Columnistas
23/07/2016

Análisis rionegrino

El enemigo de mi enemigo, es mi amigo

El enemigo de mi enemigo, es mi amigo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Una propuesta del diputado Doñate movió el tablero político esta semana. Si bien el anuncio apunta a un gran acuerdo político - social, acelerará un crudo proceso interno en el partido justicialista.

Hernán D´Andrea

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La semana que finaliza se vio alterada políticamente por un hecho que, si bien aún, no ha tenido demasiada trascendencia, más allá del mero anuncio periodístico, es el inicio de una fuerte disputa interna en las filas del partido justicialista.

Surge a partir de la propuesta del diputado nacional y secretario de relaciones institucionales del Consejo del PJ rionegrino, Martín Doñate, que pidió audiencia con el gobernador Alberto Weretilneck para que se convoque a una especie de pacto político-social en defensa de la federalismo, generar consensos, proyectos y acciones e iniciar el proceso de una eventual reforma de la Constitución Provincial.

El legislador, nacido en las filas de La Cámpora, dijo: “Quiero aportar herramientas para resolver los problemas de la provincia. Espero que así lo entiendan el gobernador y toda la oposición”.

La idea es conformar la base de un gran acuerdo en el que participen representantes políticos, universidades, gremios, empresarios y la iglesia. Una especie de mesa multisectorial para acordar políticas de estado y defender a la provincia ante la reinstalación al fondo del conurbano bonaerense, los tarifazos, la defensa de las barreras sanitario-comerciales, la oposición al trasvasamiento del río Negro al Colorado, la banca pública, la gestión del puerto y las grandes obras de infraestructura social.

Sobre estas ideas es que Doñate sugirió trabajar al gobernador Weretilneck, preocupado por la realidad social y económica en la provincia, a partir de “la gravedad del impacto de las políticas del Gobierno Nacional en Río Negro, y considerando que todos los sectores que conforman nuestra sociedad sean partícipes en la búsqueda de soluciones para la crisis que atravesamos”.

Claramente la audaz jugada de Doñate, no solo apunta a su interés de solucionar entre todos la difícil situación social y económica de la provincia, sino que debe ser interpretada como una acción de largo alcance que lo coloca en un lugar de relevancia como opositor, pero con una metodología absolutamente opuesta a la que utiliza el actual presidente del justicialismo, Martín Soria, que pretende seguir utilizando formas frontales y beligerantes con la que muchos peronistas no concuerdan.

De alguna manera también lo plantearon los intendentes de ese sector en el encuentro y acuerdos que formalizaron con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el gobernador Weretilneck en el Valle Medio, cuando firmaron el acuerdo para la financiación de las viviendas del Plan Techo Digno y al que no fue invitado el jefe comunal de Roca.

Es lógico entender que los jefes comunales se sienten más comprometidos con sus respectivas gestiones y electorados, que con las intenciones y las decisiones del jefe del justicialismo “adoptadas en soledad y sin consultar con nadie”. 

Soria y Doñate, coinciden en su oposición contra la administración de Mauricio Macri en el orden nacional, y también con los cuestionamientos a la gestión de Weretilneck en la provincia, pero la divergencia son las formas. El diputado afirma que “no se puede construir demoliendo” y parece haber asumido un rol similar al de Pichetto ejerciendo el derecho a la crítica pero en el marco de los consensos y disensos, propios del juego democrático. Sobre las formas de Soria, huelgan los comentarios.

Doñate ha clarificado el panorama, no esconde sus aspiraciones para el 2019 y ha manifestado en varias oportunidades que el justicialismo de Río Negro hoy no tiene líderes ni tampoco claros lineamientos políticos.

De la propuesta realizada, sin dudas el tema de la reforma constitucional es el que ha logrado concentrar la mayor atención, porque se sabe del interés del gobierno en proyectar la posibilidad de que Weretilneck pueda aspirar a un nuevo período.

Y desde la estrategia política allí reside el mayor logro de la jugada de Doñate. Se instala en un panorama político complicado, con dirigentes desorientados, con posibles alianzas impredecibles y con un panorama que a la fecha favorece a todas luces al partido gobernante, que además se hizo cargo de terminar con el bipartidismo de años en la provincia, pero que además caló profundo en los otrora dos partidos mayoritarios.

Por supuesto que ante este panorama la estrategia de fortalecimiento de Doñate debilita a Soria, cuestión que le viene como anillo al dedo al mandatario provincial. “El enemigo de mi enemigo, es mi amigo”. 

Y además al oficialismo lo seduce la propuesta de reforma constitucional que encima es planteada por la propia oposición.

Soria trató, al menos públicamente, de disimular la estocada. Pero como le sucede habitualmente no pudo dominar su verba en algunas declaraciones de las últimas horas.

Fue así que adelantó que las elecciones del año que viene son un paso importante en la renovación legislativa y que el peronismo tendrá sus candidatos para enfrentar a “la ONG con papeles del gobernador y al candidato de la revolución de la alegría".

Y ante la consulta de posibles candidatos trató de evitar nombres con la consabida frase de “todavía es temprano para candidaturas”, pero a los pocos minutos largó "María Emilia Soria va a ser seguramente nuestra candidata a diputada nacional" y, por si quedaba alguna duda, espetó: "No hay que tenerle nunca miedo a las internas. Mi viejo me enseñó que lo mejor que hay que hacer es someterse a la voluntad de los afiliados".

Y para confirmar que había sentido el golpe de su compañero del valle medio y como desmereciendo la propuesta dijo que "si ahora Weretilneck quiere sentarse a charlar con La Cámpora, sería hasta entendible, pero no creo que necesite más diálogo, sino lo que necesita es una brújula, ponerse a gobernar", afirmó.

Más adelante sostuvo que "Doñate habla de un gran acuerdo multisectorial con el gobernador para planificar políticas de Estado, pero sin ánimo de contradecir ni descalificar, no creo que sentarse a conversar con un charlatán como Weretilneck pueda solucionar los problemas de la gente".

Hasta ahora era un secreto a voces que había intendentes, legisladores y dirigentes del peronismo que discrepan con el modo de conducir de Soria y con su protagonismo individualista de la política que no considera el conjunto.

Esta semana esa opinión dejo de ser un secreto.

Ahora habrá que esperar si el gobernador acepta el convite del diputado, cuestión que muchos dan por descontado, pero de todas formas el golpe hacia adentro del justicialismo ya se ha producido.

29/07/2016

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