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04/05/2025

¿Adónde van los movimientos sociales?

¿Adónde van los movimientos sociales? | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Durante 30 años las organizaciones sociales tuvieron un rol importante en la política argentina. Hoy, golpeadas por el desguace de Milei de los planes sociales y la brutal represión ejercida, buscan replantearse cómo seguir construyendo alternativas viables para los sectores populares.

Pepe Mateos

Alejandro “Peluca” Gramajoes el secretario general de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular, UTEP. “Los movimientos sociales tenemos una larga historia con diferentes etapas de desarrollo en función de los contextos políticos. Arrancamos hace más de 20 años con una participación muy importante de pibes que se fueron organizando en las barriadas populares.

En un principio fue una resistencia contra el modelo neoliberal, que tuvo su momento de explosión en el 2001 y con la llegada de Néstor y Cristina hubo distintos análisis y posicionamientos. Hacia 2011 ya estábamos interpretando con mayor profundidad lo que estaba pasando en el seno de la clase trabajadora. Después de muchos años de organizar los territorios veíamos que los trabajadores desocupados de alguna manera sobreviven, se autogestionan su trabajo, changueando, cartoneando, en talleres, de infinitas maneras”, así describe Alejandro el camino que los llevó a la formación de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, CTEP, constituida fundamentalmente por el Movimiento Evita y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), que organizó a cartoneros, comedores, talleres familiares, empresas recuperadas, cooperativas, entre una variedad de actividades, que reconocían al trabajador precarizado como un sujeto social.

“En 2014 éramos más de 40 organizaciones con un volumen y desarrollo muy importante. Con el gobierno de Macri se dio un reagrupamiento de las distintas organizaciones para enfrentar una derecha conservadora y con la llegada de Alberto Fernández muchos nos incorporamos al gobierno y eso te condiciona. Ahí tenemos que hacer una autocrítica porque se cometieron muchos errores que estuvieron atados al posicionamiento político con el gobierno. Nos costó sostener la autonomía de lucha. Además otras organizaciones arrastraron al gobierno a una lógica que no era la que planteamos nosotros, que durante el macrismo habíamos logrado sacar leyes como la de Emergencia Social y de Urbanización de Barrios Populares. Tratamos de construir un nuevo paradigma en la lógica de la política social y la participación del trabajador de la economía popular. Eso se desvirtuó por la expansión de los programas que deberían estar destinados al desarrollo de trabajo y terminaron convirtiéndose en una especie de asignación universal sin serlo”.

“Milei en su decisión de realizar un ajuste brutal, elige como enemigos a los movimientos populares, a los trabajadores del Estado y a los trabajadores en general. Instaló un consenso donde los trabajadores del Estado son vagos y parásitos al igual que los trabajadores de la economía popular desacreditándonos para consolidar un proceso de ajuste. Pusieron toda la maquinaria del Estado en funcionamiento para deslegitimar, perseguir y reprimir como no había sucedido en los últimos años. La situación económica de los trabajadores de la economía popular es dramática, en los comedores vemos jubilados y trabajadores formales que acuden porque no llegan a cubrir sus necesidades. Hacemos una tarea gigantesca de contención, de sostener a los que se caen del mapa. En los barrios tenemos muchos problemas de consumo, el narco ocupa espacios, recluta pibes como soldaditos y actúa como prestamista creando niveles de dependencia”, así describe Alejandro Gramajo el panorama al que se enfrentan los movimientos.

“Creo que estamos al inicio de un nuevo proceso histórico. Tuvimos gobiernos populares que fueron el piso para la organización y construcción de conciencia pero no alcanzó para consolidarnos en un país con justicia social con desarrollo productivo, con una planificación estratégica de los recursos naturales, en definitiva construir un país que resuelva la problemática de sus habitantes.

Desde la UTEP profundizamos los procesos de unidad de las organizaciones y de integración con la CGT porque desde nuestra perspectiva la justicia social solo puede ser desarrollada si hay unidad y protagonismo del movimiento obrero”, define Gramajo.

Esteban “Gringo” Castro, ex secretario general de la UTEP, dice “Milité en los movimientos populares desde los primeros cortes de ruta junto a D’ Elía. Siempre tuve la visión que el movimiento piquetero éramos los trabajadores que habíamos perdido la formalidad del trabajo. Ya en esos años entendíamos que quien organizara a los trabajadores que quedaran afuera iba a tener un papel protagónico en los procesos de lucha que se venían. Somos la continuidad histórica del movimiento obrero que dio pelea, empezando por los anarquistas de principios del siglo pasado, pasando por todas las luchas obreras que siguieron. Ante este momento de repliegue tenemos que discutir qué estrategia dar hacia adelante. En su momento hicimos aportes que no pudimos desarrollar como la idea de la vuelta al campo, recuperar tierras para producir. Nos faltó profundizar la organización comunitaria, salir del individualismo. Temas que fueron absorbidos por las urgencias. Hoy estos tipos están dispuestos a romper todo, que no haya paz social, frente a eso estoy viendo que hay grados de unidad que se están dando”, reflexiona Castro durante una manifestación de cartoneros en el Parque Lezama.

El pasado 23 de abril la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT)hizo su primera movilización sectorial en la era Milei que incluyó una protesta en la secretaría de Agricultura, acompañar a los trabajadores del INTA que están luchando para evitar la disolución del organismo y el apoyo a los jubilados frente al Congreso. Nahuel Levaggi, referente de la organización, dice refiriéndose al momento que atraviesan las organizaciones, “ Se perdieron los planteos y consignas más revolucionarias del movimiento piquetero original. Se transformó en una forma de gremialismo que bastardeo esos principios con todos los acuerdos con los gobiernos de Cristina, Macri y Fernández. Hoy hablar de cooperativas para la gente es hablar de vagos. En este momento la sociedad está cansada, no apoya nuestros reclamos, igual que muchos compañeros que dejaron de entender los objetivos y marchan por un plan. Con la UTT hemos ganado mucho estos años y tenemos que consolidar eso. Tenemos que volver a una pelea más puntual. Cuando salimos a la calle lo tenemos que hacer con un reclamo claro y no abandonar los espacios políticos, cuidando y acompañando el avance de la conciencia en el conjunto de la población”, define Nahuel posicionándose en un espacio diferente a otras organizaciones.

Para Charly Fernández, referente delFrente de Organizaciones en Lucha (FOL), “el gobierno apuntó a controlar la calle, a desarticular el poder de movilización de las organizaciones y en pos de ese objetivo no le importo ni midió el tremendo daño que se provocó en el tejido social que atendemos. Para eso usó la desfinanciación, la represión y en el caso nuestro la judicialización. Fuimos la primera organización en ser allanada, en nuestros domicilios particulares, con un uso de la violencia inaudito. Es un mecanismo de estigmatización y desprestigio. Los jueces decretaron la falta de mérito y pedimos la absolución porque nada de lo que nos acusaban tenía sustento. Creemos que la denuncia viene de narcos con los que tenemos un serio enfrentamiento. En el modelo del Gobierno el subsidio o la ayuda del Estado no tiene que estar asentado en alguna organización sino que tiene que individualizarse. La lógica es desarticular el tejido y la protesta. Desatender la política alimentaria es desatender el sustento sobre el que se asienta el tejido social comunitario que parte del comedor, que tiene una función de vincular con el barrio porque es el primer lugar al que acuden en busca de ayuda y de ahí se desprenden cooperativas de trabajo, espacios contra las violencias, promotoras de género, asistencia escolar, promoción de deportes, todo un trabajo de hormiga que hacen las organizaciones comunitarias. No tener la comida es no tener la forma de sostener esa estructura. El problema es que ese espacio lo ocupa el narco que tiene un desarrollo terrible. El Gobierno desarticula redes sociales que frenan su avance, redes que son una forma de contener a los pibes para que no caigan en la falopa y que además desarrollan una organización que impide el desarrollo territorial del narco como sucede en otros países de América latina. Está creciendo un monstruo que va a ser un grave problema” describe Charly.

Francisco Longaes politólogo e investigador del Conicet en el campo de la sociología política. Tiene listo para entrar en imprenta un libro sobre los 30 años del movimiento piquetero y ha publicado “Historia del Movimiento Evita”.

“Me animaría a decir que el movimiento piquetero, ese actor social que durante 30 años fue protagonista en las disputas de poder es difícil que se desarticule en tan poco tiempo a causa de las políticas de Milei”, dice Francisco. “Las organizaciones que surgieron del movimiento de desocupados, piqueteros, trabajadores informales, sufrieron muchas transformaciones de 2001 para acá. Por un lado procesos de institucionalización conservando rasgos de origen, la cosa movimientista, plebeya y popular que los caracteriza. Procesos que se dan cuando intensifican sus relaciones con el Estado y con el sistema político, más allá de la ideología de las organizaciones y de si eran parte del Estado o no. Las demandas del movimiento piquetero a fines de los 90 eran muy básicas y si lo comparamos con la capacidad de producción política a la que llegaron el cambio es notorio.

De pedir comida, planes sociales, alguna política como reducción del IVA a los alimentos, que eran las consignas previas al 2001 pasaron a elaborar políticas públicas, planificarlas e implementarlas, como la Ley de Barrios Populares, que es un proceso complicadísimo y la llevaron adelante en diferentes etapas y es una política pública que trasciende varios gobiernos. Esto muestra un paisaje organizacional muy distinto al de fines de los 90, introduciéndose en distintas áreas de disputa, distintas formas de acción, el vínculo con el mundo político se intensificó mucho, llegaron al Congreso, armaron partidos políticos, el partido de Moreno en la provincia de Buenos Aires, tiene una intendenta del Movimiento Evita, Mariel Fernández”.

“La fundación de la CTEP en 2011 y luego la UTEP cuando amplía las organizaciones que la conforman en 2019, es un giro pragmático en el que adquieren una fisonomía más gremial. Esto quiere decir pararse ante el poder político como los representantes de una porción importante de la clase trabajadora, una clase trabajadora que se proyecta como medianamente estable en el tiempo que no tiene expectativas de ser incorporada al trabajo formal. Todas las organizaciones incluso las más anticapitalistas sin dejar de tener sus reivindicaciones por un sistema social nuevo, en el día a día, muestran un perfil más pragmático con el poder político. Todo esto se reformula con la llegada al poder de Milei. Mucho de lo hecho fue desactivado de un momento para otro y hay dirigentes como Belliboni, del Polo Obrero, que llegó a decir que hay miedo a que este gobierno te mate. También tiene un aspecto extorsivo que difunde campañas atemorizantes como las de las estaciones de tren. Esto explica que haya mermado la movilización, además de la estigmatización mediática y persecución judicial”, así hace Francisco una apretadísima síntesis de la historia y el presente piquetero y para concluir se pregunta: “¿qué debería pasar de acá en adelante?, no lo se. Esto implica una nueva etapa. Quizás haya que reinventar una lectura de este ciclo, todo indica que ante un cambio tan radical del campo político es evidente que los repertorios viejos no son útiles y ya hay cambios que se ven. Morigeró la movilización y se apeló más a la justicia desde que la calle no es el espacio más propicio para manifestar. Las organizaciones ya se están reinventando, teniendo nuevas estrategias y no sabemos cómo evolucionarán pero no creo que dejen de tener un rol importante en la sociedad”.

29/07/2016

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