Patis, bogas, dorados, bagres, taruchas, 2.500 kilos de pescados del Paraná, fruto de la pesca artesanal, fueron vendidos a precios populares frente al Congreso en la mañana de ayer. Los pescadores agrupados en un sindicato y una cooperativa de Villa Constitución, reclamaron al Gobierno por la atención de las necesidades del sector.

“Los cuatro años de gobierno entre 2015 y 2019 en los que fueron abandonados los pequeños productores; la aparición posterior de la pandemia de la Covid-19; los continuos incendios que se registran en la zona; y la histórica bajante del río Paraná, han generado una de las crisis más grandes que se recuerden en la pesca artesanal de la región” declaro a la prensa José Ramírez, presidente de la cooperativa de Trabajadores del Río de la provincia de Santa Fe.

Héctor Díaz, pescador de toda la vida, cuenta las dificultades que tienen para acceder al Paraná. Los arroyos están prácticamente secos y deben canalizar a pala el escaso cauce para arrastrar los botes y llegar al agua profunda. Esta situación no parece tener solución al mediano plazo ya que la extraordinaria bajante del Paraná de acuerdo a los estudios del Instituto Nacional del Agua (INA) continuara predominando los próximos tres meses.

La cola de gente esperando que le tocara el turno para comprar sábalo, bagre y dorado a $150 pesos el kilo, pati a $180 y boga a $240 entre otros pescados, se extendió a lo largo de la Plaza del Congreso durante toda la mañana y finalmente se limito la cantidad de piezas por persona para lograr satisfacer la alta demanda.

"Realmente fue un éxito total, hemos vendido más de tres toneladas de pescado a precios populares y hemos tenido una contundente respuesta de los vecinos que aceptaron la venta de nuestro trabajo", declaro a la agencia Télam José Ramírez.

El dirigente explicó los objetivos de los "pescadazos" pasa por "visibilizar lo que ocurre con la gran bajante del Paraná y cómo afecta a los trabajadores de la pesca artesanal".