Tradicionalmente cada uno de nosotros espera la llegada del fin de un año, para iniciar el otro con más fuerzas, más ímpetu, optimismo y con muchas ganas de que sea mejor que el que se va. Y casi en la habitualidad de los casos, por más bueno que haya sido el que se está yendo siempre tenemos perspectivas de que el “nuevo” será mejor y está muy bien que así sea.

Para los rionegrinos, o por lo menos para sus autoridades, parece ser que el que se está yendo ha sido muy complicado y el que viene va a ser peor. Así se deduce, no solo de las palabras de los funcionarios provinciales, del gobernador para abajo, sino de los números incluidos en el presupuesto provincial aprobado esta semana por la Legislatura rionegrina.

Para el común de los mortales un presupuesto es un plan de operaciones y recursos que se formula para lograr en un cierto periodo los objetivos propuestos y se expresa en términos monetarios y hacerlo es simplemente sentarse a planear lo que querés hacer en el futuro y expresarlo en dinero.

Lo que se hace en realidad es, entonces, planear el futuro. Obviamente esos números son estimaciones que vas haciendo con la experiencia, la información que se posee y el análisis de algunas perspectivas hacia adelante.

La verdad es que si lo que aprobó esta semana la legislatura, es el plan que nuestros gobernantes han diseñado para el futuro inmediato de los rionegrinos, el panorama es bastantes desalentador.

En efecto el presupuesto 2017 está caracterizado por la reducción de los ingresos nacionales, casi el 80 por ciento está destinado a gastos corrientes incluido empleados, no está prevista la realización de obras, y autoriza a generar más deuda a corto y mediano plazo para atender cuestiones mínimas de funcionamiento del Estado.

El planteo del oficialismo en el recinto fue que se debía optar por el ajuste o el déficit y el endeudamiento, y que por supuesto la decisión fue evitar el ajuste y despedir personal para sobreponerse a la escasez de recursos.

La oposición entendió que este endeudamiento, la sub ejecución de partidas de programas sociales y la falta de obras derivarán necesariamente en un ajuste, porque va a existir mayor demanda social y de los gremios estatales, se resentirán los servicios y no habrá generación de empleo privado.

“Este presupuesto ha sido hecho con una mirada valiente, de cara a la gente, incluyendo a todos los rionegrinos y previendo lo necesario para atender sus necesidades más vitales”, fue una de las argumentaciones centrales a las que apeló el miembro informante del bloque de Juntos Somos Río Negro.

Agregó que “todos sabemos que tenemos un gran problema que es la caída de los ingresos nacionales que significan unos 1600 millones de pesos menos como mínimo” y sentenció “y aquí hay que decirlo, y no ponerse colorado, porque este presupuesto aparece como  deficitario porque prioriza el mantenimiento de su compromiso de gestión y sostén de servicios básicos y esenciales para nuestros comprovincianos lo que por añadidura contribuye, -en un escenario complejizado – al mantenimiento de la paz social en nuestra provincia”.

Según se informó a lo largo del debate, para el próximo año, se prevé fundamentalmente, mantener la utilización de las Letras de Tesorería como instrumento financiero de corto plazo para afrontar la coyuntura ya mencionada.

La nueva deuda, orientada a cubrir el déficit estimado en 2.500 millones de pesos, sumada a la ya existente a partir de la emisión de Letras a lo largo del 2016, compone la Cuenta de Financiamiento con un resultado cercano a los 7 mil millones de pesos.

Del total de recursos presupuestados, el 48% irá a Servicios Sociales, el 22% a la Administración Gubernamental y 9% a Seguridad. Y dentro del rubro Servicios Sociales, un 59% del gasto corresponde en Educación y Cultura, un 25% en Salud, 6% en Vivienda y 5,8% en Asistencia Social.

Para un sector de la oposición existe una violación de la ley de financiamiento educativo, hay un virtual abandono de políticas públicas sociales, falta de apoyo a la producción y en general una ausencia de previsiones de recursos presupuestarios para muchas áreas de la salud, derechos humanos y seguridad.

El actual legislador del FpV Raúl Martínez, que proviene de la Uocra, dijo que de acuerdo a los números que se han asignado a viviendas, habrá “1200 obreros ocupados en obra pública para todo el año próximo. Lejos estamos del promedio histórico entre 5000 y 7000 obreros de la construcción de otras épocas”, manifestó.

También se criticó el destino de los 1.390 millones de pesos recaudados durante 2015 en concepto de renegociación de los contratos petroleros de la provincia.

La sesión también sirvió para potenciar una interna en las filas del justicialismo. Dos de los integrantes del bloque del Frente para la Victoria (Rivero y Maldonado), al igual que lo hicieron en la anterior sesión volvieron a desoír la indicaciones del presidente del partido, argumentando que lo hacían por expreso pedido de los jefes comunales.

Sin embargo Rivero al hacer mención a los intendentes dijo textualmente “me hago eco de la solicitud de la mayoría de los intendentes” e hizo una distinción, “de aquellos que tienen sus necesidades y requieren de este marco legal financiero, no de aquellos que cacarean en Río Negro y acuerdan en Buenos Aires”, en clara referencia al presidente de su partido y jefe comunal de General Roca, Martín Soria.

Sobre el tema Soria dijo que lo de Rivero “tiene que ver más con una avivada para justificar su salto y su voto. En el ámbito legislativo, es la picardía con la que juegan algunos". Ligó la posición del legislador con el accionar político de Miguel Pichetto, y aseguró que "todos percibimos qué papel tiene el senador junto con el presidente Macri y el gobernador Weretilneck”.

Volviendo al tema del presupuesto rionegrino para el año próximo, todo indica que será igual o peor que el actual. Menores ingresos, menor consumo, menor recaudación, crecimiento de la desocupación, recesión y coparticipación famélica en provincias que dependen de la billetera del poder central y de la marcha de la macroeconomía provocan un combo explosivo.