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21/03/2021

Génova, enclave de partidas y llegadas a través de los siglos

Génova, enclave de partidas y llegadas a través de los siglos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Entre 1876 a 1901 desde este puerto se embarcaron unos 200.000 italianos por año, de los cuales la gran mayoría se instaló en Argentina. Hoy hay migrantes africanos, asiáticos y también muchos argentinos que hacen el camino inverso al de sus antepasados para conseguir la ciudadanía.

Pepe Mateos (desde Italia)

En el frente de una vieja construcción que amalgama materiales de distintos siglos, hay un frontispicio de mármol con una inscripción en latín, “Nula Dominvs Titvlo Dignus….”, y un poco más abajo, “Christofvrus Colvmbvs”, lo que nos da a entender que esa fue la casa paterna de Cristóbal Colón, un personaje histórico fundamental, hoy eclipsado por las tremendas consecuencias del “Descubrimiento de América” para los pueblos y culturas de este continente. Frente a los vestigios de lo que pudo haber sido su casa original en Génova, uno puede pensar que aquí comenzó todo.

En estos lugares cercanos al puerto debe haber pergeñado Cristóbal Colón los bocetos de sus sueños quiméricos.

En ese puerto, modificado a lo largo de los siglos, que hoy es lugar de reposo de inmensos cruceros desactivados a causa de la pandemia, hay un mural de homenaje a los miles de italianos que durante décadas emigraron a la Argentina.

Desde 1876 a 1901 en el puerto de Génova se embarcó el 61% de la inmigración transoceánica italiana, unos 200.000 inmigrantes por año, de los cuales la gran mayoría se instaló en Argentina.

El mural que alude a las esperanzas e ilusiones de los inmigrantes que partieron a Argentina fue realizado como parte de los festejos del Bicentenario y es una creación de la artista Munu Actis Goretta. Allí en una placa de bronce que comienza a oxidarse, se lee:

“Orizzonti de speranza

...questo murale guarda il mare, un mare che separa e unisce, terra e destini.

E un omaggio a tutti quegli italiani che, carichi de sogni e di coraggio lascioro questo porto porto per raggiungere l´Argentina.

La memoria di un lontano pasato che riflette il nostro presente…”.

Horizontes de esperanza

... este mural mira al mar, un mar que separa y une, tierra y destinos.

Y un homenaje a todos aquellos italianos que, llenos de ilusión y coraje, abandonan este puerto para llegar a Argentina.

El recuerdo de un pasado lejano que refleja nuestro presente... ".

En nuestro presente, Génova, ciudad marítima, enclave de partidas lo es también de llegadas.

En un mundo marcado por las migraciones, los movimientos de individuos o grandes contingentes humanos movilizados por distintas causas, persecuciones, guerras, devastaciones climáticas o el anhelo de otra vida, Génova tiene una gran cantidad de migrantes, africanos, asiáticos, de variados orígenes, establecidos o en tránsito hacia otros destinos realizando trámites para obtener un status de legalidad.

Muchos argentinos luego de varias generaciones en algunos casos (¿quién no tiene un tatarabuelo italiano en Argentina?), hacen el camino inverso que hicieron sus antepasados y buscan la forma de obtener la ciudadaníaque es una llave dorada para poder residir, trabajar, estudiar y recibir los beneficios que los Estados de la Unión Europea aportan a sus ciudadanos (en Europa hay mucho choriplanero también).

El camino para la obtención de la ciudadanía no es un paseo por la alfombra roja. Es un arduo trajinar que comienza con la búsqueda de documentos originales, partidas de nacimiento, actas de casamiento y defunciones, certificados de no naturalización, traducciones de los documentos y rogar que los nombres o apellidos no hayan sido modificados en alguna de todas estas instancias. Para presentar esta documentación hay que fijar residencia en un Comuney esperar a que sea aprobada. Decenas o cientos de argentinos que ya están viviendo en Europa o quieren hacerlo remontan esta montaña y en ese proceso se viven experiencias particulares, donde se cruzan las ansias por obtener un pasaporte que facilita muchas cosas y el descubrimiento de historias familiares que le dan una perspectiva, que no habían tenido en cuenta o profundizado, acerca de los derroteros familiares.

Samuel Lemos, tiene 28 años, es arquitecto y nació en Río Gallegos.

“En algún momento después de recibirme y trabajar en el desarrollo del Metrobus en Buenos Aires, empecé a considerar a Europa como un lugar para trabajar y estudiar, y tener la ciudadanía para eso es importante.

Por parte de la familia de mi padre, mi bisabuelo era de la región de Piamonte, Carlo Armando Gemme. Llegó a la Argentina a principios del siglo XX y se asentó en Rosario. Fui construyendo un sentido de búsqueda de mis orígenes. Soy el primero de mi familia que se planteó esto. Al principio lo veía como algo utilitario para seguir trabajando en Francia, pero luego de venir a Italia me di cuenta que tenía mucho de italiano.

Vine a Génova para iniciar los trámites, luego de ver las dificultades en otros “comune” y elegí entre Génova, Torino y Rimini. Génova es un lugar amable, tiene playa y buen clima y eso me decidió por este lugar.

Para mí la Argentina tiene una cultura que no se encuentra en otro lado, es muy fuerte. Quizás suene un poco romántico pero mi motivación es volver mejor, con más conocimientos y experiencias y aportar. “

Silvina Maccio es tucumana y abogada. Vive en Génova desde hace diez años.

Antes había empezado a preguntarse por los orígenes de su familia. Buscando en Facebook conoció a un genovés del mismo apellido aunque no guardaban parentesco, Alessandro Macció, con el que hoy convive y tiene dos hijos. En esa búsqueda casi aleatoria de antepasados llegó a Mazzone, una ciudad de la Liguria, desde donde emigró su familia. Allí un señor le aseguró ser pariente suyo. Con cierto escepticismo, Silvina fue a visitarlo y con gran sorpresa se encontró con una caja que este señor guardó por años con las cartas que le llegaban desde Tucumán a su abuela, hermana de la bisabuela de SIlvina. ”Sentí algo muy fuerte cuando vi esas cartas que eran parte de la historia familiar. Había hasta fotos de mi papá joven” relata Silvina.

“Cuando llegué a Génova encontré muchos de los apellidos que son comunes en Tucumán, Ottonello, Parodi, Carlino, Pastorino. Descubrí que muchas tradiciones de la familia eran de acá.”

Hoy Silvina, después de su experiencia para obtener la nacionalidad italiana, ayuda a realizar trámites para la “cittadinanza”a muchos argentinos que necesitan una guía en el entramado burocrático. “Fue algo que se dio naturalmente, llegaban o me escribían argentinos que necesitaban orientación, algunos necesitan que los acompañe a hacer los trámites. La mayoría de los que vienen dejan todo en Argentina, algunos tienen mucho enojo con el país. Otros apuntan a la cuestión de la inseguridad. Otros vienen con demasiadas expectativas”.

“Creo que en algún momento volvería a Tucumán, quisiera volver a mi aldea, con todo lo que soy ahora. Aunque te adaptes, la tierra tira. Me pone la piel de gallina pensar en todos esos inmigrantes que nunca pudieron regresar.”

29/07/2016

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