Columnistas
08/07/2019

Presidente de México

A un año de ser elegido, López Obrador mantiene un amplio apoyo

A un año de ser elegido, López Obrador mantiene un amplio apoyo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.
La multitud celebró el primer año de la elección del presidente.

Ante un Zócalo colmado de personas, el mandatario expuso los logros de su gestión y reafirmó su compromiso en la lucha contra la corrupción como fuente de recursos para su plan de desarrollo. Una picante entrevista con el diario La Jornada, y un masivo índice de aprobación según encuesta del periódico El Financiero.

Leandro Etchichury *

El pasado lunes 1 de julio en el Zócalo de la ciudad de México, una suerte de enorme Plaza de Mayo sin espacios verdes, se celebró el primer aniversario de la victoria electoral que llevó a la Presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Al presentar su mensaje, el mandatario aseguró que esa victoria fue un logro colectivo que expresó la perseverancia de la lucha social por alcanzar la justicia. “Siempre he pensado que la política es, entre otras cosas, pensamiento y acción, pero ahora son tiempos de hechos, no de palabras, como decía el revolucionario mexicano que más admiro, el general Francisco J. Múgica”, afirmó ante una colorida y entusiasta multitud, que asistió al #AMLOFest (así se lo difundió por redes y medios) con banderas, trajes y músicas tradicionales, consignas escritas en cartulinas y caracterizaciones caricaturescas del presidente.

Entre los miles de asistentes que atiborraron el Zócalo se destacó la asistencia de los poderosos empresarios Carlos Slim y el presidente de Televisa (principal grupo de medios de comunicación de México), Emilio Azcárraga, ante quienes manifestó que su proyecto político pretende “construir una patria más justa, próspera, democrática, libre, pacífica, fraterna y soberana”.

A siete meses de la asunción, AMLO aseguró haber cumplido 78 de los 100 compromisos primordiales del programa de gobierno. Entre otras acciones, destacó la derogación de la cuestionada reforma educativa que sancionó el gobierno anterior, estableciendo en cambio en el artículo 3º de la Constitución el derecho a la educación gratuita en todos los niveles de escolaridad; reducción de los sueldos de los altos funcionarios; seguir una política de austeridad y transparentar el patrimonio de los funcionarios; poner en venta el avión presidencial y una flotilla de aeronaves; eliminar la pensión y servicios de funcionarios para expresidentes; cancelar la construcción del aeropuerto de Texcoco por falta de transparencia y por razones de índole ambiental; reformar el artículo 108 de la Constitución con el fin de quitarle el fuero al Presidente; aumentar la pensión para adultos mayores; otorgar becas educativas; no aumentar el precio de las gasolinas, el gas y la luz más allá de la inflación; terminar con la intermediación en la entrega de recursos estatales a los programas sociales; no permitir el uso de semillas transgénicas y descartar métodos de extracción que afecten la naturaleza (fracking); no aumentar los impuestos en términos reales ni incrementar la deuda pública; respetar la autonomía del Banco de México con el fin de “evitar inflación y devaluación”; y crear la Guardia Nacional eliminando al Estado Mayor Presidencial, un nutrido cuerpo de elite destinado a la custodia presidencial y denunciado de perpetrar actividades al margen de la ley.

En momentos en los que se le cuestiona al gobierno militarizar algunos ámbitos del Estado, como el de la recientemente creada Guardia Nacional, AMLO remarcó que “ni el Ejército ni la Marina se han utilizado ni se utilizarán para reprimir al pueblo. Se terminó la guerra de exterminio contra la llamada delincuencia organizada. Ya no se permiten razias, ni masacres, ni la desaparición de personas. El Estado mexicano ha dejado de ser el principal violador de los derechos humanos”, aseguró.

En lo referido a otro tema que ha despertado polémica, como es el acuerdo migratorio con Estados Unidos, el presidente hizo hincapié en que dicho arreglo permitió superar una “crisis económica y política”, evitando la confrontación, pero obligando a México a “ser más estrictos en la aplicación en la ley de la materia, sin violar derechos humanos”. A su vez, destacó que "en mayo nuestros paisanos, nuestros héroes vivientes, los migrantes mexicanos, enviaron remesas a sus familiares por 3.203 millones de dólares, que es el monto mensual más alto en toda la historia".

El presidente mexicano habla ante la multitud.
 

Con motivo de este aniversario, el diario La Jornada -“el periódico más cercano a la gente, sobre todo a los pobres”, en palabras de AMLO- publicó una extensa y picante entrevista con el presidente, en la que se le cuestionaron algunas miradas y acciones políticas que el entrevistado defendió con diversa suerte. Vale la pena detenerse en algunos de los conceptos allí vertidos.

En numerosas oportunidades, el jefe del Estado ha señalado que los recursos para desarrollar el país provendrán de una estricta política de austeridad y combate a la corrupción. Algo que algunos analistas y actores sociales y políticos, volcados más a la izquierda del espectro político, ven como una limitación del proyecto.

“¿La profundidad del pozo? Es muy sencillo, más sencillo de lo que yo imaginaba, porque consiste básicamente en acabar con la corrupción, y eso en un sistema presidencialista depende de la voluntad del presidente”, dijo López Obrador. Una mirada que en principio suena muy simplista a la hora de conducir nuestras naciones latinoamericanas, fuertemente condicionadas por poderes de dentro y fuera de sus fronteras, hacia mejores niveles de desarrollo productivo y la necesaria distribución de la riqueza.

Para buena parte de los extranjeros el discurso de austeridad que pregona el presidente se asemeja al que han manifestado los más diversos gobiernos neoliberales de América Latina y alrededores. Y AMLO lo reconoce: “Cuando uno habla de austeridad en el mundo, de inmediato se vincula el término o el concepto con recorte de personal. Yo recuerdo que una plática que tuve con el dirigente del Partido Laborista de Inglaterra, Jeremy Corbyn, cuando le hablé de la austeridad. ‘¿Cómo me vas a estar planteando eso?’, dijo. Tienen un concepto distinto”.

Cuestionado por los periodistas a raíz de despidos que afectaron a trabajadores del sector público, el presidente admitió errores y abusos: “Falta de criterio, o sea, de entender que a los de abajo, a los que están trabajando, se les debe de respetar. El ajuste es arriba”,dijo a modo de autocrítica.

La entrevista se pone intensa cuando se le pregunta por el sistema de consulta a mano alzada para definir proyectos de gobierno, algunos tan polémicos por su impacto ambiental y socio-cultural como son el del Tren Maya y el corredor del Istmo de Tehuantepec. De inmediato, el enfrentamiento político que existe con el movimiento zapatista aflora en la conversación. (En ciertos casos el autor de este artículo para Va Con Firma agrega su propia N. de la R., es decir Nota de la Redacción, para aclarar algunos conceptos).

LJ (La Jornada): ¿Y no habría que consultar con los pueblos indígenas por donde va a pasar ese proyecto?

AMLO: Ya se está haciendo.

LJ: Pero no en los términos del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo.

AMLO: Sí, sí se está haciendo.

LJ: Hay una gran cantidad de inconformidad.

AMLO: No, no coincido. He estado allá.

LJ: ¿No se tendría que realizar la consulta de otra manera?

AMLO: Se ha organizado en las comunidades indígenas, se han hecho las consultas. Te diría que no hay rechazo, no hay. Bueno, minoritario.

LJ: Híjole, presidente.

AMLO: Estamos hablando del Istmo, estamos hablando del Istmo y estamos hablando del Tren Maya.

LJ: Hay una expresión además organizada, porque les recuerda a ellos que eso es el plan Puebla-Panamá. (N. de la R.: se trata de un plan de obras de infraestructura en tierras centroamericanas y sur de México, impulsado por el entonces presidente Vicente Fox, con el apoyo de grandes grupos económicos y financieros, en el contexto de la globalización neoliberal y acuerdos de libre comercio).

AMLO: Sí, porque volvemos a lo mismo, porque muchos creen que somos iguales, esto pasaba con el zapatismo. Marcos llegó a decir que éramos el huevo de la serpiente y que era mejor no votar. O sea, es bueno el debate, es muy bueno el debate.

LJ: No, ellos nunca llamaron a no votar.

AMLO: No, dijeron lo otro y siempre pensaron…

LJ: La situación es muy tensa, presidente. Hay vuelos rasantes (N. de la R: en el estado de Chiapas, donde están asentados los zapatistas).

AMLO: No, no, no. Eso es fantasía.

LJ: Hay muchos problemas sobre ese proceso de militarización y de ocupación. 

AMLO: No, no, no. Está muy ideologizado el tema... Lo cierto es que ellos, los zapatistas, a los que respeto, no creen o no creyeron que se podía llevar a cabo la transformación por la vía pacífica y electoral; y no creyeron, y siguen sin aceptar, que no somos iguales y que tenemos convicciones y que venimos de la lucha opositora. Y que lo que estimamos más importante en la vida es nuestra honestidad y que no estamos por los cargos. Eso no lo han logrado superar. Entonces, a tabla rasa, utilizando la palabra, piensan que son lo mismo. Cuando se habla de vuelos rasantes es de risa.

LJ: Está documentado.

AMLO: Sí, pero quién sabe quién lo documentó.

LJ: El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.

AMLO: Pues están mintiendo.

LJ: Ellos no acostumbran a hacerlo, tienen una tradición.

AMLO: Pues sabes que a veces la ideología obnubila. Entonces, que debemos todos quitarnos la carga ideológica y ser muy objetivos, muy realistas. Nosotros no vamos a afectar a las comunidades, al contrario, en los hechos la mayor parte de los beneficios están orientados a los pobres, esto es por convicción, y lo puedo probar. Y no vamos nosotros a reprimir a las comunidades indígenas.

Hasta aquí la entrevista del diario La Jornada,  que es muy recomendable para tratar de entender a esta figura política.

A un año de su triunfo electoral con el 53 por ciento de los votos, Andrés Manuel López Obrador cuenta con el 66 por ciento de aprobación, según una reciente encuesta nacional realizada por el periódico El Financiero. Consultados sobre qué le decepcionaría más de López Obrador como gobernante, el 40% señaló que ocurra una crisis económica, 28% que se olvide de los pobres, 12% que permita la corrupción, 11% que aumente los impuestos, 7% que ceda ante Donald Trump y 2% no sabe.



(*) Antropólogo y miembro del Observatorio de Pensamiento Estratégico para la Integración Regional (Opeir).
29/07/2016

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