Columnistas
25/07/2016

La lluvia de dólares

La lluvia de dólares | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El escenario imaginado por economistas y ortodoxos y CEOs de las grandes corporaciones trasnacionales no se correspondió con la realidad.

Humberto Zambon

[email protected]

 Antes de ser gobierno, es probable que los economistas y CEOs que actualmente conducen la economía del país estuvieran convencidos que, ganadas las elecciones, un gobierno conservador solucionaría la restricción externa rápidamente generando una “lluvia de dólares” debido a:

1- “El campo” (es decir, los grandes terratenientes de la pampa húmeda) tenían guardada en silo-bolsas al menos un cuarto de la cosecha de granos del año anterior, alentados por el boicot impulsado por las organizaciones patronales como la Sociedad Rural y sus voceros de la prensa. Con una fuerte devaluación y reducción de las retenciones a la exportación se apresurarían a vender la nueva y vieja cosecha, con enormes ganancias para los sectores concentrados de la economía y con ingreso de divisas al país.

2-Según todos los manuales de economía de los países centrales, donde ellos han estudiado, una devaluación trae aparejado el aumento de las cantidades exportadas y una reducción de las importadas, creando un buen saldo favorable en la cuenta corriente de la Balanza de Pagos.

3-Existe exceso de liquidez en las finanzas mundiales y la tasa de interés pura está cercana al 0%.  Un gobierno conservador generaría confianza y los capitales financieros se volcarían al país, cosa que antes no ocurría por una “fobia” del gobierno anterior hacia el capital privado y porque éste desconfiaba del populismo gubernamental.

4-Para facilitar ese ingreso de capitales era necesario terminar con la política internacional argentina, contraria a los intereses de la globalización financiera y en guerra contra empresas financieras importantes y fondos de inversión, a los que denominaban despectivamente como “fondos buitre”. Entonces, había que solucionar el diferendo, cumplir con la sentencia dictada por la justicia norteamericana contraria al país y llegar a un acuerdo con ese 7% de acreedores que no habían acordado con la reestructuración de la deuda externa argentina.

Todo eso lo hicieron y a lo bruto: devaluación del 40%, eliminación de las retenciones a la exportación (excepto a la soja, que fueron rebajadas) e hicieron arreglo apurado y desastroso con los fondos buitre. Sus consecuencias fueron una traslación gigante de recursos en favor de los sectores concentrados, una inflación cercana al 50% anual, recesión económica con desocupación y cierre de empresas, aumento importante de la pobreza e indigencia en el país. Y la lluvia de dólares no apareció. Por el contrario, solamente capital financiero especulativo, de corto plazo y altísimas tasas de interés (9,37% la provincia de Buenos Aires antes del pago a los fondos buitre y 8.63% la de Neuquén, un poco, menos después del pago).

¿Qué es lo que realmente ocurrió? Que ese escenario imaginado por economistas y ortodoxos y CEOs de las grandes corporaciones trasnacionales no se corresponde a la realidad:

1-Los manuales de economía de los países desarrollados suponen comercio internacional competitivo de manufacturas, con industrias con capacidad productiva disponible que hace que las cantidades producidas sean elásticas a los cambios de precio originados en la devaluación. En los países como Argentina eso no ocurre y el ajuste ante la devaluación se realiza mediante los precios y no las cantidades exportadas; el resultado es la inflación, que anula rápidamente los efectos de la devaluación pero conserva la recesión que ella origina.

2-“El campo” no liquidó sus existencias; las exportaciones de granos y oleaginosas apenas aumentaron un 4% respecto al año 2014; es decir, siguen especulando con posibles devaluaciones futuras.

3-Al capital externo productivo lo que le interesa es la ganancia de las posibles inversiones y no el carácter conservador o populista del gobierno de turno. Y en un país en recesión el mercado interno no es tentador y la situación económica de los países a los que se destina la mayor cantidad de exportaciones (Brasil, Rusia, China, Comunidad Europea) no permite proyecciones optimistas para el futuro. Es decir, no se vislumbra un horizonte de ganancias, así que el único que ha venido es el capital especulativo de muy corto plazo que, para los intereses del país, resulta absolutamente negativo.

4-Se intensificó el atesoramiento de dólares y fuga de capitales; el nuevo gobierno inició con una emisión de deuda de 16.500 millones de dólares, unos 10.000 millones para pagar a los fondos buitres y el resto para incrementar las reservas del país. Pero resulta que “la formación de activos externos” (la forma elegante como oficialmente se denomina el atesoramiento en moneda extranjera y la fuga de capitales) crece a un promedio mensual de 1.418 millones de dólares, por lo que en menos de 5 meses se dilapidó el monto total de la nueva deuda.

Lo grave de todo esto es el daño irreparable que se está realizando al país y sus consecuencias, que afecta a nuestro presente y futuro.

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]