Finalmente se produjo el primer desenlace en la pulseada que el sector azul oficialista del MPN, liderado por Jorge Sapag y Omar Gutiérrez, mantienen con el vice díscolo Rolando Figueroa, retador hasta ahora ‘in péctore’ en la pelea por el premio mayor de la política local que es la gobernación.

Tal como se había anunciado desde aquí, una de las posibilidades en danza que analizaban los azules para resolver el control del partido, la alianza con el senador-gremialista Guillermo Pereyra, finalmente quedó concretada, con la notoria exclusión del vice.

Es cierto que el propio Figueroa se autoexcluyó de esta puja, dando a entender que sólo le preocupa la pelea final por la gobernación. Pero no es menos cierto que la forma en que se resolvió la cuestión, con una recomposición de las relaciones entre el dúo Sapag-Gutiérrez y el petrosenador -dañadas severamente desde las elecciones legislativas del 2013-, lo deja navegando en solitario.

Pereyra fue el primero que tempranamente puso el dedo en la llaga al salir a plantear, en noviembre del año pasado, que “Figueroa tiene amplio consenso para ser candidato a gobernador” y elogiarlo con el mote de “negro pícaro”, dando a entender que el morocho de Andacollo tiene uña para guitarrero.

Por eso, aunque ahora Pereyra aclare que el acuerdo alcanzado con los azules sólo alcanza al partido y no a las candidaturas para el 2019 y ratifique que para él “Rolando es Azul”, llama la atención que se haga un tanto el distraído al dar como explicación sobre su exclusión que “seguramente tendría que haber participado, pero no lo vi”.

No menos distraído pareció Sapag, al afirmar que “Figueroa no manifestó su deseo de estar en la lista”. ¡Ah bueno!

En realidad, “Rolando” es un chico travieso que hace su propio juego sin consultar a los jefes y no acepta convites que no se deben rechazar, como sacrificarse por la corona dejando la vice gobernación para ser diputado nacional.

Por ese y otros motivos, el vice fue castigado con tarjeta roja y preventivamente apartado. Ya lo decía el León Herbívoro: “al enemigo hay que tirarle hasta con los botines”.

No por nada, el ex intendente de Chos Malal, lanzó una carta pública en la que dejó constancia de su drástica exclusión y llamó a romper el blindaje que, desde su punto de vista, rodea al MPN impidiendo que independientes y eventuales colados se animen a disputar el premio mayor.

Con todo, “Rolando” dilató una vez más la decisión de largar abiertamente su candidatura para el 2019, desaprovechando una oportunidad inmejorable para doblar la apuesta, porque toda la platea había posado por un instante la mirada en su persona.

Acaso “Rolo” considera todavía que no es el momento. O tal vez todos sus aprontes terminen por no pasar de simples amagues, por lo menos en lo que respecta al turno 2019-2023. Después de todo, como el mismo se preocupa de aclarar en privado, tiene “todo el tiempo del mundo”.

Como quiera que sea, y a despecho de la aclaración de Pereyra sobre los alcances del acuerdo, muchos piensan en el ambiente político –y no suena exagerado- que el acuerdo presentado el martes va mucho más allá de “revitalizar el partido” e incluye un pacto de fondo, por la gobernación, la senaduría (que se renueva el año próximo) y la proyección del partido de cara a las elecciones presidenciales del año próximo.

Desde esta columna también se adelantó la posibilidad, que pasada en limpio significaría la reelección de Pereyra en el Senado y de Gutiérrez en la provincia, esto último con el apoyo de Macri -o al menos con la ayudita de no respaldar del todo a Quiroga- a cambio de que el MPN sostenga expresamente su reelección como presidente.

No está claro en esta hipótesis, qué pasaría si “Mauricio”, cuya imagen se cayó al abismo luego de llevar al país a una grave crisis económica y social, se eclipsa definitivamente como candidato.

Sin embargo, esto que apareció reflejado intensamente en las redes sociales y en un portal digital nacional, fue negado tajantemente en los círculos áulicos del oficialismo Azul. “No existe ningún acuerdo electoral con el macrismo de cara al 2019, es un operación de prensa de Figueroa”, apuntó una fuente en las alturas, con disgusto apenas disimulando.

Es que la áspera interna planteada en el MPN por la puja entre el vice y el gobernador, se cuela en cada dato de la realidad, pero se hace un verdadero festín con las excelentes relaciones del gobierno local con el macrismo, aceitadas por la prometedora explotación de la vaquita que da leche negra.

Otra fuente, no tan alta pero próxima a la cocina azul, confirmó que por ahora no hay acuerdo alguno, pero admitió que esa hipótesis está “en el marco de lo posible”.

Pero todo esto es por ahora materia de conjeturas y por lo pronto lo que sí se sabe es que no habrá internas, que los azules conservarán la conducción partidaria de la mano de Gutiérrez y que el resto de los cargos se repartirá con la Azul y Blanca de Pereyra según la misma proporción de las últimas internas.

Eso sí, habrá elecciones en 7 de las 22 seccionales donde además de la Azul se presentó otra lista que, según afirman desde el gobierno, está vinculada a Figueroa.

Lo que asoma a partir de ahora es la interna por las candidaturas del año próximo, y en el oficialismo triunfante nadie suelta prenda respecto de cuándo se realizarán y si, como viene circulando intensamente en los mentideros políticos, se repetirá la jugada de convocarlas tempranamente como se hizo en el 2015.

Si así fuera, las elecciones del MPN deberían tener lugar en los próximos meses, antes de fin de año, para posibilitar que los comicios provinciales se convoquen a su vez bien temprano, o sea a comienzos del 2019.

No obstante muy cerca del lugar donde se toman las decisiones se aseguró que la decisión no está tomada y que en esa materia todo es posible: que sean antes, después o en forma conjunta con las nacionales.

Está claro: si lo tienen decidido tampoco lo dirán hasta que llegue el momento oportuno.