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Columnistas
21/06/2016

Neuquén

El espíritu de las leyes

El espíritu de las leyes | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Se busca crear un programa que desde el Estado apoye iniciativas de la Economía Social, basadas en el asociativismo, la solidaridad, la cooperación y la participación democrática en la toma de decisiones.

Adriana Giuliani *

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La Mesa de Economía Social de Neuquén, que reúne a un conjunto de instituciones de nuestra provincia, hace pocos días presentó a la Legislatura el proyecto de Ley de Promoción y Desarrollo de la Economía Social y Solidaria. Es la segunda oportunidad que realiza la presentación, dado que el primer proyecto, que data de 2012, perdió estado parlamentario por no haber sido nunca tratado. En esta ocasión, a partir de la colaboración del diputado Santiago Nogueira, se ha logrado que 19 legisladores de distintos bloques acompañen con su firma la propuesta.

Lo que se busca instrumentar es un programa que desde el Estado apoye y propicie aquellas iniciativas que se desenvuelvan de acuerdo a los valores y principios de la Economía Social: asociativismo, solidaridad, cooperación, reciprocidad, participación democrática en la toma de decisiones, equidad e igualdad de oportunidades, respeto por la naturaleza, interculturalidad y contribución a la soberanía alimentaria, entre otros, privilegiando al trabajo y al ser humano como sujeto y fin de su actividad, por sobre la apropiación, el lucro y la acumulación de capital.

El sector de la Economía Social y Solidaria impulsa una economía fuertemente orientada al desarrollo local, que es generadora de empleos, producción e ingresos, pero, además, conforma lazos y relaciones que fortalecen las organizaciones, la comunidad y las instituciones, al incorporar prácticas de participación y coordinación social. Se expresa en cooperativas y mutuales –que son las formas más tradicionales-, como así también en grupos asociativos, empresas recuperadas, redes de comercialización, asociaciones de consumo responsable, bancos populares y otras modalidades que se desenvuelven con un doble propósito: satisfacer las necesidades de sus integrantes y además generar excedentes que refuercen el proyecto y que se distribuyan de acuerdo a los aportes de trabajo o consumo, según cuál sea su objeto.

Para que puedan desarrollarse de manera sustentable en el contexto actual, delineado de acuerdo a las pautas de grandes grupos oligopólicos, los emprendimientos de la Economía Social requieren políticas públicas de apoyo y acompañamiento para resolver dificultades en materia de gestión, de asistencia técnica y asesoramiento en producción, comercialización, integración de cadenas de valor, así como de difusión de sus valores y principios en todos los niveles del ámbito educativo formal y no formal.

El enfoque de la Economía Social no es nuevo, sino quesurge en el Siglo XIX, a partir de aportes que impugnaban los principios sobre los cuales se edificaba la concepción clásica de Adam Smith, David Ricardo o Thomas Robert Malthus, estructurada en torno al liberalismo económico y que aún siguen sosteniendo los defensores de esta corriente. Los precursores de la Economía Social no aceptaban al “homo oeconomicus” como base de la sociedad, ese individuo egoísta, que actuando racionalmente y en competencia con los demás busca maximizar su beneficio personal, o que el Estado deba abstenerse de intervenir para no entorpecer a la supuesta “mano invisible” encargada de asignar óptimamente los recursos. En cambio, proponían la búsqueda del bien común y la puesta en práctica de políticas que respaldaran a los sectores más vulnerables y más afectados por el avance del sistema industrial capitalista. Entre ellos se destaca Robert Owen, por su incansable tarea en favor de la unidad de los sindicatos, de la formación de cooperativas y de la instrumentación de reformas laborales en las fábricas. El Materialismo Histórico de Marx y Engels inicialmente los denominó “utópicos”, porque no incluían en su análisis la lucha de clases y porque no enfatizaban en que eran los propios trabajadores quienes debían unirse para luchar contra la explotación inherente al trabajo asalariado. Sin embargo, posteriormente reconocieron su contribución, al referirse a Owen, Saint Simon y Fourier, como “los grandes utopistas” y enriquecieron sus conceptos. En la actualidad, la Economía Social se nutre de valiosas enseñanzas de estas escuelas de pensamiento y promueve actividades productivas sustentadas en relaciones basadas en valores que no solamente involucran al trabajo, sino que se proyectan e impregnan otros ámbitos de la sociedad.

El proyecto de Ley de Promoción y Desarrollo de la Economía Social y Solidaria es producto del debate y la construcción colectiva llevada adelante desde hace muchos años por la Mesa de Economía Social de Neuquén. El proceso de redacción y presentación fue impulsado por organismos que trabajan cotidianamente por el fortalecimiento del sector, pero además incorporó a los propios protagonistas, a trabajadores del Estado y a representantes empresariales. En total, participaron más de doscientas organizaciones e instituciones de todo el territorio neuquino en jornadas, foros, reuniones de discusión y consenso.

En teoría política se afirma que el espíritu de las leyes es representar la voluntad popular; el cuerpo legislativo de nuestra provincia tiene la oportunidad de poner en práctica esta trascendente definición. 



(*) Profesora de la Universidad Nacional del Comahue
29/07/2016

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