Todas las fuerzas políticas o alianzas con intenciones de pelear el 2019, han comenzado a atravesar o lidiar con situaciones internas que siempre se sabe cómo empiezan, pero nunca como terminan.

Por ahora las más trascendentes son las que han asomado en el oficialismo, que, como era lógico de esperar, ante la imposibilidad de una reelección de Weretilneck y teniendo en cuenta la propia conformación de esa fuerza, atraviesa un estado de ebullición mucho más palpable.

Pese a que se hacen intentos por superar la contingencia las divergencias no ceden entre los distintos componentes de ese espacio político.

Lo más complejo, que era el distanciamiento entre el gobernador y su vice parecía haberse superado tras el encuentro que ambos mantuvieron por espacio de más de cinco horas en la Residencia de los Gobernadores, si bien tras la reunión ninguno de los protagonistas hablaron del tema. Se supuso que en tan prolongada charla las asperezas existentes habían quedado atrás.

Sin embargo algunas horas después ambos mandatarios volvieron públicamente a exteriorizar su pensamiento diametralmente opuesto.

Primero surgió la posición en cuanto a la visita del salteño Urtubey a Bariloche y las posteriores declaraciones de Weretilneck señalando entre otras cosas que “si esta construcción federal alternativa nos saca de esta discusión permanente de Macri y Cristina Kirchner será un tema para analizarlo, el tiempo dirá cómo sigue”.

Pesatti por el contrario al ser consultado sobre la figura del mandatario salteño manifestó que “es un buen muchacho que legítimamente tiene pretensiones para tener un rol protagónico en las elecciones de los argentinos” pero descartó vínculos entre Juntos y su posible candidatura.

Unos días después, el martes, se reunió en Viedma la mesa de conducción de Juntos Somos Río Negro (JSRN) en la que se definió abrir la posibilidad de acuerdos con otros partidos hacia el 2019.

Hasta el martes Weretilneck y Pesatti insistían en que JSRN marcharía solo a las elecciones del año que viene, pero en base a las afirmaciones del vocero del encuentro Luis Di Giácomo, se concluye en que quedó atrás la propuesta estrictamente provincialista del partido y la pretendida independencia de los partidos nacionales que se utilizó en las legislativas del 2017, y que tuvo un rotundo fracaso.

Las opciones son dos, o el Peronismo Federal o el macrismo. Por supuesto que hoy la más clara es el alineamiento con el espacio que lideran el senador Miguel Pichetto, y los gobernadores, entre ellos Juan Manuel Urtubey.

Es más, el ministro de Gobierno señaló que “el partido siempre va a analizar las distintas propuestas nacionales y vamos a elegir aquella que más le convenga a los rionegrinos, ya no estamos en ese enfrentamiento entre el macrismo y el kirchnerismo”.

Aclaró Di Giácomo que “hoy estamos en una recomposición de un peronismo federal que tiene un conjunto de dirigentes que empiezan a tratar de amalgamarse, tenemos la opción kirchnerista que por supuesto está presente y que en nuestra provincia la representa cabalmente el sorismo, tenemos posibilidades a partir de diferentes propuestas nacionales que vayan surgiendo y en ese sentido vamos a seguir dialogando con todos". 

Como señalamos el sábado pasado el acercamiento al peronismo federal abre la posibilidad de que se construya una candidatura al margen de la ya instalada de Martín Soria. Es decir, la estrategia de dividir por tres la elección, formato que favorece también los intereses de Cambiemos.

Claro está que también el gobernador deberá cambiar  su discurso en lo referido a lo de la “fecha propia” ya que este acuerdo podría implicar también compartir la fecha de las elecciones con las nacionales, es decir en octubre próximo.

A juzgar por los números de los sondeos provinciales conocidos ayer, la ecuación tampoco es tan sencilla. Por ahora sólo alquimias políticas.

Pero volviendo a lo interno en el oficialismo, primero el intendente de Bariloche Gustavo Gennuso y luego Pesatti se manifestaron contrarios a avanzar en alianzas nacionales, por el contrario se mostraron proclives a fortalecer el perfil provincial.

El barilochense que es secretario general del partido afirmó “no es tiempo de alianzas, es tiempo de construir la fortaleza de nuestro partido”.

El vicegobernador negó ayer que de manera orgánica se haya tratado en JSRN la posibilidad de un acuerdo con anclaje nacional, como podía ser con el peronismo federal, subrayando que “lo más importante es que nosotros podamos construir fortaleza propia”.

Recordó que con la fortaleza propia se retuvo el gobierno en el 2015, “entonces por qué cambiar de estrategia si la estrategia fue buena; en política lo que no se puede repetir son los errores, seríamos tontos”.

Todos estos movimientos del oficialismo son seguidos con rigurosidad por Martín Soria que ve que la interna desgasta a Juntos y que una de sus consecuencias fue dinamitar el posible acuerdo con Cambiemos. Por eso, ahora sólo debe esperar a que Weretilneck decida la fecha de elecciones para definir la estrategia electoral.

Pero tampoco el roquense tiene a su “tropa” tan alineada, sobre todo después de la visita de Urtubey y el mensaje posterior del legislador pichettista Ariel Rivero que pidió definiciones sobre el escenario nacional y criticó a la senadora Magdalena Odarda.

También provocó malestar en las filas del PJ la presencia del hijo del senador Pichetto, Juan Manuel, en una reunión con el gobernador y el vice. Fiel a su nuevo estilo Soria no habló del tema, pero una de las integrantes de la conducción provincial María Eugenia Martini, reconoció que “uno no deja de sorprenderse” y que seguramente el ex candidato a intendente de Viedma y asesor del bloque de legisladores “tendrá que dar cuentas al partido sobre su accionar”

De todas formas, por ahora y si el agua no llega al río, Soria sigue encabezando las preferencias para el año que viene, incluso sin depender de la fecha de elecciones, si es que se mantiene la unidad como hasta ahora, y se posicionen “todos” bien enfrente de Macri, Urtubey y Weretilneck.

Claro está que en poquito tiempo comenzarán las disputas por los cargos legislativos tanto nacionales como provinciales, que también se eligen el año que viene, y esto siempre provoca remezones.

Finalmente todas estas vicisitudes también repercuten, lógicamente, en el Cambiemos provincial que por lo pronto tiene varios anotados y diferencias cada vez más notorias entre las fuerzas que integran la coalición.

Hasta ahora hay dos intendentes interesados, uno radical, el de Viedma, José Luis Foulkes y otro del Pro, el cipoleño Aníbal Tortoriello, sumándose a la ya lanzada candidatura del diputado nacional Sergio Wisky, que según dicen lo van arreglar en su momento con una encuesta, que desde nuestra mirada es una alternativa muy poco probable.

Además, sin lugar a dudas, a todo lo que puedan arreglar o desarreglar a nivel provincial, se sobrepone la decisión final de la dirigencia nacional de Cambiemos, que será en definitiva la que determine los candidatos o las alianzas que se ofrecerán a los rionegrinos el año que viene.

Como decíamos al principio, las disputas internas en la búsqueda de posicionamientos, estrategias y definiciones se saben cuándo empiezan, pero no como terminan. En nuestros días la cuestión tanto interna como externa de las fuerzas políticas aparece cada vez más compleja.

Como se aprecia, los tiempos en la política son muy cambiantes, el pragmatismo hoy ocupa un lugar de preponderancia, y las especulaciones o lecturas que se hacen pueden modificarse en horas.

Por lo tanto también se hace difícil establecer estrategias a largo plazo y además y finalmente, como alguna vez dijo Perón “la conducción es un arte de ejecución simple: acierta el que gana y desacierta el que pierde. Y no hay otra cosa que hacer”.