la informalidad, se incrementó. Y lo que hay es un mayor un aumento de la informalidad y del empleo clandestino, es decir, la tasa de desocupación de la Argentina es sólo del 11% porque hay una cantidad muy grande de los sectores populares en nuestro país que practica una inventiva generalizada para inventarse trabajo porque efectivamente el sistema económico no lo genera. Esta discusión respecto a la orientación de la recuperación de la actividad, el papel de la demanda, la importancia de las políticas de ingreso del Estado para aumentar esa demanda en un contexto donde la mitad de la población laboral está en situación de informalidad, son claves para la perspectiva futura.

29/07/2016

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