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Columnistas
17/08/2016

Política

Cómo se acorrala a la militancia nacional y popular

Cómo se acorrala a la militancia nacional y popular | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

“Si recorremos el panorama y nos detenemos en cada situación, observaremos que la orientación es inequívoca”, plantea el director de La Señal Medios. Y agrega: “Se busca situar en un permanente banquillo de acusado a quienes fomentan la organización popular”.

Gabriel Fernández *

Hay lugares comunes en nuestra vida política. Los mismos suelen estar atravesados por afirmaciones preexistentes; su contundencia y penetración llevan a quienes buscan razonar la actualidad a un gasto de energía extra: se ven forzados a pedir disculpas sobre el arranque de cada observación.

Veamos: peronistas desde siempre y kirchneristas en el último tramo, suelen ser arrinconados para que expurguen su identidad. Así, necesitan aseverar que pese a esas adscripciones, “no estamos de acuerdo con la corrupción”.

Hay muchas más: quienes valoran las acciones latinoamericanas de Fidel Castro y Hugo Chávez, por ejemplo, se ven indagados sobre sus criterios de democracia y su vocación por respetar los derechos humanos.

Socialmente, el panorama no es mejor. El sindicalismo está en la mira desde tiempos inmemoriales. Así, un dirigente electo por sus afiliados, antes de realizar un planteo de fondo sobre despidos y salarios, debe aclarar que no ha lucrado con su función.

En las organizaciones de desempleados, emprendimientos y cooperativas, el hostigamiento es dramático. Que lo diga Milagro Sala. Realizar grandes obras en beneficio de los desprotegidos es un pase a tribuna directo para ser sospechado de mala utilización de los recursos.

EL SENTIDO

Si recorremos el panorama y nos detenemos en cada situación, observaremos que la orientación es inequívoca. Se busca situar en un permanente banquillo de acusado a quienes fomentan la organización popular. Cada vez que algún sector activa para vertebrar zonas del pueblo, es imputado.

Resulta evidente que la eficacia del planteo se asienta en la amplia difusión que le otorgan los medios concentrados de comunicación, en un Poder Judicial afín a los mismos intereses, pero también en el efecto de desmarque que las acusaciones generan sobre las franjas cercanas a los señalados.

La cuestión exige una profunda introspección del campo nacional y popular. Una reflexión de fondo con rasgos autodefensivos. Contrariamente a lo que han supuesto varios espacios de su interior, la solución no está en andar desmintiendo relaciones, dando pundonorosas pruebas de honradez y sumándose a los vituperios contra políticos, sindicalistas o piqueteros.

La solución radica en dos movimientos simultáneos. Preguntarse la intencionalidad y el origen de la acusación; indagar sobre beneficiarios y víctimas de ella. Y sobre todo, seguir accionando políticamente en la dirección adecuada, pues organizar a un pueblo no es un delito y congelar las labores militantes daña el interés profundo.

EL OBJETIVO

Estos meses han sido tremendos para la militancia popular. No sólo por los despidos y las persecuciones (aunque también por eso). Fundamentalmente porque quienes se han lanzado a vibrar junto al pueblo en el anhelo de construir un futuro mejor, son bombardeados por la más desmovilizadora de las propagandas: que sus compañeros son ladrones y se sirven de las banderas para hacer fortuna personal.

Como nadie quiere ser utilizado, la versión suele golpear sobre regiones participativas que se retraen. Y así, el objetivo básico de la maniobra (debilitar la organización popular) se cumple aunque más no fuera, parcialmente.

Sin embargo, vamos a invertir los términos y a realizar una consideración incómoda para ahondar en los problemas propios. Porque si todos esos sectores resultan imputados de algún latrocinio ¿porqué las organizaciones relacionadas con las capas medias, especialmente las asociaciones que nuclean a pequeños y medianos empresarios, no sufren los embates?

COMERCIANTES Y EMPRESARIOS

Dentro de esos espacios, las propagandas mediáticas reverberan con mayor intensidad. Se sabe: mientras decae el consumo, es difícil ingresar a un local comercial sin observar una pantalla con Canal Trece, TN,  o escuchar parlantes donde Radio Mitre o Continental destilan su carga de veneno.

Vamos a ensayar una respuesta arbitraria al interrogante: las asociaciones que nuclean a comerciantes y pequeños y medianos empresarios, no cumplen su función. A diferencia de los agrupamientos sindicales, territoriales y políticos en general, no dan batalla donde deben, no rascan donde pica: en su propio espacio social.

Reunidos entre cercanos, emiten comunicados que dan cuenta de los problemas suscitados por el plan de ajuste. Comunicados que no leen los comerciantes ni los empresarios. Pero no concretan el diálogo directo. No recorren los negocios ni debaten con las cámaras, no plantan bandera ni explican por qué un subsidio social también los beneficia.

Atenti, que si se mensura el voto de los comicios pasados, hallaremos una fuerte división social entre ambos cincuenta por ciento. Es decir, hay franjas que comprendieron y otras que no. Dentro de los que sufragaron por el PRO, hallaremos apenas un diez o quince por ciento, por ser generosos, beneficiados por los programas neoliberales.

El resto, ha sido víctima de su egoísmo, de las acciones comunicacionales depredadoras, de los errores de contención del movimiento nacional popular… pero también de la ausencia en el campo de batalla de esas dirigencias pymes bien vestidas, algo leídas y poco amigas de dar pelea conceptual en sus zonas de influencia.

ELLOS SON

Volvamos al arranque. En todo el trazo es pertinente recordar que uno no debe aguardar un fallo judicial para definir su presencia en la lucha por la liberación, el crecimiento y la justicia social. La determinación de jugarse por banderas adecuadas no está relacionada con la corroboración de la honestidad de tal o cual dirigente.

Pero sobre todo, resulta imprescindible saber y hacer saber que los corruptos son ellos. Desde la Baring Brothers hasta el megacanje, desde el cheque de la UIA para la Unión Democrática hasta el blindaje, desde los bonos 9 de Julio hasta el corralito. Desde la deuda externa a Panamá Papers. Eso sí que es robo, masivo, generalizado y estructural.

Como pese a todo observamos que estos asuntos siguen golpeando sobre ciertas regiones de nuestro activo, volvemos a ponerlos sobre la mesa. Para mirarse hacia dentro y tratar de entender qué sucede, cómo operan sobre nosotros y qué podemos hacer para desarticular esas maniobras.



(*) • Director La Señal Medios / Area Periodística Radio Gráfica.
www.laseñalmedios.com.ar
29/07/2016

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