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Columnistas
24/07/2018

No fue la pesada herencia, fue el odio

No fue la pesada herencia, fue el odio | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Un malévolo eslogan ha permitido dibujar a un enemigo interno, el kirchnerismo, con la intención no solo de destruirlo sino como una táctica que fundamenta las medidas antipopulares que el gobierno aplica.

Osvaldo Pellin

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Sabemos lo que nos pasa pero no podemos explicarnos por qué.

Se habla de la pesada herencia en todos los ámbitos, incluido el propio peronismo. Los politólogos hablan que en el 2015 nos precipitábamos a un abismo. ¿Cuál abismo y por cuáles razones?

Lo que sabemos es que parecería que la causa de una gestión desastrosa era el incremento descomunal del gasto público. Pero se ha probado que el gasto público no era tan astronómico, por el contrario, se demostró que era manejable, que la deuda externa estaba cifrada mayormente en pesos no en dólares y era totalmente manejable también. Que el peso relativo del gasto previsional, como gran carga para el presupuesto nacional, estaba perfectamente solventado por los aportes y por el Fondo de Garantía Pública. Entonces, ¿dónde estaba lo pesado de la herencia? Lo pesado de la herencia debemos inferir que era proseguir con la política social y previsional que se venía dando. Al contrario del presente de desguazar al Estado, cada vez con mayor verosimilitud luego del acuerdo firmado con el FMI.

Otras argumentaciones que provienen de la izquierda es bajarle el precio a la gestión de Cristina diciendo que ella no es de izquierda. Es claro ella no es de izquierda como tampoco lo era Perón pero su concepto de la justicia social y de la soberanía no se perdió nunca apostando a logros imposibles.

Cristina no fue de izquierda, pero estatizó las Afjp.  Redistribuyó el ingreso nacional hasta equilibrar salarios con rentas del capital. Defendió el patrimonio nacional frente a la usura internacional como en el caso de los Fondos Buitres o el embargo de la Fragata Libertad.

Se habla de otra decisión que se debió tomar durante su gobierno en el caso de la extranjerización de la economía frente a la poderosa tendencia del capitalismo financiero internacional para concentrarse y globalizarse.

Hay mucha diferencia entre un gobierno entreguista y un gobierno que defiende su soberanía y así como se comprende desde la derecha que el tiempo es imprescindible para consolidar su gestión, al gobierno popular hay que comprenderlo frente a la presión insostenible de los poderes fácticos. Los gobiernos populistas también requieren tiempo para gestionar su progresismo, siendo como son, hostigados por poderes que en la correlación de fuerzas los colocan en desventaja.

También se dice que se debieron organizar las fuerzas populares a pesar de que se convocó a la política a la juventud como nunca antes.

Creer que todas las objeciones al gobierno de Cristina no fueron advertidas es subestimar sus realizaciones. Hay absolutismo para juzgar esa gestión, se carece de una visión relativa en función que está claro que en nuestro país un gobierno popular de 12 años no puede consolidar el rumbo popular, progresista y democrático para todos los tiempos.

Seguimos entonces sin entender el porqué de nuestro drama si solo nos remitimos a los hechos. Las razones pasan entonces por otro lado, pasan por fundar una plutocracia desembozada que se coloca en el Estado para saquear y a la vez, lo más canalla, legitimar desde el Estado dicho saqueo. Si el primer capitalismo se forjó en lodo y sangre , esta nueva embestida lo hace usurpando y generando pobreza.

Otra explicación pendiente es el respaldo que este gobierno ha tenido en los sectores medios y medios bajos. Esos electores aún no han descubierto cuál es el ropaje con el que su verdugo se disfraza y los despista. Parecería no haber evidencia que los convenza de que han elegido un gobierno, que fatalmente se volverá contra ellos en cualquier momento si ya no lo ha hecho.

El economista Jorge Beinstein, habla de un fenómeno cultural con raíces de odio racista en función del cual muchos de los que apoyan a Cambiemos encuentran las razones de su adhesión.

En síntesis, no ha existido pesada herencia más que como un malévolo eslogan que ha permitido dibujar a un enemigo interno, el kirchnerismo, con la intención no solo de destruirlo sino como una táctica que fundamenta las medidas antipopulares que el gobierno aplica. Convencidos sus votantes de que la realidad es tal cual la describe la propaganda oficial, termina por desprenderse más despaciosamente de lo deseable, de su apoyo al oficialismo macrista.

29/07/2016

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