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Columnistas
27/08/2019

Blindar Vaca Muerta

Blindar Vaca Muerta  | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Es necesario “Blindar Vaca Muerta” con un gran acuerdo nacional que incluya como objetivos centrales: autoabastecimiento interno a precios accesibles para acompañar el crecimiento económico; inversiones; abastecimiento interno; pautas y metas ambientales; y un plan de industrialización en origen.

Luis Alberto Duran *

Señales de decepción y enojo se observan en el gobierno neuquino después de la firma del Decreto de Necesidad y Urgencia 566 por parte del hasta ahora su socio privilegiado, el presidente Macri, que congela el precio de los combustibles en 59 dólares el barril y el tipo de cambio en 45,19 por dólar por 90 días. 

Por un lado, esta decisión es bien vista por la situación de crisis que vive el país, pero para una economía como la de Neuquén, que depende fuertemente de la industria hidrocarburífera, la medida adoptada también atenta contra la principal fuente generadora de ingresos que sostiene al gobierno local, debido a la ausencia de una matriz económica sustentable. 

Algo que también preocupa es la señal negativa que se da a la explotación no convencional en Vaca Muerta, un nuevo paradigma que recién está en sus comienzos y que necesita la llegada de inversiones de gran magnitud para desarrollarse en el tiempo. Es comprensible esto último debido a que, este yacimiento es la única carta con que cuenta el gobierno provincial para mantener el equilibrio de poder por estos lados. La producción convencional viene en caída desde hace años.

Como consecuencia directa e inmediata, en tres meses la provincia dejaría de percibir como mínimo, unos 1.830 millones de pesos solo en concepto de regalías hidrocarburíferas e Ingresos Brutos, pero, dado que el precio del petróleo es muy volátil y según quien gobierne en Argentina la divisa norteamericana también puede ser más o menos volátil, las pérdidas para la provincia podrían verse incrementadas en caso de que ambas variables alcancen otros máximos superiores.

Todo esto conlleva a que la coparticipación con los municipios también se vea afectada por este decreto como mínimo, en unos 260-270 millones de pesos, algo que resiente aún más a aquellos municipios (casi en su totalidad) que tienen una alta dependencia del tesoro provincial, salvo honrosas excepciones como Cutral Co, Neuquén Capital y El Chañar. En el caso de Neuquén Capital las pérdidas podrían rondar los 90-100 millones de pesos, solo en esos tres meses.

Por el lado de las petroleras, estas se plegaron al reclamo de los gobernadores aduciendo perdidas y falta de seguridad jurídica para volcar inversiones,  sobre todo, para el desarrollo de esta formación geológica no convencional. Lo de las pérdidas no parece muy creíble ya que desde hace muchos años no se conoce ningún estudio sobre los costos reales de los hidrocarburos en la boca de pozo, y si a eso le sumamos los abultados subsidios nacionales que vienen recibiendo desde hace años, todo entra en el terreno de la duda y las suspicacias que hasta el momento, ninguno de los actores principales (gobiernos y/u empresas) parecen preocupados o interesados en echar un poco de luz al tema. 

En cuanto a la seguridad jurídica, las quejas empresariales están centradas en las idas y venidas que ha tenido el gobierno nacional con la normativa sancionada en esta actividad, aunque en la mayoría de los casos, fueron las propias empresas que se vieron beneficiadas por esas medidas, pero de todas formas, con o sin seguridad jurídica, la tan anunciada lluvia de inversiones nunca llegó,  y este pequeño chaparrón en Vaca Muerta, si se lo compara con las inversiones necesarias, podría amainar o interrumpirse por este tipo de medidas nacionales, a primera vista, apresuradas e impulsivas, que después son difíciles de revertir con el solo hecho de pedir perdón. 

En este sentido, nuevamente el gobierno nacional cambia las reglas de juego en Vaca Muerta, pareciera que les resulta complicado convencerse de la importancia, la magnitud y oportunidad que significa el desarrollo y explotación de este reservorio esencial y estratégico para el país. Básicamente, no es ni más ni menos que la seguridad de abastecimiento interno hacia el futuro, principalmente del gas que necesita la Matriz Energética Argentina, que actualmente depende en 60% de este energético. 

El país se ahorraría millones de divisas que hoy se gastan en la importación de energía, y por otro lado disminuirían los precios internos de este insumo esencial para el desarrollo y crecimiento de la economía. Algunos estudios muy optimistas dan cuenta que los recursos hidrocarburíferos del yacimiento neuquino están constituidos principalmente por gas natural (70%), es decir, que habría en sus entrañas recursos para unos 176 años de producción anual de gas de Argentina.

Hay una realidad que no se puede soslayar y es que Argentina y su empresa testigo YPF no tienen por ahora los recursos económicos necesarios para explotar el yacimiento Vaca Muerta a una escala competitiva. Por si sola, la ventaja geológica que muestra el reservorio neuquino no es suficiente para justificar la llegada de grandes inversiones a la zona; también se requiere complementar con otras cosas como: infraestructura interna suficiente para evacuar la producción, señales de precios adecuadas, costos competitivos, estabilidad económica, y un bajo riesgo país, entre otros. Esto último, se logra con confianza y credibilidad en el país, es decir, se logra con políticas superadoras y adecuadas. 

Un hecho para tener en cuenta es que el reservorio Vaca Muerta de shale oil y shale gas, es el inicio de la explotación no convencional en nuestro país, y por lo tanto, es pertinente recordar que en la Cuenca Neuquina existen otras dos formaciones geológicas con la misma riqueza que están esperando; y además, tenemos ocho formaciones más con tight gas.

Es decir, el potencial es enorme, por lo que es importante avanzar con Vaca Muerta como cabeza de playa en los no convencionales, y esto va a depender muchísimo de la clase política de nuestro país, por lo que es necesario “Blindar Vaca Muerta” con un gran acuerdo nacional que se mantenga en el tiempo, que beneficie al país y que incluya como objetivos centrales para los próximos 25-30 años: autoabastecimiento interno a precios accesibles para acompañar el crecimiento económico (el gas a diferencia del petróleo no cotiza por ahora en los mercados internacionales, esto nos permite tener un precio interno doméstico); inversiones necesarias; seguridad de abastecimiento interno; pautas y metas ambientales de cumplimiento efectivo y obligatorio; un plan de industrialización en origen para desarrollar las potencialidades regionales; entre otros.

Las crisis además de las consecuencias nefastas que traen, también ponen al desnudo muchas cosas, por ejemplo en esta última de hace unos días, queda en evidencia la fragilidad económica que sufre nuestro país, pero también la debilidad económica de algunos gobiernos provinciales en donde se congela o baja el precio del petróleo y/o la divisa norteamericana y ya no tienen a qué echar mano. Cuando aparecen estas situaciones, se caen todos los velos y nos damos cuenta que esos discursos y propuestas con los que vienen ganando elección tras elección, están muy alejados de la realidad; están vacíos. 

Con esta última crisis desatada, el gobierno nacional quedó definitivamente en evidencia en todo, pero principalmente en algo que causa aún más temor e intranquilidad: las decisiones y la forma de manejarse se asemejan más a las de un grupo de monos con navaja que a la de un gobierno conduciendo un país.



(*) Ex concejal de la ciudad de Neuquén (2015-2019).
29/07/2016

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