Julián Troksberg, director del documental sobre Isabel Perón, “Una casa sin cortinas”, sostuvo que a la hora de plantear una película sobre ella, le resultaba llamativo que “no hubiera un documental o más material”, y destacó que “es bastante potente” contar la historia “de una bailarina de un pasado medio turbio, y que termina siendo presidenta de un país, y la primera presidenta de un país o de un continente”.

Sobre la búsqueda de testimonios, aseguró en este diálogo con que “no fue sencillo” y que “en muchos casos alguna gente que se negó fue porque una cosa es lo que se dice hoy, y otra es lo que pasaba en la época, pensando en que muchos que eran peronistas apostaron al golpe, y hoy la democracia tiene otro valor y está muy mal visto”.

En cuanto a los motivos por los cuales Juan Domingo Perón la incluyó en la fórmula presidencial, el director consideró que “hay un deseo de Isabel, y probablemente mucha ambición política de ella, que después fracasó, pero mucha ambición porque si no, no llegas a esos lugares de poder”.

Troksberg contó que una de las cosas que le llamó la atención es que Isabel “tenía experiencia política” y que “en los 60 ya fue enviada de Perón, y cuando (Augusto) Vandor trata de armar el peronismo sin Perón, ella había viajado a la Argentina y se había dedicado a tejer a lo largo del país la red de los peronistas más fieles; y le funcionó bien eso”.

Para hablar sobre la comparación con Evita, Troksberg eligió una frase de Marx que dice que “la historia se repite primero como tragedia y después como farsa” porque “Evita era el personaje que tenía que llegar a ser vicepresidenta, que tenía todas las características políticas, y la que llega es Isabel”.

“Una casa sin cortinas: El enigma de Isabel Perón” está en competencia en el Bafici 2021 y puede verse hasta el 28 de marzo de manera gratuita en la página oficial del festival, 

-¿Por qué eligió a Isabel como protagonista de un documental?

-Hay varias, unas más personales y otras más generales, pero lo que a mí me sorprende ahora con el interés que generó el documental, es que no hubiera un documental o más material sobre Isabel. Hay bastante poco circulando. En estos 5 años mi sensación también, porque hace 5 años se cumplían los 40 años del golpe y había una figura ausente que era Isabel, y al principio decir qué pasa con esto, con este personaje que está vivo, que no dice nada, que nadie dice nada de ella, me resultaba llamativo. Y por otro lado, si yo cuento la historia a alguien que no la conoce, de una bailarina de un pasado medio turbio, en el sentido de que no se conoce de donde sale, o cual era su especialidad de baile y que termina siendo presidenta de un país, y la primera presidenta de un país o de un continente, es bastante potente. Y me sorprendía que eso no esté contado.

-¿El documental habla del enigma de Isabel, que cosas quedaron ocultas y cuales salen a la luz en la película?

-Los grandes enigmas de Isabel, para mi siguen siendo enigmas. Lo que me encontré fueron las cosas más chicas, políticas por ejemplo, o de su vida más cotidiana que aparecían y que me llamaban la atención. Ella tiene una vida, donde sale de las sombras, porque nadie sabe bien, qué tipo de bailarina fue, las versiones de cómo conoció a Perón, donde, y que vuelve a las sombras porque en los últimos años está totalmente recluida.

-¿Cómo fue el proceso de conseguir los testimonios, fue complicado?

-No fue muy sencillo porque al principio, gente que la defendía no la quería defender en público, menos con una cámara, y gente que la atacaba, que hay mucha, era un quemo, para qué hablar de Isabel, y en muchos casos alguna gente que se negó fue porque una cosa es lo que se dice hoy y otra es lo que pasaba en la época, pensando en que muchos que eran peronistas apostaron al golpe, y hoy la democracia tiene otro valor y está muy mal visto. Más cómodo era no decir nada que quedar pegado a algo que permita reverse un poco. Fue una tarea un poco arqueológica. Algunos enseguida quisieron pero otros que a mí me interesaba mucho que estén, fue un largo proceso para que aceptaran.

-¿Qué aspectos resaltas de esa Isabel presidenta, era una persona que se involucraba en política?

-Mi imagen de su presidencia es muy negativa. Eso no varió, lo que sí cambió, porque se hablaba de un desconocimiento técnico del Estado, ella sí tenía experiencia política. Quizás gente que está en la historia política lo sabía, pero para mí que nací bajo la presidencia de Isabel Perón y siempre crecí con la imagen de que fue de rebote que llegó ahí, descubrir que en los 60 ya fue enviada de Perón, y cuando Vandor trata de armar el peronismo sin Perón, ella había viajado a la Argentina y se había dedicado a tejer a lo largo del país como la red de los peronistas más fieles; y le funcionó bien eso. Ella había tenido experiencia, conocía y también había estado al lado de Perón muchos años. Eso se ve después en las actitudes que tomó después de la presidencia; terminó presa, no es que firmó algo y se fue enseguida, y después se recluyó. Su presidencia fue un desastre, mi imagen de la presidencia es el Rodrigazo y la represión. Pero algo tenía, y alguien en la película lo dice, el apellido Perón es muy fuerte y eso también es un valor.

-¿Pudo indagar sobre la decisión de Perón de incluirla como vicepresidenta?

-Para mí era la pregunta clave al principio del documental, después se me fue abriendo el documental a cosas del pasado y más posteriores a la presidencia, pero para mí era la gran pregunta por qué Perón eligió a Isabel y por qué Isabel aceptó. Porque si vos ahora me decís en Río Negro esta Pilcaniyeu, necesitamos a alguien para trabajar en energía nuclear, yo no voy, no tengo idea, nos explota todo. Hay algo que apareció y que cambió un poco con el curso de la investigación, luego de partir del lugar común de que la pusieron y pensándolo más, es como que hay un deseo de Isabel, y probablemente mucha ambición política de ella que después fracasó, pero mucha ambición porque si no, no llegas a esos lugares de poder.

-¿Qué cosas cree que Perón veía en ella?

-Te voy a responder con algo que dice Juan Manuel Abal Medina, que sabe mucho más de peronismo que yo; si le había funcionado bien en las dos misiones importantes que le encargó, que era la del 65 de acomodar al peronismo frente a ese intento de Vandor y fue un personaje relativamente importante en la vuelta de Perón, si funcionó en esas dos misiones importantes, quizás le iba a funcionar. Después vienen las diferentes miradas de todos, las opciones eran limitadas para Perón, o no lo vio, pero Perón también se estaba muriendo, estaba mal, quizás no pensaba que se moría en la presidencia pero tampoco era un tipo joven, era bastante factible que Isabel quedara. Cada peronista entrevistado en la película tiene una respuesta distinta.

-¿Que pudo indagar sobre la relación con López Rega y la Triple A?

-Partí de una idea que quizás era fallida, pero me interesaba explorar, que era tratar de despegar a Isabel de López Rega, obviamente se lo nombra en la película y es un personaje importantísimo en la vida de Isabel. Pero pensaba, siempre que hablamos de Isabel hablamos de López Rega y de Perón, y mi intento fue mover los focos de la luz de esos personajes, a ese personaje que está más al oscuro, que es Isabel. Entonces traté de mirar sin mirar tanto a López Rega, además me desbordaba por completo. Una cosa sorprendente para mí es que alguna gente decía que le tenía miedo a López Rega.

-¿Cómo ve la figura de Isabel contrapuesta a la de Evita?

-Alguien me dijo, hay una frase de Marx del 18 Brumario, que dice más o menos, la historia se repite primero como tragedia y después como farsa, y hay un poco de eso. Evita era el personaje que tenía que llegar a ser vicepresidenta, que tenía todas las características políticas, y la que llega es Isabel. Y notoriamente como se vio, no las tenía.