Columnistas
02/07/2016

Análisis rionegrino

El dilema de Cambiemos

El dilema de Cambiemos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La oposición enfrenta una situación compleja con vistas al próximo test electoral. Por ahora Cambiemos no ha hecho base en la provincia y el panorama no es muy alentador.

Hernán D´Andrea

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Aquí estamos desconectados, cada uno hace lo que quiere y lo que puede, pues nadie baja líneas”

La definición corresponde a un pequeño grupo de desmoralizados militantes “macristas”. Es una clara síntesis de cómo está el panorama en Cambiemos en la provincia.

Hay, especialmente, dos puntos geográficos del país que son los de mayor déficit de inserción social y de respuestas en el partido gobernante. Son Formosa y Río Negro

Particularmente en Río Negro, el diagnóstico explicita que la mayor falencia es una notoria falta de acción política efectiva y pone en dudas que la situación pueda revertirse con vista a las elecciones del 2017. Por ahora todo depende de que Sergio Wisky y Juan Martín dejen sus ocupaciones en Buenos Aires y se reúnan con algunos dirigentes propios y allegados, pero con eso no alcanza y las cosas emporan.

La incipiente historia de la alianza en la provincia ya ha pasado por tratar de aliarse con Martín Soria, pero fracasó. Lo mismo que la posibilidad de asociarse con el oficialismo de Weretilneck con la intención de ir en una misma boleta el año que viene pero también la idea ha naufragado. Es más, el jueves el mandatario rionegrino ratificó  que Juntos Somos Río Negro es un proyecto provincial y no va a tener ningún tipo de alianza con ningún partido nacional.

Otro sector que quedó a medio camino y víctima de los vaivenes fue el Frente Progresista. La inclusión de Elisa Carrió en la Alianza Cambiemos dividió al espacio en Río Negro. Por un lado quedó la senadora Magdalena Odarda y el Socialismo, y por el otro el intendente de Cipolletti, Aníbal Tortoriello, los legisladores Jorge Ocampos y Daniela Agostino, y un desprendimiento del Ari que encabeza Javier Acevedo.

No queda mucho por tejer. Queda, entonces lo poco del PPR y perspectivas cada vez más endebles de sumar a por lo menos algunos sectores del radicalismo rionegrino.

Efectivamente hay algunos radicales con Cambiemos, pero también hay radicales que no dejan de ilusionarse en una confluencia con el gobernador Alberto Weretilneck y radicales que no descartan una alianza con el massismo.

Existe una evidente diáspora en los “boina blanca”, animada por problemas personales y dirigenciales que son escollos para la unidad, pero también es cierto que esos males no comenzaron con la llegada del Pro, sino que vienen de vieja data y ahora se han visto agravados.

El presidente de la UCR provincial, Darío Berardi, dijo en la semana “hay que construir una nueva alianza” pero no aclaró con quien, aunque dejó un interrogante.

Dijo que lo de Cambiemos  “feneció después de las elecciones” ya renglón seguido agregó “si bien nos referenciamos como partido nacional en Cambiemos, los partidos distritales tienen autonomía en este sentido, ejemplificando que en distintas jurisdicciones la UCR está aliada con el massismo y no con el Pro. 

Parece ser que lo que terminó de cortar el delgado hilo que los unía fue la reunión que tuvieron los intendentes del PJ, a la que no fue invitado Martín Soria, con el ministro Frigerio a instancias de Juan Martín que proviene del PJ y se siente más cómodo con los dirigentes de ese sector que con los históricos adversarios. Presumen los dirigentes radicales que la gente del Pro apunta a armar Cambiemos con sus eternos oponentes.

El único que defendió el endeble proyecto, aunque reconoció que hay fricciones, fue el intendente de Viedma, José Luis Foulkes que después de la convención de su partido, se sacó una foto con Wisky y ratificó su pertenencia a Cambiemos.

Las encuestas en la provincia arrojan una muy poca aprobación a la gestión de Macri, sobre todo después del tarifazo y que los dirigentes más visibles como Sergio Wisky y  Juan Martín tienen un alto índice de desconocimiento y no miden en términos satisfactorios para encarar una campaña.

Lo cierto es que hay que sumar a alguien para tener alguna alternativa probable en las elecciones de medio término y no le queda mucho tiempo a la alianza gobernante para armar el rompecabezas en Río Negro.

29/07/2016

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