Los poderes ejecutivos de esta provincia tuvieron, esta semana, una injerencia particular en la actualidad legislativa, con una presencia implícita pero lo suficientemente tangible como para incidir en el comportamiento de los diputados.

El tema convocante fue y sigue siendo el acuerdo “Nación-Provincia” que permitirá la devolución, en cuotas, del 15% de los montos de coparticipación nacional que eran retenidos por la Anses desde el gobierno kirchnerista.

Esta semana, el deseo del bloque oficialista era llegar al recinto para aprobarlo luego de transitar con éxito las comisiones que debía sortear.

No lo logró porque, como ya se ha explicado en , no obtuvo las ocho firmas que necesitaba en la segunda de las comisiones, la de Hacienda y Presupuesto.

Sin embargo, una derrota parlamentaria que podría haberse tomado con cierto espíritu deportivo, derivó en una crispación poco usual para los amplios pasillos del palacio de las leyes.

Con sorpresa, se comenzó a hablar de cierta urgencia del gobierno de Omar Gutiérrez por homologar este acuerdo, que en su texto original no alude a fecha alguna.

Las razones son pocas. Una de ellas es algo inocente y radica en la cercanía del receso invernal y los tiempos legislativos, que llevarían el tratamiento al mes de agosto. A Gutiérrez –lo ha dicho él mismo- le gusta ser el primero en hacer los deberes con el gobierno nacional y esta demora lo pone en el lote del fondo, con las consecuentes explicaciones que deberá exponer para entonces.

La segunda también nace en la premura del calendario pero tiene un problema añadido. El gobernador querría llegar al mes de julio con el acuerdo homologado para no pasar sobresaltos con los fondos para sueldos y aguinaldos.

En esta última hipótesis los tiempos lo corren y por más que la semana que comienza le permita sacar despacho de la comisión, con el necesario acompañamiento de los legisladores que integran el frente Cambiemos, no alcanzará a ser tratado antes del receso, por lo que se estaría evaluando la posibilidad de una sesión especial antes de esa fecha.

La llave, para colmo de males, podría decirse que la tiene Horacio “Pechi” Quiroga. Sin menoscabar el libre albedrío de los legisladores que fueron en su boleta en las elecciones pasadas, lo cierto es que toda construcción política debería partir de acuerdos comunes y colectivos, en los que no haya espacios para posiciones individuales.

Así las cosas, el intendente de la capital provincial cuenta con dos votos fundamentales en la comisión B, que hasta ahora se han expresado en forma negativa. Son los del radical Oscar Smoljan y de la diputada del Pro, Carolina Rambeaud.

Argumentos no le faltan. Él mismo ha encabezado el reclamo para que el gobierno provincial coparticipe los anticipos financieros enviados por el presidente Mauricio Macri y pretende que este acuerdo incluya una cláusula en ese sentido para los montos a recuperar de la Anses.

Sin embargo tampoco es fácil para “Pechi” soplar y hacer botellas. Los diputados del MPN le hicieron sentir el rigor del enojo a sus dos diputados, con éxito dispar.

En el caso de Smoljan, lo hicieron sufrir más de la cuenta con un proyecto que contaba con un amplio consenso y que permitirá crear el Museo Provincial de Artes Visuales en Zapala. Salió de la primera comisión con algo de ruido interno entre los diputados del MPN pero debe pasar todavía por el filtro de la comisión A, que controla Mario Pilatti, quien se retiró antes de votarle favorablemente el proyecto a Smoljan, cosa que sí hicieron el resto de sus pares.

Rambeaud se llevó la peor parte. No logró que esta Legislatura declare el “beneplácito” por la visita próxima del presidente Macri, que tiene por finalidad afianzar los vínculos comerciales con el sur de Chile y avanzar en la integración del “Tratado del Pacífico”, un acuerdo comercial que supone un duro golpe a la estrategia del Mercosur.

En el recinto el MPN votó, por primera vez en este ciclo, en forma dividida sobre un tema de fondo de la política económica y dejó casi en soledad al presidente del bloque, apoyado sólo por dos legisladores de menor predicamento dentro del espacio.

Como sea, será difícil para Quiroga sostener a sus legisladores, en un lugar en el que se quedan solos a la hora de defender posiciones ajenas. Lo propio le sucede a Gutiérrez, que por más que desee no logra conseguir algunos de sus objetivos en la Cámara.

Este ajedrez se juega con fichas que tienen vida y por lo tanto la fatalidad no es el destino sino la ausencia de él.