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Columnistas
09/10/2017

Horacio Verbitsky

“Milagro Sala puso en cuestión al poder jujeño en su conjunto”

“Milagro Sala puso en cuestión al poder jujeño en su conjunto” | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El periodista y presidente del CELS escribió un libro reciente sobre la vida de la líder popular y su actual cautiverio. Ella “es una fiel representante de los sectores populares y esto es lo que está en disputa”, dijo en diálogo con la agencia Nodal, poco antes de revocarse la prisión domiciliaria de la detenida.

Daniel Cholakian

Horacio Verbitsky es a la vez que uno de los periodistas más reconocidos de Argentina, el presidente del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales), institución clave en la defensa de los Derechos Humanos en el país. La libertad no es un Milagro, que acaba de ser publicado por Editorial Planeta, es su último libro y es fruto del trabajo que ha hecho articulando ambos roles, el de periodista de investigación riguroso en el manejo de información, y el de presidente de la institución que denunció el caso de Milagro Sala ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Sostuvimos una larga conversación con Verbitsky a propósito de su libro, que cuenta en clave de proceso histórico-territorial la situación que llevó a la cárcel a la dirigente jujeña Milagro Sala. Apenas unas horas después de que comentara las condiciones de una prisión domiciliaria a la que es sometida, que es más prisión que domiciliaria, y del encono del fiscal Cussel con la dirigente, la cámara de apelaciones jujeña decidió revocar la morigeración de la pena y Sala deberá regresar al penal. Lo cual empeora el escenario y reafirma la condición de política de la prisión de la dirigente de la organización social Tupac Amaru.

Para Verbitsky esta persecución de la que es víctima Sala se relaciona con que ella “puso en cuestión el poder en su conjunto, el régimen del bipartidismo, el poder omnímodo de Ingenio Ledesma -la empresa más grande de la provincia-, el manejo de la corrupción de las empresas constructoras, y porque además acompañó las luchas por Memoria, Verdad y Justicia, lo que además permitió que Blaquier, dueño de Ledesma y el hombre más poderoso de Jujuy, pudiera ser juzgado por su complicidad con la represión durante la última dictadura”.

Este sábado 30 de septiembre (aclaración de Va Con Firma: fue el día en que se publicó originalmente esta nota en Nodal) Verbitsky presentará en la ciudad de Mendoza el libro. Con la novedad de la noticia de la decisión de la cámara, el autor estará acompañado de Nélida Rojas, dirigente mendocina de la Tupac que fuera también ilegalmente detenida, aunque en su caso la Cámara de apelaciones decidió su liberación. No hay dudas que este nuevo agravamiento de las condiciones de detención, que incumple la orden impuesta por la CIDH al Estado argentino, es una decisión política que excede cualquier lógica procesal o judicial.

“Intenté con este libro recorrer la situación actual de Milagro Sala como parte de un proceso histórico, porque esta persecución no ocurre porque sí”, explicó Verbitsky a Nodal. “Es la historia de la transformación de clases sociales en Jujuy, donde en el último medio siglo ocurrieron cambios que incluyeron desplazamientos de gran parte de la población hacia la capital, lo que produjo un cambio demográfico importante. Ante la aparición de población excedente hubo crecimiento de la desocupación y un refugio en el Estado como dador de trabajo. En ese contexto de desempleo y necesidades básicas insatisfechas, surgen diversas organizaciones cooperativas como la Tupac, que comienzan a amparar e incorporar de diversas maneras a muchos trabajadores desocupados o empobrecidos.”

A diferencia de lo que muchos replicadores de información falsa han intentado instalar, Milagro Sala tenía antes de crear la Tupac Amaru una larga experiencia en organizaciones político-sociales. “Milagro fue secretaria de organización de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) y de la CTA (Central de Trabajadores Argentinos) y eso le dio una importante experiencia previa. Por eso la Tupac está organizada sobre un molde sindical, aunque es una organización de fuerte implante territorial”.

Para Verbitsky “este texto se propone traer al presente el marco y la tensión que produjeron esas luchas y analizar cómo impactó en el poder de la provincia. Milagro Sala construyó un poder territorial que enfrentó al principal empleador de la provincia, el Ingenio Ledesma, que además de ser una empresa, es un actor central en el armado del poder político jujeño. La Tupac llegó a ser el tercer empleador, luego de Ledesma y el propio Estado provincial”.

El libro relata como la Tupac, al igual que otras cooperativas, logró incorporarse a programas nacionales que permitían crear puestos de trabajo asalariado formal, cambiando el paradigma del empleo precario, que condenaba a los trabajadores a la pobreza. Pero además la organización dirigida por Milagro Sala desarrolla el proyecto de construcción de viviendas para los propios trabajadores, con lo cual a la vez que resuelve el problema de la ocupación, resuelve el problema de la condición de vida material de las propias familias.

“El libro es también una historia de vida de Milagro. Cuento su infancia, la adopción por parte de una familia de clase media, su matrimonio, el descubrimiento que ella hace de sus propias raíces. Porque esto también sirve para explicar su trabajo en relación con los sectores poderosos de la provincia. No es sin esto que ella construye poder. Poder para oponerse a Ledesma, pero también para oponerse a las empresas constructoras de la provincia. La Tupac logra demostrar que se podía trabajar más rápido, a menor costo y empleando a mayor cantidad de trabajadores.”

En 2008 la Tupac consigue participar y ganar licitaciones de obra pública en la provincia, por lo que las empresas se ponen en un claro pie de guerra con la organización y con Milagro Sala. En ese momento el justicialismo gobernaba Jujuy y la entonces oposición política, que ahora es gobierno provincial, asumió la representación de los intereses empresarios, lo que profundizó el conflicto político en la provincia.

“El entonces senador radical Morales elige en ese momento atacar a Milagro con denuncias de corrupción, intentando estigmatizar a la Tupac y a ella personalmente. Con el poder que contaba por su puesto en el congreso, logró imponer una revisión de las actividades por parte de la Auditoría General a de la Nación, que por estar siempre en manos de la oposición, estaba dirigida por el también radical Leandro Despouy. Esta auditoría era una de las formas con las que el contador Morales pretendía acusar a Sala por corrupción y defender a las empresas provinciales y sus intereses”.

Corría entonces el año 2009. Desde la Tupac al comienzo resisten la revisión de las actividades, en la sospecha de que la misma estaba digitada por Morales y solo podría ser utilizada en su contra. Cuando finalmente comprendieron que ellos tenían una responsabilidad por participar de convenios con el Estado y que la tarea sería llevada a cabo de acuerdo a los procedimientos legales y transparentes, aceptaron abrir a la revisión todos los registros de sus operaciones. “Finalmente”, cuenta Verbitsky, “al contador Morales le salió el tiro por la culata. Despouy firmó la auditoría confirmando que todo los registros estaban en regla y que todo estaba de acuerdo a lo convenido y que la obra no solo estaba terminada, sino que además si hizo más que aquello que estaba en la licitación”.

“No conforme con este dictamen, Morales intentó estigmatizar a Milago a través de un pedido de informes que presenta en el Senado, donde con una rara forma de acusar a la Tupac sostiene que ejercen la protesta social en beneficio de los más desprotegidos, que lo hacen para negociar con más fuerza  frente a los actores más poderosos de la provincia, que lograron la modificación de la ley de reforma edilicia que permitió la participación de las cooperativas frente a la oposición de las empresas del sector y que se constituyeron en un contra poder frente a los poderes económicos provinciales. En definitiva con este pedido de informes Morales demuestra que Milagro Sala es una fiel representante de los sectores populares. Esto es lo que está en disputa, sino podemos prestarle atención a esta cuestión nos quedamos solo en la anécdota”.

Otros frentes, más conflictos

Milagro Sala también enfrentó al racismo, que en la provincia de Jujuy es parte de una trama que organiza un poder casi feudal.

“En uno de los viajes en 2016 me aborda un señor muy elegante, vestido con un equipo deportivo, pero muy prolijo, distinguido, y me felicita por mi trabajo en defensa de Milagro Sala. Me dice ‘Yo soy de otra clase social, pero lo que están haciendo con ella es una barbaridad’. Conversando sobre esto con Raúl Noro, el esposo de Milagro que proviene de una familia de abolengo en Jujuy me responde ‘Que bueno, al menos hay uno. Nosotros desde chico nos criamos repitiendo una frase que decía: A los negros y a los mulos, palos por el culo’. Ese es el nivel de racismo que constituye a la mayorías de las clases altas y medias en Jujuy”. Por eso la reivindicación de Sala como mujer, negra e india es una manera de interpelar al entramado simbólico que constituye el régimen del poder. “Milagro Sala le dio voz, fuerza y orgullo a este sector de la población”, afirmó Verbitsky

La evolución política de Milagro Sala y de la Tupac permitió que incorporaran otros debates y abrieran nuevos frentes de conflictos. Como se lee en las páginas de La libertad no es un Milagro, ellos se sumaron a las luchas por Memoria, Verdad y Justicia y esto también implicó un serio enfrentamiento con Ledesma. La empresa de la familia Blaquier proveía, como lo sigue haciendo con el actual gobierno, de logística, vehículos y personal a la represión ilegal durante la dictadura. “Esta misma semana hubo una brutal represión de la gendarmería a manifestantes que protestaban ante el ingenio Ledesma. Yo acompañé como presidente del CELS a Rafael Vargas este año en la presentación ante la CIDH por la represión de la protesta social en Jujuy, en la cual como en el año 1976 Ledesma cuenta con la protección de la Gendarmería, que se comporta como policía política en defensa de los intereses empresarios”.

Por eso, reivindicar la lucha por los DDHH es en Jujuy enfrentar directamente a Blaquier, quien pudo ser llevado a juicio por su complicidad con el terrorismo de Estado en parte porque Milagro Sala y sus compañeros comprendieron la trascendencia de la lucha de los organismos.

En sus conflictos Sala sumó también a la iglesia católica. En el camino de descubrimiento que hace de sus raíces, que Verbitsky explica en el libro, Sala recupera las tradiciones religiosas del mundo andino. “Construyó en el barrio de la Tupac una réplica del templo Kalasasaya, invitaba allí a participar a amautas bolivianos, celebraban el Inti Raymi, y realizaban ceremonias de agradecimiento a la Pachamama, la madre tierra. Allí se casó en una ceremonia oficiada justamente por una amauta boliviana. El entonces obispo de Jujuy, ofendido, dijo que entonces tendría que casarse también por el rito católico, a lo que Milagro accedió para no mantener más enfrentamientos. Y también construyó una capilla en el barrio, que entregó al obispo. En esa ocasión el sacerdote le dijo a Milagro que entonces debía llenar esa capilla, a lo que ella le contestó: No, nosotros le construimos la iglesia, los fieles son negocio suyo”.

Lo provincial y lo nacional

“−Tú eres hombre, blanco, rico, rubio y de ojos celestes. Ella es mujer, indígena, pobre y organizadora social. No tienes forma de ganar enfrentándola− le dijo el consultor Jaime Durán Barba.
−Las encuestas que tiene Morales dicen que el 80% está de acuerdo con la detención− respondió el presidente Macri.
– Hay cuestiones que no se deciden en las encuestas, respondió lacónico el consultor.”

Este diálogo que reproduce Verbitsky en el libro y en diálogo con Nodal, da cuenta de la tensión que expresa la situación provincial y la nacional. “Milagro Sala es una obsesión personal de Morales. Él asumió y al mes ordenó su detención, que se hubiera dado antes si no fuera porque en los primeros días de su gobierno hubo un accidente en el cual murieron 43 gendarmes que iban a Jujuy justamente a reprimir la movilización de la Tupac. Frente a esta decisión del gobierno provincial, el gobierno nacional no hizo nada por impedirlo. Mauricio Macri no actuó para ponerle fin, aunque ante la situación de la demanda internacional al Estado Nacional intentó presionar al gobierno provincial para respetar la orden de la CIDH, pero no tuvo ninguna respuesta. Esta situación se inscribe, por otra parte, en la política de disciplinamiento que puede verse en la intención de aplicar el art. 213 bis del código penal que reprime por la sola pertenencia a una organización. Ese artículo fue incluido por Perón para penalizar concretamente a quienes pertenecieran a las organizaciones armadas como Montoneros y ERP en 1974. Por allí avanza el gobierno nacional. En ese sentido la brutalidad máxima aplicada sobre Milagro Sala a Mauricio Macri no le parece terrible”.

www.nodal.am

29/07/2016

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