Cuando se analizan los problemas que atraviesa la sociedad desde la participación política, es lógico que distintos grupos de personas compartan los diagnósticos, las visiones, los proyectos y las soluciones, y por eso, se agrupen de acuerdo a su afinidad en organizaciones, partidos, alianzas o frentes políticos.

Es natural en la actividad política.

Es lógico que Horacio Quiroga, que tiene una visión neoliberal de los problemas de la gente, de la sociedad y, por tanto, de sus soluciones, aplique esa visión en la gestión de la ciudad que gobierna y esté en un espacio junto a Macri. Tiene coincidencias políticas e ideológicas y aunque algunos no las compartimos, es absolutamente respetable. 

Es también lógico que Quiroga vea los problemas de la provincia con esa misma visión neoliberal. No lo compartimos, pero es absolutamente respetable.

También es lógico que, quienes tengan visiones y coincidencias políticas e ideológicas se junten en un mismo espacio, y compartan proyectos y gestión. Eso ocurre por ejemplo con Ramón Rioseco y Horacio Quiroga y sus respectivos partidos, en Neuquén Capital y en Cutral Co, y lo plantean para la provincia. Tendrán seguramente una misma visión común y coincidente sobre el rol de YPF, sobre los trabajadores estatales, sobre la educación, la seguridad y la salud. No la compartimos, pero la respetamos, tanto como respetamos el seguidismo que los gobiernos del MPN hacen de los gobiernos nacionales sin importar su signo político, aunque no lo compartamos.

Rioseco eligió hace dos años ese camino. Comenzó objetivamente una construcción política con Quiroga, a partir de sus coincidencias, construcción que se fortalece en la gestión neoliberal de Quiroga en la ciudad y se proyecta a la provincia.

Compartiendo esa gestión, Rioseco y su partido sostienen las políticas de aumentos tarifarios del transporte y la energía eléctrica que se establecen para los vecinos de Neuquén, respaldan la transformación de la ciudad de Neuquén en un mega basurero regional para generarle un buen negocio a Cliba, consienten la propuesta de Quiroga de privatizar, vía prepagas, la seguridad asistencial de los trabajadores municipales debilitando al ISSN, y protegen el camino elegido de transferir la Caja Previsional de los municipales a la Anses. Todas acciones que están en clara sintonía con las directrices neoliberales del gobierno nacional.

Es entonces también lógico que Rioseco haya hecho pública sus graves y fuertes críticas a la gestión de los gobiernos de Cristina en relación con nuestra provincia, por ejemplo, en la cuestión fundamental de los recursos naturales. No lo compartimos, pero lo respetamos.

También es entonces lógico que Rioseco se haya separado del FPV con duras criticas políticas a este espacio y a los dirigentes que participamos del mismo. No las compartimos, pero las respetamos.

Es lógico entonces también que Rioseco y su partido ya hayan decidido hace tiempo, y lo hayan comunicado públicamente, ir solos en las próximas elecciones nacionales.

Es muy difícil sostener la aplicación de políticas neoliberales en la ciudad de Neuquén y luego exponer un mensaje opositor al macrismo a nivel nacional.

Es al menos contradictorio y, más tarde o más temprano, tendrá fuertes cortocircuitos. O abandona su participación en la gestión neoliberal de Quiroga y su expuesto plan de construir juntos una alternativa en la provincia en 2019, o abandona su discurso opositor al macrismo.

Como sea, constituye una posición dual y confusa, aunque respetable.

Desde el peronismo pensamos que el macrismo está llevando adelante una gestión de gobierno enmarcada en un proyecto que está agrediendo al cuerpo social. Entendemos que este compendio tradicional de políticas neoliberales está causando desocupación, caída del salario de los trabajadores, cierre de pymes y grandes empresas, caída del consumo popular y de la producción nacional.

Entendemos que para confrontarla se requiere una clara firmeza en las posturas y en el mensaje, coherencia en la trayectoria de los candidatos y transparencia en los acuerdos, construyendo una opción política que vehiculice en las próximas elecciones el gran y creciente descontento popular.

Finalmente, y por supuesto, comprendemos que se debe cumplir a rajatabla en el Congreso con ese mandato antimacrista, trabajando sin medias tintas para ponerle barreras a las medidas antipopulares que el gobierno nacional pretende implementar.