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Cambiemos gobierna con números que cambian. Que se mueven a través de deslizamientos graduales.
Números en cuotas. Diseñan una democracia bajo la gramática final de las tarjetas de crédito. Inflación en cuotas. Despidos en cuotas.
La cuota como dosis tolerable en la producción social del dolor.
Gradualismo estadístico: el número en su movimiento va difiriendo su impacto. El número final es el producto indeterminado de la cuotificación del dolor.
Saben producir dolor - dolor país - y saben diferirlo en la disolución del número final.
Psicopatía con técnica estadística. El cambio gradual del número de la inflación es el cambio del volumen de alimentos de los niños del conurbano profundo. Y no sólo. El cambio de una cuota produce cambios en la otra: cuota de inflación por cuota de alimentos.
El cambio gradual del número de la inflación es el cambio del volumen de alimentos de los niños del conurbano profundo. Y no sólo. El cambio de una cuota produce cambios en la otra: cuota de inflación por cuota de alimentos.
Teoría del valor humano.
Y la cuotificación del despido - más de 600 en diciembre último en cuotas esparcidas por todo el Estado nacional- es una maniobra sobre los cuerpos desamparados a los que le cortan las raíces con el trabajo, con sus compañeros, con el modo elegido de transitar una existencia.
Como siempre, a la democracia bajo la forma de tarjeta de crédito, es necesario anteponer la sensibilidad profunda del amor por el otro, el sabor de las multitudes.
Una trinchera
Todo el tiempo lo intentan y todo el tiempo fracasan: sepultar las palabras novedosas, las verdaderas, las peligrosas, en el callejón perdido de los suburbios del lenguaje. Inhabilitarlas. Eliminarlas.
Alinearlas como una colección homogénea de todas las infancias. Moverlas para que digan lo que necesitan que digan: por ejemplo, que la palabra representación se desplace hasta superponerse con el término violencia. Y así: pocas palabras moldeadas en una semiótica marcial. Somos la libertad de nuestras búsquedas: deseosas y colectivas. La militancia es la práctica de hacer deseos con palabras. Y de transformar el malestar en futuro.
No hay vidas interesantes sin palabras peligrosas. Ni palabras dignas que no tiemblen.
El compromiso político es la persistencia, festiva y creativa, en abrir los puntos y apartes de los lenguajes cerrados.
Somos la libertad de nuestras búsquedas: deseosas y colectivas.
La militancia es la práctica de hacer deseos con palabras.
Y de transformar el malestar en futuro.
Muy feliz año a todos y todas los que han hecho de su vida una trinchera. Es decir: una fiesta.
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