El pasado sábado planteábamos en esta columna las posibilidades que se analizan en distintos ámbitos del oficialismo rionegrino para propiciar que el actual gobernador pueda ser nuevamente candidato en el 2019.

Hoy vamos a ver qué pasa por el lado del justicialismo, donde el panorama es poco claro, o más bien tirando a oscuro. Primero sufrió las conocidas deserciones de varios de los dirigentes que compartían en su momento los proyectos impulsados tanto por Carlos Soria como por Miguel Pichetto que migraron hacia Juntos somos Río Negro, los más y otros hacia el Frente Renovador; los que quedaron tienen un panorama por lo menos complejo.

Todo parece indicar que lo más propicio ha sido alejarse de las unidades básicas y formar centros de estudios.

Así fue que el actual diputado nacional Martín Doñate conformó hace algún tiempo el Centro de Estudios Patagonia (CEP) que según dicen se plantea el objetivo de generar un espacio de discusión, producción de ideas y conocimiento para la construcción de una sociedad más justa e igualitaria. En su conducción convergen profesionales de las ciencias políticas, económicas y sociológicas.

En tanto hace unos días nació en Bariloche el centro de Políticas Activas para la Integración Social (PAIS) que se plantea ser un punto de encuentro plural, político y cultural, para el debate y la generación de proyectos, por ahora para la ciudad de Bariloche. Allí participan dirigentes que “a priori” comulgan con el actual presidente del partido provincial, Martín Soria, que de hecho estuvo en la inauguración del espacio.

La ex intendente de Bariloche María Eugenia Martini y el ex ministro de Desarrollo Social de Carlos Soria, Jorge Vallaza están entre sus fundadores.

Más allá de los fundamentos por los que han sido creados, es de imaginar que desde esos dos sectores, al menos por ahora, se trabajará para lograr imponer candidatos en las elecciones legislativas del año que viene, para reemplazar a los actuales diputados de esa fuerza María Emilia Soria y Luis Bardeggia. 

Y decimos al menos por ahora, porque aún habrá que ver que actitud asumen dirigentes como Silvina García Larraburu, Silvia Horne, Javier Iud y el propio Pichetto, que si bien históricamente estuvieron enfrentados a las formas de los Soria, sería aún prematuro ubicarlos en las huestes de Doñate.

Las estrategias no son fáciles de discernir pero lo que está casi cantado es que ambos sectores son incompatibles y ya no están los líderes que en 2011 supieron superar divergencias para poder sacar al radicalismo del poder después de 28 años. Hoy esas diferencias benefician a Weretilneck que aspira, sin dudas,  a que el justicialismo no logre ninguna representación en la Cámara de Diputados de la Nación, lo que terminará de restarle fortaleza política a Soria que ya ha hecho explicita su intención de ser gobernador en el 2019.

Tampoco se avizora un claro panorama en cuanto al anclaje partidario a nivel nacional. Se podría decir que Soria ha dado algunas señales hacia el kirchnerismo duro, a partir de sus fuertes críticas al gobierno de Macri y por la permanencia de su hermana en el bloque del Frente para la Victoria sin acompañar el salto partidario comandado por Diego Bossio, aunque el jueves, junto a Horne y Bardeggia no concurrió a la sesión en la que se trataba del pedido de autorización de allanamiento de los domicilios del ex ministro de planificación y actual diputado, Julio De Vido.

En tanto Doñate, que si votó en contra de los allanamientos, ha sido un fiel representante de la Cámpora y logró posicionarse en los medios nacionales con sus denuncias y críticas al gobierno de Macri por las políticas públicas que impulsa. Hasta ahora vienen, o venían, compartiendo una posición similar con la diputada Silvia Horne que se fue con sus compañeros del Movimiento Evita a formar un bloque aparte en la cámara.

Si bien es muy prematuro comenzar a barajar nombres de posibles candidatos, por el lado del sorismo no hay muchas alternativas. Seguramente Martín tratará de imponer a su hermana María Emilia secundada por María Eugenia Martini. Habrá que ver que nombres propone el grupo de Doñate, pero posiblemente intente jugar con la científica Celeste Rato de Bariloche que lo secunda en el CEP y estar atentos a Javier Iud que desde el sector pichettista ha manifestado hace ya algún tiempo su intención de meterse en la conversación.

El sábado que viene analizaremos la situación dentro de las filas del hasta ahora inexistente “Cambiemos” en la provincia, que hasta aquí solo muestra efectiva presencia de los hombres del Pro, Sergio Wisky y Juan Martín queen su momento realizaron algunos contactos con sectores de la alianza, pero solo generaron expectativas y promesas que no se trasladaron a la realidad, más allá de algunos nombramientos en delegaciones nacionales de algunos radicales viedmenses.